Dark Paradise

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La profesora Trelawney empezó a tocer, a atragantarse como si hubiese algo que sacar de su garganta. Kingsley salió y observo a los tres Black, quietos, mirando a Trelawney sin ayudarle todo lo contrario mantenían una mirada fría hacia ella, perplejos, algo abstraídos pero realmente serios y indiferentes, se esperaba que Regulus la mirara como si quisiera matarla, pero Sirius y Lia eran una novedad. Fue entonces cuando Kingsley avanzó donde Trelawney ayudándola con el bolso que tenía y la bola de cristal que ahora parecía tener una niebla blanca.

-Oh, ¿Disculpa cómo llegó eso ahí? -preguntó Trelawney mirando la bola de cristal en medio de los tres Black que seguían mirándola con intriga y frialdad

Ninguno se movió o respondió algo, se quedaron fijos en ella y luego a la vez trasladaron la vista hacia la bola de cristal. Ni siquiera escuchaban a Kingsley indicándole a Trelawney los lugares de la tienda o que mañana a más tardar en la tarde estaría retirándose. Seguían mirándo la bola de cristal, repitiendo la voz y las palabras que habían salido del cuerpo de Trelawney.

-¡Muchas gracias -grito Trelawney con vehemencia exagerada- a todos ustedes, veo buena fortuna saliendo de sus auras! -agregó avanzando hacia ellos

Los tres elevaron la vista hacia la mujer, Lia la observo con desconfianza, aún confundida, Sirius la observo con precaución, como si fuera un enemigo que había atentado contra todos y ahora fingía no haber hecho nada. Regulus por otra lado frunció el ceño, la observo como estos dos, con desconfianza y precaución, pero a diferencia de los dos primeros este tenía una gran curiosidad, desagrado pero intriga que lo molestaban profundamente.

-Sirius te cedió su cuarto, dormirá en el Lia -habló Kingsley tratando de centrar a la mujer en él y no en los Black- la conoces, por lo que creo llevo clases...
-¡Claro que la conozco! -interrumpió Trelawney con esa voz vehemente que tenía en sus clases de Adivinación, como si exclamara en cada palabra sea fortuita o no- una mente abierta y digna de mis clases, claro que sí -decía mientras se agachaba a recoger la bola de cristal- la recordaba vacía... -murmuró ciertamente confundida al observar su bola mágica con una tenue neblina interna- puedes quedártela querida -dijo hacia Lia- te gustaban mucho los artefactos...

Se quedó en silencio pues cuando se acercó para entregársela la chica frunció el ceño y dio un paso atrás con negativa, los dos chicos Black avanzaron cubriéndola y impidiendo cualquier acercamiento hacia la chica de parte de ese objeto, desconcertando a Trelawney.

-Ah... es un regalo como agradecimiento -agregó como explicación, sin entender porque aquello los había perturbado tanto

Avanzó un paso más hacia la muchacha que seguía resguardada, Regulus y Sirius observaron la bola de cristal más de cerca de si, a centímetros de ellos, a centímetros de Lia, Sirius la observo de reojo y luego estiró los brazos para tomarlo pero Regulus se le adelantó tomando la bola de cristal haciendo que tanto Sirius como Lia la lanzaran de sus manos. Sirius empujó la bola de cristal de un manotazo y Lia jaló el brazo del chico, alejándolo entre los dos en menos de un segundo.

-¿¡Qué haces!? -preguntaron y este los miro con indiferencia y despreocupación
-Charlatanerias, dejen de creer en estupideces -dijo sin darle importancia al asunto volviendo a por la bola de cristal dejándola en la esquina del sofá
-¿Qué paso? -preguntó Kingsley acercándose a Sirius para que Sybill no los escuchará
-Nada... solo..., ya es muy tarde -respondió el hombre sin querer recordar aquellas palabras o decirlas si quiera, eso para los tres, las haría más reales- mejor iré a quitar unas cosas de mi cuarto, así podrá dormir tranquila, Trelawney -agregó el nombre con fuerza informándole lo que haría

Sirius avanzó hacia su habitación, no sin antes mirar con molestia a su pequeño hermano que ni siquiera lo observo. Kingsley y Sybill lo siguieron por lo que Lia se acercó a Regulus, nada contenta, si podía librarse de Sirius estaba bien, pero de ella difícilmente lo lograría.

Inefable - InmarcesibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora