Capítulo 2:

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La soledad es algo de lo que se había vuelto parte de mi vida sin sentido, llevándola a un colapso continuo, una y otra vez. Eh tenido sueños extraños, siempre hay alguien observandome, desde lejos, siempre, incluso cuando duermo, siempre hay alguien que, me mira.

Tenía los ojos cerrados con fuerza, tenía un dolor inmenso que palpitaba con fuerzas en mi cabeza, es uno de los efectos secundarios de mi habilidad, el menos grave que soporte hasta ahora.

Abrí lentamente mis ojos, no sabía donde me encontraba, o más bien, si lo sabía, pues yo mismo me había encerrado en esta realidad alterna, y no saldría de ella, hasta darle un fin con sentido y desarrollo.

Levante mi cabeza oculta entre mis brazos, estaba recostado en una superficie, una mesa, pero una mesa extraña, emanaba un olor dulce, ya se, estaba hecha de galletas, galletas dulces con chispitas de chocolate. Luego, me pude dar cuenta de que estaba en mi salón de clases, había un murmullo molestó, pero soportable.

-Oye..., ¿Aidel, estas bien?.

-Si, si kairo, estoy perfecto.

Me levante de mi asiento, observe mi alrededor con mucho cuidado, tenía mi libreta entre mis manos, no podía perderla, si la pierdo, no podré salir de esta realidad, por más que lo intente.

Todo estaba hecho de dulce, ¿que rayos me pasó por la cabeza...?. Como sea, ¿que pasara?.

Esta tarde pronosticaron que lloverá chispas de chocolate, dicen que será peligroso salir a las calles. - Escuche decir a una voz femenina, a lo que me regañe mentalmente por no pensar bien las cosas.

-¿Lluvia de chocolate...? - Pregunté, necesitaba contexto, y mi molesto autoproclamado amigo me iba a dar la explicación.

-Si, lluvia de chocolate, ¿acaso dormirte en medio de clase te atonto?. Me pregunto, a lo que, indignado, tuve que asentir levemente mientras le sacaba la lengua.

-Ya, ya, no te enfades. - Río levemente, mientras se colocaba sus lentes, (ni idea de donde los saco), y me apuntaba con el dedo.

-La lluvia de chispas de chocolate, sucede una vez cada 6 meses, dura alrededor de 5 días sin paro alguno y una de las razones de muerte más comunes en este mundo. - Me informo, a lo que yo, sin saber que decir, improvise respondiendo aque ya lo sabía, que solo quería un empujoncito.

-Ah mira, ya va a empezar.

Gire mi cabeza a la ventana, el cielo se estaba tornando gris. Seguidamente la alarma de la escuela sonó, por lo que todos rápidamente recojieron sus pertenencias y salieron lo más rápido posible.

-Hey, no te quedes ahí..., ¿que te pasa...?, ah, te acompañaré a casa, vamos. - Me jalo del brazo con un suspiro agotado, presiento que algo malo va a suceder.

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El viento empezaba a la molestar, aun tenía que saber que rayos iba a pasar, para poder escribir lo siguiente, por que no les conté, yo empiezo la historia, y la sigue el mundo. Depende de lo que pase, será por decisión de algo, o alguien, realmente no lo sé, pero debo de prepárarme, cualquier cosa que pase, será escrita en mi libreto, y lamentablemente, nada malo o bueno que pase, puede borrarse.

Estaba inquieto, caminaba lento pero Con la guardia en alto, no importaba si alguien en este mundo se daba cuenta de lo que podía hacer, al fin y al cabo, todo lo que pasó aquí será como un sueño para los involucrados. El cielo era cada vez mas tenebroso, decir que estaba asustado era poco, por que puede que nunca lo demuestre, pero me importa este mundo y sus personas más que muchas cosas.

-¿Te encuentras bien?.

-Si, exelente.

Kairo suspiró, me miraba preocupado, y no lo culpo, el siempre fue buena persona. Me tense mucho al sentir una tercera presencia en el camino, ¿será algún efecto secundario por haber cambiado la realidad?.

Cerca. Cerca. Muy cerca. Demasiado...

-¿Eh?, ¡hey!, ¡Tito!, ¡¿que haces por aquí?!.

¿Tito?, Rayos, es el nuevo, y yo aqui apunto de darme 5 paros cardíacos, ¡y solo era el nuevo!, Dios mío...

-¡Hola!, ¡¿Qué tal?!, iba para mi casa, pero me perdí. - Nos dijo riendo al final, solo lo miré con indiferencia, cansado les dije a ambos que vinieran a mi casa, era la que más cerca quedaba, sin contar que en 2 minutos la lluvia iba a empezar.

Ya era hora de la verdad.

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1 hora había pasado desde que empezó la lluvia, no hubo ningún imprevisto, no por el momento. Kairo y Tito se aburrían conforme pasaba el tiempo, y yo solo estaba preocupado, ¿que se supone que iba a pasar...?.

-Oigan..., ¿porqué hay mini chispas de chocolate intentando romper la entrada?.

Oh no...

Tome mi libreta rápidamente, inevitablemente, ya estaba escrito lo que le deparaba al mundo.

"En un mundo de dulces, un día una lluvia extraña que solo pasa cada seis meses, condena a la humanidad a una invasión de chispas de chocolate gigantes, causando terror y desorden en todo el mundo".

-¡Oh vamos!, ¡esto debe ser una broma!. - Dije tomando mi libreta y mi lapicera para bajar las escaleras y trabar la puerta con una silla.

-¡Hey!, ¡ustedes dos!. - Dije apuntando a los dos chicos que bajaban por las escaleras para ver lo que pasaba. - ¡Traben la puerta!, ¡ya vuelvo!. - Salí corriendo hasta el baño y me encerré ahí, no podía dejar que nadie me viera, y necesitaría de mucha imaginación para poder darle un desarrollo firme, por que hay otro problema, si no tiene sentido, el mundo puede hacer lo que le plasca una vez más, SIN EXEPCIONES.

Extra:

-¿Acaso fue a hacer del 2?. - Pregunto un chico alto, de pelo rubio y corto, uniforme escolar y de nombre Tito.

-Ni idea..., cerraremos bien la puerta.

-Aja.

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