"Capitulo 1"

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**Prólogo: El Castigo del Verdadero Dios**

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"Solo soy un chico que siempre deseo ser Flash, pero jamás imagine que tengo que tener un castigo divino"

En un rincón del vasto y complejo tejido del multiverso, donde mundos y dimensiones se entrelazan en una danza caótica, existía una entidad que trascendía la comprensión humana. Era conocida como el "Verdadero Dios," una deidad cuya influencia abarcaba más allá de la creación y destrucción, una fuerza primordial que equilibraba las realidades con una mano invisible pero omnipotente.

En el universo del que Barry Allen, el Flash, provenía, su vida estaba marcada por la velocidad y el sacrificio. Desde sus inicios como el joven y brillante científico, hasta su transformación en el héroe veloz conocido por su lucha contra el crimen, Barry siempre había sido una figura de gran poder y responsabilidad. Sus acciones estaban guiadas por un profundo sentido del deber, un deseo de proteger a los inocentes y mantener la justicia. Pero incluso los héroes más dedicados pueden caer en el pecado de la arrogancia, y Barry, a pesar de sus intenciones, no estaba exento de errores.

Una serie de eventos desafortunados había llevado a Barry a tomar decisiones que, aunque parecían correctas en el calor del momento, tuvieron consecuencias devastadoras. En una ocasión, durante una crisis multiversal, Barry, en su intento de salvar a su universo de la aniquilación, había tomado decisiones que afectaron el equilibrio de los mundos cercanos. Sus acciones, aunque bien intencionadas, rompieron las reglas que mantenían la estabilidad entre las dimensiones, desencadenando una serie de consecuencias imprevistas.

El "Verdadero Dios," observador de todos los planos de existencia, se percató de las perturbaciones causadas por las acciones de Barry. En el gran esquema del universo, cada acción tenía un efecto en cadena, y el desequilibrio creado por Barry puso en peligro la armonía de varios mundos. El Verdadero Dios, cuya paciencia era tan vasta como el tiempo mismo, decidió que una lección era necesaria para restaurar el equilibrio y asegurar que no se repitieran tales errores.

Así, en un acto que reflejaba tanto la ira como la justicia, el Verdadero Dios tomó la decisión de castigar a Barry. El castigo no sería uno de sufrimiento eterno, sino de aprendizaje forzado. Barry sería trasladado a un mundo completamente diferente, uno donde tendría que empezar de nuevo y enfrentarse a desafíos que pusieran a prueba no solo su habilidad y poder, sino también su carácter y moralidad. Ese mundo era el reino de Orario, un lugar de aventuras, dioses, y luchas interminables conocido en otro universo como "Danmachi."

La transición fue brutal. Barry no fue transportado con su velocidad intacta, ni con sus recuerdos claros. En lugar de eso, se encontró en un estado de confusión, perdido en un mundo lleno de magia y criaturas míticas, con una fracción de su antiguo poder y sin un rastro claro de su pasado. La velocidad que una vez le permitió atravesar el tiempo y el espacio ahora parecía ser un simple atisbo de lo que había sido. Aunque sus reflejos aún eran agudos, no tenía idea de cómo usar su velocidad para su ventaja en este nuevo entorno.

El Verdadero Dios, observando desde el umbral del infinito, sabía que este castigo servía como un desafío a Barry. Le estaba dando la oportunidad de redimirse, de encontrar su lugar en un mundo que no estaba familiarizado con su tipo de héroe. La lección era clara: incluso aquellos con el poder más grande debían aprender humildad, y el verdadero valor no residía únicamente en la fuerza, sino en la sabiduría y la capacidad de adaptarse.

Barry se encontró en Orario sin recuerdos claros de su vida anterior y sin la habilidad para usar su velocidad de la misma manera que antes. Al principio, se sintió perdido y confundido, enfrentando la dura realidad de un mundo donde sus antiguos conocimientos y habilidades parecían insuficientes. La transición a su nuevo papel no fue fácil. Las habilidades que había desarrollado a lo largo de años de entrenamiento y experiencia como el Flash ahora parecían frágiles y mal entendidas.

Mientras navegaba por las calles de Orario, Barry comenzó a comprender la magnitud de su situación. La ciudad estaba llena de aventureros y deidades, cada uno con sus propios deseos y conflictos. Aquí, no era el héroe omnipotente que todos conocían. Era un forastero que tenía que encontrar su camino, enfrentarse a criaturas y desafíos desconocidos, y tratar de reconstruir su vida con las habilidades que le quedaban.

Pero la enseñanza del Verdadero Dios estaba lejos de haber terminado. Barry debía enfrentarse a pruebas que no solo desafiarían su fuerza física, sino también su corazón y su mente. El mundo de Orario estaba lleno de lecciones y oportunidades para aprender, para entender que incluso el héroe más rápido del universo no era infalible.

En la oscuridad de su nueva realidad, Barry sentía la sombra del Verdadero Dios sobre él, una presencia que lo mantenía en un estado constante de reflexión y desafío. Este mundo era su oportunidad de redención, un lugar donde debía enfrentar sus errores, reconstruir su carácter, y demostrar que estaba dispuesto a aprender y crecer.

Mientras el sol se ocultaba en el horizonte y las luces de Orario comenzaban a brillar en la noche, Barry Allen sabía que el camino que tenía por delante sería arduo y lleno de pruebas. Pero con cada paso que daba en este nuevo mundo, entendía un poco más el castigo que había recibido, y la oportunidad que le había sido otorgada para redimirse.

**Fin del Prólogo.**

Yo En Danmachi Como Flash (Ezra Miller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora