Capítulo 02

1.5K 307 257
                                    

AÑO 129 DESPUÉS DE LA CONQUISTATIERRAS DE LA CORONADESEMBARCO DEL REY

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

AÑO 129 DESPUÉS DE LA CONQUISTA
TIERRAS DE LA CORONA
DESEMBARCO DEL REY

Las campanas al mediodía tenían un significado preciso: proclamaban el comienzo de un nuevo reinado. Más específicamente, y para consternación de muchos, anunciaban el ascenso de la primera mujer en la historia de Poniente bajo la dinastía Targaryen.

Después de un rápido funeral para el rey Viserys, Rhaenyra Targaryen fue coronada en el gran salón del trono, ante la presencia de toda la corte. La nueva reina lucía la misma corona que el día anterior había llevado su difunto padre, y que en tiempos remotos había pertenecido al rey Jaehaerys.

Rhaenyra de la Casa Targaryen, Primera de su Nombre, Reina de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señora de los Siete Reinos y... No Protectora del Reino, pues dicho título se lo concedió a su esposo y consorte. Además,  entregó la espada valyria Fuegoscuro a su primogénito, a quien nombró Jacaerys Targaryen y príncipe de Rocadragón. Así, el reino se encontraba ante el soberano más incompleto en términos de títulos y símbolos de legitimidad.

Entonces, al pie del trono, Aemond sintió un dolor sordo en la mandíbula al apretar los dientes con rabia, mientras Rhaenyra los observaba detenidamente, uno por uno, esperando que inclinaran la cabeza en señal de sumisión y respeto hacia su nueva soberana.

Años de planes meticulosos resultaron infructuosos: Aegon no ocuparía el trono de hierro. Aunque Aemond no era partidario de la idea de ver a su inútil hermano como rey, la perspectiva de Rhaenyra en el trono era aún más desalentadora. Con su hermano, Aemond conocía lo que podía esperar; en cambio, la incertidumbre con respecto a su media hermana le resultaba frustrante.

Que aún no los hubiera matado no era tranquilizador; más bien, los tenía al borde de los nervios. Era difícil saber las intenciones de una mujer que apenas conocían.

La reina consorte, ahora viuda, es la primera en rendirse, inclinando la cabeza con sumisión bajo la atenta mirada de su hijastra. Otto la sigue, y luego Aegon, quien, desinteresado en perder lo que durante años le hicieron creer que le pertenecía, también se inclina. Helaena, por su parte, acepta sin problema el renunciar a su posible posición como reina consorte. Sin embargo, cuando llega el turno de Aemond, él le mantiene la mirada a su media hermana.

Los ojos púrpuras de Rhaenyra atrapan la mirada violeta de Aemond, cuya renuencia se hace evidente en el ceño fruncido y el pliegue de sus cejas rubias. Ella, en respuesta, alza los hombros, levanta el busto y hace emerger la curva de su cuello, casi como si lo desafiara.

No es que le interese facilitarle nada a Rhaenyra; si los va a ejecutar, que lo haga de una vez, ante la presencia de toda la corte. Que la sangre derramada señale el comienzo de un reinado que, sin duda, será...

—Aemond —el susurro de su madre es lleno de rabia, pero por alguna razón, parece también estar al borde del llanto—, por favor.

Sabe que no necesariamente habían aceptado la idea de Rhaenyra como reina en absoluto, pero le estaba dejando claro que no tenían otra opción al respecto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 01 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

FETISH ⎯⎯⎯ house of the dragon +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora