Capítulo 2

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Jamie observaba cómo Zeus, dormía plácidamente junto a sus pies en el sofá. Era una de esas noches en las que la ciudad parecía estar en calma, una calma engañosa que solo Nueva York podía ofrecer. La gran televisión que ocupaba parte de su amplio salón, estaba encendida, pero él no le prestaba atención. Sus pensamientos estaban en la cena que tenía planeada con Emma ese martes noche por su aniversario. 

Desde la puerta del baño, Emma apareció con su vestido negro, ceñido en la cintura y perfectamente peinada. Su cabello rubio caía en suaves ondas sobre sus hombros, y su maquillaje resaltaba sus ojos azules. Era una visión de perfección, pero Jamie sabía que esa perfección ocultaba algo más.

—¿Te falta mucho? —preguntó Emma, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

—Solo cambiarme de camisa. Cinco minutos, lo prometo —respondió Jamie, levantándose del sofá.

—Si dices "cinco minutos", probablemente sean diez. —Emma soltó una pequeña risa, pero había un toque de impaciencia en su tono.

Jamie la observó por un segundo más antes de dirigirse al dormitorio. Mientras desabrochaba la camisa que había usado todo el día, su iPhone vibró en el bolsillo del pantalón. Al verlo, una sonrisa apareció en su rostro: era un mensaje de su hermana Aria.

"¡Ni se te ocurra olvidarte de la cena del miércoles! Mamá me lo ha preguntado unas20 veces."

Jamie respondió rápidamente con un emoji de ok y la promesa de estar allí. Aria siempre sabía cómo recordarle lo que realmente importaba, incluso cuando él estaba atrapado en su mundo de reuniones y números.

Cambiado y listo, volvió al salón, donde Emma lo esperaba junto a la puerta, impaciente.

—Listo. Vamos —dijo Jamie, tomando las llaves del coche y dejando atrás un rastro de perfume caro. 

—Pensé que nunca estarías —bromeó Emma, mientras ambos bajaban al garaje.

Conducir por las calles de Nueva York era algo que siempre le había gustado a Jamie. El bullicio de la ciudad, las luces; lo hacía sentir vivo. Emma, sentada a su lado, estaba mirando por la ventana, aparentemente absorta en sus propios pensamientos.

—¿Cómo ha ido tu día? —preguntó Jamie, tratando de romper el hielo.

—Ha estado bien. Solo algo estresante con lo del evento benéfico, pero nada que no pueda controlar —respondió, sin apartar la vista de la ventanilla.

—Estoy seguro de que será un éxito, como todo lo que haces —dijo Jamie, con una sonrisa que su novia no vio.

Al llegar al restaurante, fueron recibidos con la amabilidad reservada para los clientes más ricos. La mesa estaba ubicada junto a una ventana con una vista espectacular de la ciudad, un lugar donde muchas parejas habrían disfrutado de la velada, pero entre Jamie y Emma, la tensión era latente.

—Este lugar es precioso —comentó Emma, rompiendo el silencio mientras hojeaba el menú.

—Sí, pensé que te gustaría. —Jamie la miró, esperando una reacción más cálida, pero Emma solo asintió, concentrada en su elección.

—Jamie, he estado pensando... —Emma dejó el menú a un lado y lo miró fijamente—. Siento que ya no pasamos tiempo juntos, al menos no de la manera en que solíamos hacerlo.

Jamie sabía que este tema surgiría tarde o temprano. Lo había estado evitando, enterrando en su apretada agenda.

—Sé he estado muy ocupado, pero te prometo que es solo temporal. Estoy tratando de construir algo para nosotros, para nuestro futuro. —Jamie intentó sonar convincente, aunque sabía que había algo más que estaba fallando.

—Lo sé, pero últimamente parece que siempre es "temporal". —Emma suspiró—. No estoy segura de cuánto más puedo seguir esperando. Hoy hacemos seis años juntos, Jamie. Llevas cuatro de ellos inmerso en FutureWave. 

Jamie iba a responder cuando el camarero llegó para tomar nota, interrumpiendo el momento. Emma pidió un un vino blanco, mientras Jamie optó por un bourbon, algo más fuerte para lo que intuía sería una larga conversación.

—Mira, Em... —empezó Jamie una vez que el camarero se fue—. Te prometo que voy a hacer un esfuerzo por estar más presente. Lo último que quiero es que sientas que no estoy. 

Emma lo observó por un momento, buscando algo en sus ojos, quizá una sinceridad que no estaba segura de encontrar.

—Espero que lo hagas, Jamie. De verdad lo espero —dijo finalmente, aunque su voz reflejaba más cansancio que esperanza.

Mientras tanto, en otro rincón de la ciudad, Lauren se encontraba en su pequeño apartamento en Brooklyn, acurrucada en su sofá con una taza de té. Había sido un día largo en FutureWave, y aunque normalmente disfrutaba de su trabajo, ese día había sido diferente. Algo en los números que había revisado no cuadraba, pero no era solo eso. La reunión con Jamie la había dejado inquieta.

—No es asunto mío —murmuró para sí misma, pero sabía que no podía dejar de pensar en ello.

Lauren era una persona meticulosa, y no podía ignorar cuando algo no estaba bien. Había algo en los informes financieros que le daba mala espina, pero también estaba la actitud de Jamie. Siempre lo había visto como un jefe distante, alguien inalcanzable, pero ese día había notado un aire de distracción en él, como si estuviera lidiando con algo que lo superaba.

Dejando la taza de té a un lado, decidió que no pensaría más en ello hasta la mañana siguiente. Pero, mientras se preparaba para dormir, no pudo evitar que su mente volviera a repasar los números, las cifras que parecían tan perfectas en el papel, pero que escondían algo más.

Mientras, a varios kilómetros, Jamie y Emma seguían cenando en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos. La cena continuó con más palabras que no terminaban de llenar el vacío que se había instalado entre ellos. Cuando finalmente salieron del restaurante, el aire fresco de la noche los envolvió, pero la tensión no desapareció.

—Te llevo a casa —dijo Jamie, intentando sonar empático - creo que será lo mejor. Mañana me levanto muy pronto y...

—Gracias —fue todo lo que Emma respondió de la forma más seca posible. 

El viaje de vuelta fue silencioso. Al llegar al apartamento de Emma, ella se despidió con un breve beso en la mejilla.

—Buenas noches, Jamie.

—Buenas noches, Em —respondió él, sintiendo que algo se había roto entre ellos, pero sin saber cómo arreglarlo.

Mientras Jamie regresaba a su apartamento, su mente seguía dando vueltas a la conversación con Emma. Sabía que algo tenía que cambiar, pero no estaba seguro de cómo. Y mientras tanto, Lauren se dormía en su pequeño apartamento, sin saber que lo que había descubierto podría alterar el mundo de Jamie Sutton de una manera que ninguno de ellos imaginaba. 

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⏰ Última actualización: Aug 29 ⏰

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