El misterio de Baalbek II

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Al anochecer el cazador y sus hombres salieron de nuevo, visitaron la telaraña para hablar con los mercaderes.

Alana los acompañó esta vez, esperando encontrar pistas de lo que le dijo Zhein y observar la búsqueda, antes de salir Alana le comentó al cazador la visita a las cisternas y a la periferia, en especial no pudo dejar de hablar de la extraña caverna cercana a la taberna. En respuesta a esto, el cazador envió dos grupos a tanto a las cisternas, como a la periferia, para encontrar algún rastro.

La búsqueda del cazador continuó, pero para decepción de todos, no lograban sacar nada en claro.

Alana por su parte, empezó a vagar por entre las tiendas cercanas y no le fue difícil, para su sorpresa, encontrar las figuras que buscaba y luego de ver su figura la primera vez fue inevitable notarla en todas partes. En una repisa se hallaba gran cantidad de dijes elaborados en plata sola o en incrustaciones de oro, que podían ser representaciones del extraño ser.

Alana preguntó a la dueña de la tienda sobre esto, ella le dijo que efectivamente se utilizaban para atraer la buena suerte, pero no fue capaz de decirle que representaban específicamente o de donde provenía esta tradición. Sin embargo, mientras hablaban parecía estar tratando de recordar algo que se negó a salir.

Un asombrada ante esto, volvió donde deberían estar sus compañeros, pero no los halló. Le informaron que se dirigían hacia la caverna cercana a la taberna, porque el grupo que envió lo había mandado a llamar, según dijeron habían encontrado pisadas extrañas. Al parecer los hombres del cazador lo siguieron refunfuñando.

Alana decidió seguirlos a aquel lugar y una opresión en su pecho aumentó mientras avanzaba.

Al entrar a la gran caverna no pudo contener su asombro, sobre una pared del fondo, en un rincón que estaba siendo revisado, estaba una estatua de gran tamaño que representaba una criatura humanoide con cuernos. De pronto la opresión en su pecho se convirtió en una sensación de presagio insoportable, y llegó a su mente que el propósito de todo aquel viaje estaba en ese momento. Su corazón latía más rápido y su respiración se aceleraba.

Para sacudirse esa sensación se acercó al cazador y le mostró el dije y le explicó todo lo que Zhein le había dicho y como esa estatua le daba una validación.

Llegaron a la tienda de Zhein, se encontraba oscura y silenciosa.

No contestó al llamado, así que entraron, al iluminar el lugar, todo se encontraba como Alana lo recordaba, pero Zhein no se encontraba ahí. Cuando preguntaron en la taberna, les dijeron que era sencillamente imposible que hubieran hablado con él, pues el hombre que correspondía a esa descripción había muerto hacía un tiempo.

Volvieron con rapidez a la caverna y encontraron que, en su ausencia, los otros habían hallado una grieta vertical que se extendía por la pared hasta el techo, oculta por la oscuridad y que era lo suficientemente ancha para que pasaran personas.

Era en realidad una grieta descomunal, disimulada por la profunda oscuridad de la caverna.

Apenas al descubrir esto, el cazador tomó una luz y pasó entre las paredes de roca, los otros lo siguieron a pocos pasos se abría un aposento impresionante.

Este lugar estaba constituido por una formación rocosa que se desprendía de la pared por donde habían atravesado y parecía suspendida sobre un enorme foso negro del que era imposible conocer sus dimensiones y que se alargaban hasta otra formación distante. Como un puente.

En ese momento, algo llamó la atención de todos, fue muy breve, algo sutil, pero todos percibieron que algo se movía en aquel lugar.

Todos miraron silenciosos y atentos al mismo lugar, Alana sentía una ansiedad que iba en aumento y se convertía en pánico rápidamente.

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