VIII

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22 de Julio del 2015

Al llegar al metro, vi que no estabas sólo, estabas unos amigos, eran dos, más tu, eran tres.

Yo me coloque a un poco más de un metro de ustedes, viendo mi celular haciendo como si no los escuchara.

Tus amigos hablaban sobre las chicas que estaban en el metro, sobre si eran lindas, feas, flacas, gordas, pero tu no comentabas nada, sólo asentías sin decir palabra alguna.

En un momento no los escuche más así que los mire y vi que tus amigos me estaban mirando, yo avergonzada desvíe la mirada, volviendo a ver mi celular, pero de un momento a otro tus amigos me estaban hablando, preguntándome mi nombre y si podía darles mi número, a lo cual me negué.

Trate de alejarlos pero eran muy insistentes, hasta que llegaste tu y les dijiste que me dejaran tranquila, entonces ellos se fueron y tu pediste perdón en su nombre, a lo cual te respondí con una sonrisa y con un no te preocupes.

Después de eso llegó el metro, yo subí, pero no tu y tus amigos, se quedaron ahí riendo, que lindo te vez riendo.

Cartas a un chico emoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora