Nan & Mac I

CAPÍTULO 25

"Ah, ¿no es el presidente de la empresa, el Sr. Pracha?" preguntó sorprendido el padre de Mac.

"Su hijo ha estado a cargo durante más de un año. Cuando nos contactamos por primera vez, Khun Kitcha no conocía en absoluto a Khun Eua," respondió Dilok con una sonrisa.

"Está bien, entonces, ¿dónde debo encontrarlo?" preguntó Kitcha.

"Por favor, vengan por aquí. Los llevaré arriba en un momento," respondió Dilok, conduciendo a Kitcha y a Mac hacia el ascensor del otro lado, que lleva directamente a la oficina del presidente. Cuando llegaron a la oficina, había una secretaria muy elegante sentada en el mostrador.

"Dígale a Khun Eua que el señor Kitcha ha llegado," dijo Dilok a la secretaria, quien de inmediato se comunicó por teléfono interno.

"Pueden entrar," dijo la joven con una sonrisa. Dilok abrió la puerta para Kitcha y Mac. Al entrar, un joven alto y delgado, con una presencia imponente, se levantó de su silla. Mac lo miró y pensó que probablemente tendría alrededor de 30 años.

"Hola, Sr. Kitcha, por favor, tome asiento," saludó Eua con familiaridad, mientras miraba a Mac, que seguía detrás de Kitcha, observando con curiosidad.

"Hola, Khun Eua, este es mi hijo, Wruṇ; puedes llamarlo Mac," dijo Kitcha de manera amistosa.

"Soy Euakarun, pero puedes llamarme Eua, Sr. Kitcha," se presentó Eua antes de que Mac levantara la mano en señal de respeto y se sentara al lado de su padre. Mac lo observó y notó que Eua tenía un rostro atractivo y parecía amable, como lo mostraban las sonrisas que les dirigía a él y a su padre. Eua pidió a Dilok que trajera los documentos que la secretaria le había dado y, sin perder tiempo, comenzó a hablar sobre el trabajo. Mac también ayudó a su padre a discutir los detalles y tomó nota de los pequeños pormenores.

"El color que queremos usar está en este archivo adjunto," dijo Mac mientras entregaba el documento para que sirviera de referencia y estuviera visible para comparar con la carta de colores de la empresa.

"Puede haber algunas modificaciones, pero no te preocupes, nosotros nos encargaremos de eso," dijo Eua con seriedad. La conversación continuó durante un buen tiempo hasta que el padre de Mac pidió ir al baño. Mac se quedó con Eua en la oficina.

"No estoy seguro si necesitas documentos adicionales, Khun Eua," preguntó Mac.

"Puedes llamarme Phi. Creo que no soy mucho mayor que Mac," dijo Eua de manera amistosa. Mac hizo una pausa por un momento antes de sonreír.

"Sí, Phi Eua," respondió Mac, para que la conversación fluyera con mayor naturalidad.

"Cuando terminemos de hablar, me gustaría salir a comer con Mac y tu padre," dijo Eua cortésmente.

"Tendría que consultar con mi padre si le parece conveniente," respondió Mac. Eua le dedicó una sonrisa amable.

"Habla conmigo sobre el trabajo sin preocuparte. Siéntete libre de preguntar si tienes alguna duda," dijo Eua.

"Sí," respondió Mac con una sonrisa, sintiéndose un poco más relajado.

"Perfecto, sigue ayudando a tu padre con este tipo de trabajo. En el futuro, yo me encargaré de todo," dijo Eua.

"Bueno... así será," respondió Mac, aún sin estar seguro de cuánto podría contribuir al trabajo de su padre. Cuando el padre de Mac regresó, Eua los invitó a cenar. El padre de Mac aceptó, ya que consideraba que fortalecería las relaciones comerciales. Eua hizo que la secretaria llamara para reservar una mesa en un restaurante de un hotel de renombre. Los ojos de Mac se abrieron sorprendidos al darse cuenta de que el hotel reservado era bastante exclusivo, donde normalmente se requiere hacer una reserva con un mes de anticipación. Sin embargo, Eua logró reservar una mesa de inmediato.