Los Deseos del Hokage

Prólogo

Una de las Cinco Grandes Aldeas Ninja, en el País del Fuego, La Aldea Oculta Entre las Hojas o Konohagakure; era una de las mas poderosas (si no es que la más) en cuanto a militarización, influencia en otros países y últimamente en economía. Era un lugar relativamente pacífico, perfecto para llevar una buena vida. Pero no todo era color de rosa, así como su lado bueno, también tenía un lado oscuro, uno donde ocultaban maldiciones familiares, clanes secretos, masacres a clanes enteros y el más importante, el Nueve Colas (un Zorro Demonio) sellado en el cuerpo de un niño.

Esa clase de secretos, solo los conocían los shinobi y sus importantes pilares. Entre ellos, el actual líder shinobi, el Sexto Hokage, Kakashi Hatake.

Mismo que acaba de ser anunciado por Karin Uzumaki, a su maestro y líder, Sasuke Uchiha. Un sobreviviente a la masacre de su clan que su propio hermano mayor hizo. Sasuke, tenía apenas dieciséis años cuando fundó Taka, una organización para destruir a su retorcido hermano, pero luego de saber los secretos que lo llevaron a eso, su objetivo cambió y se alió a su antiguo maestro, en sus épocas de genin, Kakashi; así juntos podían llevar a la Aldea que tanto protegían a ser una de las mejores. Itachi Uchiha, había dado su vida por ello y Sasuke lo honraba tomando su lugar como el nuevo Hokage de soporte, el que vivía en las sombras, el que hacía todo el trabajo sucio...

La pelirroja tocó tres veces a la puerta de su maestro y luego de escuchar el fastidiado "pase" abrió la puerta y entró haciendo una leve inclinación.

—Sasuke, el Hokage está aquí.

—Pues que pase —apenas lo dijo un hombre de cabello plateado entró a su oficina, vestía el típico uniforme de los jōnin de la aldea, no traía su capa ni su sombrero. Sus ojos y su postura era la misma de siempre, como si estuviera adormilado.

Karin salió de la oficina y cerró la puerta tras de ella. Ese hombre, aun con con máscara, era tan guapo...

—Hola —alzó su mano y habló de manera despreocupada —¿Qué hay, Sasuke?

—Kakashi —dijo a modo de saludo —Llegas inusualmente... antes de tiempo.

—Si, bueno, la última reunión de Kages fue hace unos días en el País de las Aguas Termales y decidí dar una visita rápida. Quizás descansar un poco, ya no soy tan joven ¿sabes? Y...

—Sí claro, dime ya que te trae antes de tiempo —Kakashi suspiró.

—Quiero sacarte de las sombras, Sasuke.

—Estoy bien así, Itachi lo hizo siempre así.

—Itachi era un niño al que los adultos abandonaron y créeme él no querría que su hermano, al que tanto amaba y por el que cometió atrocidades, tuviera su mismo destino.

—No veo el caso y no te entiendo —Sasuke se dejó caer sobre su silla relajando su postura —Cuando me negué a disolver Taka y quedamos en que ayudariamos desde las sombras, creí que era en serio y definitivo.

—Sasuke, como Hokage estoy agradecido de que seas mis ojos y oídos por todos los países. Shikamaru también hace su parte del trabajo estando en la Unión Shinobi, pero como tu maestro, me niego a que aun sigas considerado en el mundo entero como un criminal de guerra. No eres un terrorista, solo eres otro niño que...

—Soy un hombre ahora, Kakashi —interrumpió el Uchiha —Soy consciente de mis decisiones.

—Lo sé y por eso creo que la mejor manera de demostrarle al mundo que ya no eres ese niño que anhelaba destruir su Aldea, si no protegerla es que hagas una alianza con un clan —Kakashi se levantó de su silla y comenzó a caminar por la oficina despreocupadamente con las manos en los bolsillos —Unirte a ese clan.

—Karin es una Uzumaki, ¿qué más clan que el del héroe de la guerra?

—No me refiero a eso —el Sexto Hokage detuvo su andar —Me refiero a uno de Konoha, uno poderoso y del cual nadie tenga dudas.

—¿Qué clan de Konoha podría aceptar a un desquiciado Uchiha? —Sasuke parecía molesto, a pesar de amar su Aldea, no paraba esos resentimientos hacia los que conocían su historia y la de su clan.

—El Hyuga —dijo Kakashi con esa voz suya de flojera. Sasuke lo miró con interés nuevo. Acaso su maestro, el Hokage insinuaba que... —Sasuke, llegó el momento de que busques una esposa.