The Riddle Family

El bosque encantado

Era un día nublado, el viento soplaba contra los árboles, pequeñas gotas de agua comenzaban a caer en mí y en mi hermano.

Habíamos escapado de nuestra mansión, mis hermanos y yo recibíamos clases en casa, teníamos muchas propuestas de escuelas, entre esas estaba Hogwarts, una de las escuelas de magia y hechicería más importantes, pero Azael no quería que fuéramos a ninguna porque decía que magos de nuestra clase merecían ir al algo mejor.

estábamos en clase de francés con el profesor Rufus y se puso muy aburrida entonces decidimos escapar.

–Tom, Azael va a matarnos si se entera de esto– dijo mi hermano Matheo, el solía temerle mucho a nuestro hermano mayor Azael–

–Matheo quieres calmarte, deja de tenerle tanto miedo a Azael por una vez en tú vida–

–No es eso, es que, estamos en el bosque encantado, este lugar es peligroso–

Azael solía decirnos que nunca vinieramos a el bosque encantado porque nunca sabes lo que te puedes encontrar.

–¿Tu le crees a Azael?–

–Pues si no–

Solo rode los ojos y derrepente un sonido proveniente de un arbusto hizo que Matheo y yo nos viéramos extrañados por aquel sonido.

–Tom que fue eso– dijo Matheo asustado–

–El sonido de un arbusto, genio–

Me acerqué al arbusto a ver que era lo que provocaba el sonido y para mi sorpresa, era una niña, se veía que había estado llorando por un largo tiempo, la niña no estaba en buenas condiciones, se veía asustada.

–¿Tú quien eres?–

Ella no respondió.

–Que quien eres– dijo Matheo alzando la voz–

–Helena– respondió ella asustada y en un tono de voz casi inaudible–

–¿Que haces escondida aquí?–

–Yo, escape de casa– su voz cada vez se quebraba más, sus manos estaban temblando, la niña, Helena, no estaba nada bien–

–Porque hiciste eso, tus padres se van a enfadar mucho cuando sepan que te has escapado– Dijo Matheo–

–No tengo papás, no tengo a nadie en este mundo–

Matheo solo volteó a verme con una experiencia apenada por su comentario, yo solo le devolví la mirada.

Matheo movio la cabeza en forma de tenemos que hablar, yo me acerque a el y él me alejo un poco de donde estaba Helena.

–Tom, tenemos que llevarla con nosotros a la mansión– dijo mi hermano susurrando–

–Te volviste loco Matheo, Azael ni en sueños aceptaría que esa niña viva en la mansión con nosotros, Violet menos, dirán que puede ser un espía o algo parecido–

–Oh vamos, no podemos dejarla, solo mirala, se ve muy mal, podemos hacer cambiar de opinión a Azael–

–Azael no es caritativo como tú, si mucho va a querer tenerla en la mansión pero como un sirviente más–

–No tiene a nadie, aunque sea lavar platos por tener un techo valdrá la pena para ella–

Volteé a ver a Helena, ella solo jugaba con sus dedos tímidamente, regrese mi mirada a Matheo y rodeé los ojos.

–¿Vienes con nosotros?– dije acercándome a Helena y extendiéndole la mano para que pudiera apoyarse en ella–

–¿De verdad?–