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Marcar

                                             

¿Quién era ese hombre? Porque según su lógica común y recuerdos, «él» no coincidía con nada de lo que tenía planteado.

Yoongi se desconocía. Desde que había aceptado a Jimin como alfa, todo su criterio sobre parejas y alfas, se había venido abajo.

Tal vez la culpa la tenía el azabache, por tener ese humor que lo hacía reír, o esa delicadeza que lo hacía ver el mundo mejor. O esa amabilidad que lo contagiaba de manera inesperada. Pudieron ser demasiadas cosas que afectaran su razón común para poder decir ahora que se encontraba en una laguna llena de sentimientos nuevos por Jimin.

Al principio deseó verlo como un adolescente sin sentido, después como un dulce cachorro con el que no podía formar una amistad, para ahora ser el alfa que le gusta, le gusta mucho.

Jimin le había demostrado ser una persona y alfa confiable, leal y sobre todo encantador.

Su omega y él se encontraban muy a gusto con el pelinegro, al ser llenados de cariño y muestras de afecto pequeñas, pero muy significativas.

Dos semanas habían pasado desde su primer beso, sumiéndose en un callejón sin salida, donde quedaron atrapados entre esos dulces besos que compartían, al igual que las suaves caricias que se daban y disfrutaban. Seguían teniendo citas inesperadas y algunas exprés, pero sin duda estaban felices.

Yoongi comenzaba a creer que los destinados si existían, porque de lo contrario, no podía explicar cómo había sido tan fácil querer a Jimin.

Sus días eran gratificantes gracias al lindo alfa, cada día algo nuevo sucedía, como también habían armado rutinas, se veían unos minutos antes de comenzar la jornada escolar, en los recesos comían juntos y para la salida, Yoongi llevaba a Jimin hasta la puerta de su casa, donde tenían algunas sesiones de besos.

Justo ahora, Yoongi "hablaba" con Jimin sobre un proyecto importante que tenía que entregar dentro de unos meses, donde armaría un caso con su propia defensa.

Hablaba, porque en realidad ambos se distraían entre sus besos y risas.

──¡Jiminie! ──rio en alto cuando el azabache estrelló sus labios contra sus comisuras.

El alfa se alejó un poco y le dio una sonrisa divertida, Yoongi rodó los ojos, atrayéndolo a un beso más completo, donde se tomó su tiempo para delinear esos belfos.

Jimin amaba ser besado por Yoongi, sentir esos labios esponjosos contra los suyos aliviaba cualquier nerviosismo en su sistema, llenándose de emoción.

Su corazón estaba latiendo muy rápido, llevó sus manos hacia los hombros de Yoongi para acercarlo ──si eso se podía──más. El auto era su espacio favorito para compartir sus besos, pero en este momento, su alfa estaba tan ansioso que lo motivaba para tomar a Yoongi por la cintura y sentarlo en sus piernas para más comodidad, pero no podía hacerlo, no quería generarle a Yoongi una mala idea. Ni quería parecer un tonto adolescente hormonal.                                        
                   
Aunque, según internet, él ahora era un adulto.

Un chasquido sonó cuando sus respiraciones eran insuficientes por la falta de aire. Se sonrieron y Jimin dejó un último beso en los labios de Yoongi antes de acomodarse mejor en su lugar.

──Lo siento Yoonie, puedes seguir.

El omega río.

──De hecho, tengo que ir a clases ya. ──miró su reloj. ──Así que salgamos de aquí.

My little big love [Jimsu] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora