Steve Rogers pensaba que nunca iba a volver a enamorarse después de lo que pasó con Peggy Carter... hasta que conoce a la hermana menor del multimillonario Tony Stark.
Basada en:
THE AVENGERS
CAPTAIN AMERICA: THE WINTER SOLDIER
AVENGERS AGE OF ULTRO...
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—¡Hill, Maddie! ¿Dónde está Steve? ¿Tienen la ubicación de Rogers?— oyeron a Natasha.
—Sigue ahí en el Helicarrier... no sabemos si está con vida porque el comunicador se rompió o algo así.— respondió Maria.
(...)
—
¡Maddie!— Natasha corrió hacia ella quien estaba con Fury.
—¿Qué?— la miró.
—...Lo encontraron.
Los ojos de Maddie brillaron y se despidió de Nick. Las dos fueron a su auto.
—¿Cómo? ¿¡Cómo que lo encontraron!?— estaba sorprendida. Había pensado que Steve se encontraba muerto en el agua.
—Lo encontraron en la orilla.— contó y al llegar se metieron.
Maddie corrió primera y fue a la sala donde le dijeron. Llegó a la puerta y entró como si nada encontrándose con Sam leyendo los diarios al lado de Steve inconsciente y con música de los 70.
—Oh, por Dios.— se puso frente a el. Sam la miró.
—Oh, yo también estoy bien, gracias por preguntar.— bromeó y ella lo miró fulminante.
—Perdón, es que... Dios, pensé que había muerto.
—No, está bien. Los médicos dijeron que solo tiene heridas pero nada más que eso, solo necesita reposo. Ah, y está...— Sam no quiso decirle que Steve estaba despierto, solo que descansaba, así que se calló. Natasha le había contado que quería emparejar a estos dos y el iba a apoyar eso.
—¿Está...?
—Olvídalo. Dejaré que te quedes con el, llamame si necesitas algo.— dijo y se fue. Maddie se sentó a su lado.
Miró su rostro, estaba con moretones y con su labio roto. Divisó su nariz... sus mejillas, hasta sus manos. Debía admitir que era lindo, más lindo que ella y eso que Madison tenía autoestima y era difícil admitir que alguien era más lindo que ella.
Y otra vez pensando en ella misma... pero esta vez no iba a ser así. Su atención iba a estar en el chico que estaba en la camilla con sus ojos cerrados que ya deseaba que los abra para ver sus bonitos ojos azules.
Su mano se dirigió a la de el y las entrelazó sin percatarse de que las mejillas de Steve se estaban poniendo rojas ante el contacto.
—Diablos, Steve... te dije que no hagas una locura y vas y las haces.— se quejó.— La mayoría de veces eres un viejo pero tienes actitudes de un niño de cinco que no le hace caso a las madres, idiota. Me haces preocupar, me haces llorar cuando jamás lo hice por nadie... pero lo hice por tí porque pensé que estabas muerto en el fondo del agua y yo no iba a poder verte nunca más... aunque, es lindo pensar en otra persona y no solo en ti mismo, ¿no crees?
