most ardently

𝟶𝟼

- ¿No te han enseñado que la imprudencia debe ser castigada? - dijo el alfa sobando el filo de la navaja con la yema de sus dedos. - Al parecer no tuviste una buena crianza.

Se acercó hasta el interruptor que estaba a su lado y lo oprimió durante diez segundos.

El hombre que tenía en frente estaba sentado en una silla, desnudo y con cortaduras profundas por todo el cuerpo.

Estaba retorciéndose del dolor gracias a los choques eléctricos que el alfa proporcionaba al apretar el botón.

Dejó de lado la electricidad, se acercó a él y le proporcionó un golpe justo en la mandíbula.

- Escúchame muy bien, hijo de perra y mirame cuando hablo. - los ojos de Jungkook tenían leves destellos rojos rubí. - ¿Siquiera pensaste en como se debió sentir el omega gracias a tu comportamiento asqueroso?

Solo pudo llorar de tanto miedo, sabía que no iba a salir Vivo.

- Mi amado tuvo un momento incomodo durante la cena por ti, por tu maldita culpa, maldito hijo de puta. - dijo mientras metía la navaja entre las costillas del contrario.

- Mientras yo viva, nadie va a hacerle sentir si quiera una pizca de disgusto a mi omega. - Jungkook sacó la navaja e hizo señas a sus hombres para que se lo llevaran. - ¡¿ENTEDISTE?!

- Llevenlo directamente a la jaula de Eros sin quitarle la sangre de encima, así le gusta más. - dijo para luego salir del sótano de torturas de la casona mayor.

- Namjoon, quedas a cargo del resto de las cosas que ordené, necesito que estés totalmente pendiente de que todo se haga al pie de la letra; no quiero que el maldito de Roger Willis vuelva a hacer una jugada fallida en mi contra. No me gustan los errores.

Marcó el número de celular de manera rápida mientras salía y se adentraba en su auto. — Tae, hola. Buenas tardes.

— Uh, hola, Jungkook. ¿Q-que tal?

— Oh, solo llamaba para saludarte y saber si te gustaría ir a almorzar algo.

— Gracias por tenerme en cuenta, Jungkook. M-me encantaría ir a almorzar contigo.

— Estupendo, Tae. Paso en 15 minutos por ti.

— Uh, ok. Ya me alisto.

Colgó la llamada y arrancó a toda velocidad, por dentro, estaba emocionado por ver a Taehyung.

Él era alguien frío, manipulador y un asesino. Pero Taehyung sacaba su humanidad a flote.

Pero ¿Que pasaría cuando Taehyung se entere de quién es el alfa en realidad? Porque no es un simple empresario rico, no, ni siquiera rico. Multibillonario.

— Oh, Jungkook, buenas tardes. Llegaste muy rápido.

— Omega, buenas tardes, estoy feliz de verte. Quise llegar lo más rápido posible y no desaprovechar el tiempo a tu lado. — dijo el alfa guiando al omega hacia el automóvil. — Quisiera llevarte a un lugar, un restaurante que sé que te encantará.

— Si tú lo dices es porque es así, sé que me gustará. — miró hacia arriba para ver al mayor y mostrarle una sonrisa sincera. — Sé que lo haces con la intención de hacerme sentir bien.

Taehyung tomó la osadía de tomar la mano de Jungkook, y justo cuando el hombre iba hablar el chico le dió un eso suave y rápido en la mejilla.

Sin duda alguna Jungkook no cabía de la felicidad, estaba atónito, tanto que solo pudo sonreír gustoso mientras su lobo ronroneaba tranquilo y emocionado.

Abrió la puerta para el omega y luego se subió él, poniendo en marcha el automóvil salieron rumbo al restaurante.

Taehyung estaba nervioso, no sabía qué código de vestimenta tenía ese dichoso restaurante. Tenía puesto un vestido color lila con boleros y mangas cortas abultadas, su joyería de imitación y unas zapatillas blancas adornadas con un lazo del mismo color.

Mientras veía que Jungkook tenía un pantalón negro de vestir, una camisa manga larga color crema y unos zapatos elegantes, oh y su cabello perfectamente negro peinando hacia atrás.

Taehyung estaba fascinado con la autoridad, la presencia pulcra y dominante que desprendía el alfa puro.
Llegaba a ser demasiado intimidante, pero eso fue desapareciendo a lo largo de las salidas, las charlas por teléfono. El omega se dió cuenta de que Jungkook era el hombre más inteligente, hermoso y amable que había conocido y tenía miedo, temor de enamorarse y que tal vez Jungkook no sintiera lo mismo.

Llegaron al establecimiento y bajaron, entraron y fueron guiados por una beta hacia su mesa. El restaurante era hermoso, tenía pinturas, plantas por doquier y frases de artistas y filósofos importantes ubicadas en las grandes paredes. Se veía divertido, elegante y caro.

Taehyung nunca había tenido pareja, sus celos los pasaba a solas. Un omega virgen de 20 años era alguien muy codiciado, pero él nunca prestó atención a eso.

Taehyung era inteligente, sabía hacer muchas cosas. Pensaba que aquellos alfas solo lo querían para cogerlo y ya, pero él quería algo más.

El hecho de que Jungkook le llevara 12 años era demasiado, pero le agradaba, tal vez porque su instinto omega sabía que Jungkook podría cuidarlo y proveerle. Pero debía ser prudente con él.

Sentados a la mesa Jungkook tomó la mano del menor y lo miró fijamente a los ojos. — Necesito que sepas mis intenciones, Taehyung. Me encantas, maldición. Desde que te ví al entrar en mi oficina. Ésta es una cita, romántica sí.

Taehyung no dijo nada, simplemente escuchaba lo que Jungkook decía.

— Quiero conocerte, cortejarte. Mi lobo te siente, yo te siento, Taehyung. Permíteme el honor de ser tu alfa, permíteme el honor de hacerte mío y haré que todos estén a tus pies, todo el maldito universo si es necesario. Te suplico que me dejes amarte.

El omega estaba chillando de emoción, su lobo estaba saltando emocionado.
— ¡Alfa, alfa nos quiere cortejar, nos quiere amar!

— También lo deseo, Jungkook. Quiero hacerlo, estar contigo...

Todo estaba saliendo al pie de la letra para Jungkook. Pero ¿Que va a pasar cuando Taehyung se entere de su plan y de otras cosas que él esconde?