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La tarde siguiente de aquel encuentro con Joaquín (quien prefería que le dijeran Wakks), le envié una pista que los chicos habían grabado. Me dijo que 𝘞𝘪𝘱𝘭𝘢𝘴𝘩 tenía potencial, pero que esperaría unos meses para que el proyecto tuviera más forma.
Si les soy sincera, yo pensé que era su forma de decir: "no quiero hacerte sentir mal dándole un rotundo 𝘯𝘰 a tus amigos, por eso solo te digo que voy a esperar pero realmente es mentira".
Los chicos estaban muy esperanzados de que Wakks los tomara en cuenta y 𝘭𝘰𝘴 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢𝘳𝘢 𝘢𝘭 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘨𝘭𝘰𝘳𝘪𝘢, o una mafufada así.
Por lo que los siguientes tres meses se la pasaron haciendo e ideando canciones, conceptos, y todo lo que tuvieran en sus manos para que la banda despertara el interés de discos discográficos o posibles managers.
Yo, mientras tanto, dejé el trabajo como 𝘩𝘰𝘴𝘵, por varias razones.
𝗜. 𝙈𝙚 𝙥𝙖𝙜𝙖𝙗𝙖𝙣 𝙥𝙤𝙘𝙤. La paga no era muy buena que digamos, por lo que muchas veces tenía que estar a expensas de la propina que me dieran los clientes, quienes no siempre eran muy empáticos que digamos.
