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Dos niños de alrededor de 11 años jugaban en el patio de su escuela, divirtiéndose como lo haría un niño de su edad, aunque había un pequeño detalle, el corazón del pequeño Urano daba brincos cada que su amigo, Neptuno, estaba a su alrededor, su inocente mente habría experimentado por primera vez el sentimiento del amor.
Neptuno, por otro lado, no parecía interesarle mucho esos temas sobre le amor, había escuchado de él, claro, pero pensaba que, por ahora, solo era algo que veía a futuro.
En efecto, debido a la timidez de Urano su turno de haberse declarado se lo habían ganado...
Todos estaban reunidos en el patio, observando la declaración evidente en el centro del patio, un chico alto de pelo castaño con rubio y una notoria mancha de un color rojo claro en su rostro entregaba un ramo hecho a mano al inocente Neptuno.
Debió de doler tanto para Urano como para el chico?, Urano porque vio como Neptuno recibía las flores y el chico por ser rechazado de una manera tan rápida que ni si quiera noto que ya se había hecho bolita en el baño llorando mientras que su amigo un poco no tan alto como él esperaba a que saliera.
Los planetas helados se reunían siempre después de clases para ir a casa juntos, en cambio, en esta ocasión Urano no acudió a su amado, preocupado, lo llamo por correo electrónico y el solo se dijo fríamente que se le había olvidado decirle que iba a salir con un chico que conoció apenas ese día, no él quedó de otra más que irse a su casa, pensó que todo iba a estar bien pero no.
A la mañana siguiente, fin de semana, revisó sus redes y como si fuera un ataque al corazón, un post de Urano en una cama, que, evidentemente no era suya, junto a un chico con pelo azul y mechones verdes y blancos, había...dormido ahí... y no le había dicho nada...
No le salían las palabras de la boca, quería gritar, reclamarle de alguna manera, pero no podía, solo eran amigos, solo se querían, se notaba que ya amaba a ese extraño.
Su madre entró a su habitación diciéndole que se vista iban a salir a la casa de la madre Urano, eran buenas amigas. Neptuno solo quería enfermarse y no salir nunca de su cama, así Urano le pondría un poquito de atención, velar por el, pero eso no se podía ahora.
Solo le dijo que no se sentía bien, su madre salió sin tomarle tanta importancia.
Aunque él no sabía que eso solo había sido un paso más de su engaño.
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Despertó, había tenido un mal sueño de un recuerdo borroso ya, el de cabellos celestes seguía abrazándolo, ahora, cayó en cuenta que si hubiera aceptado a ese chico, capaz, en otro universo, nada de esto hubiera pasado...
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Holaaa, perdón por la demora tuve muchos pendientes y justo ahora llegue a completar la historiaaaa, bueno eso es to Tchao ♡
