"El Ritual de la Cueva"

Capítulo 5: La Casa de los Maleficios

El cielo nocturno se había oscurecido mientras Diego y Alexis avanzaban por las calles desiertas de la ciudad, ahora con una nueva percepción de la realidad. Tras el ritual, habían ganado la habilidad de percibir auras, tanto buenas como malas, y se dieron cuenta de que podían sentir una conexión energética entre ellos. Si uno de ellos estaba al 20% de energía, el otro podía transferirle una porción de la suya para mantener un equilibrio.

¿Estás listo para esto? - preguntó Alexis, su voz sonando más tranquila ahora que sabían que podían compartir su energía.

Sí. - respondió Diego, mientras observaba el cielo, que parecía tener un tinte anaranjado y rojo sobre ciertas áreas de la ciudad. - Veo algo. Hay zonas en el cielo que parecen... cambiar de color.

Ambos comenzaron a buscar en las calles, guiados por la visión del cielo que se teñía de un tono rojizo sobre una casa antigua en el distrito más antiguo de la ciudad. La casa, que se encontraba al final de una calle empedrada y desierta, parecía abandonada desde hacía décadas. Las ventanas estaban cubiertas de polvo y las paredes estaban cubiertas de grafitis y musgo.

Cuando llegaron cerca de la casa, la energía a su alrededor se volvía más densa. Diego sintió un peso en el aire, mientras que Alexis observó cómo la luz que emanaba de la casa parecía oscurecerse aún más.

Aquí está. - dijo Diego, señalando la casa con su mano. - Siento una gran cantidad de energía negativa emanando de este lugar.

Sí, el cielo sobre la casa es más oscuro. - coincidió Alexis, alzando la vista para observar el fenómeno. - Podemos entrar y ver qué podemos hacer para romper el maleficio.

Ambos se acercaron a la puerta de entrada, que estaba desvencijada y parecía estar a punto de caerse de sus goznes. La empujaron con cautela y entraron en la casa, donde un aire frío y húmedo los recibió. Las tablas del suelo crujían bajo sus pasos, y las sombras danzaban a la luz de sus linternas.

Debemos encontrar el lugar donde se realizó el ritual. - dijo Diego, mirando alrededor con atención. - Puede que haya marcas o símbolos ocultos.

Mientras exploraban la casa, Diego y Alexis comenzaron a notar que ciertos lugares en el suelo parecían estar marcados con símbolos antiguos. En una habitación en particular, encontraron un círculo dibujado en el suelo con lo que parecía ser cenizas y huesos. La energía en el aire se volvía más intensa a medida que se acercaban.

Esto debe ser el centro del maleficio. - dijo Alexis, mientras examinaba los símbolos. - Parece que alguien realizó un ritual aquí hace mucho tiempo.

Sí, y eso explicaría por qué el cielo sobre esta casa se ha vuelto rojo. - agregó Diego, sintiendo una oleada de energía negativa a su alrededor. - Tenemos que romper el maleficio para liberar a las almas que están atrapadas aquí.

Ambos comenzaron a trabajar en la ruptura del maleficio siguiendo las instrucciones del libro de demonología. Utilizaron la sal para trazar un nuevo círculo de protección alrededor del antiguo ritual y recitaron palabras de liberación que habían encontrado en el libro.

Mientras realizaban el proceso, el ambiente en la casa comenzó a cambiar. Las sombras parecían desvanecerse y una sensación de alivio llenó el aire. Diego y Alexis podían sentir que la energía negativa estaba siendo desplazada, y las almas en pena que habían estado atrapadas comenzaban a encontrar paz.

Mira. - dijo Alexis, señalando el cielo a través de una ventana rota. - El color está cambiando.

El cielo sobre la casa comenzó a cambiar de un rojo oscuro a un tono más claro y celeste. La atmósfera en la casa se volvía más ligera, y el aire parecía ser más fresco. Las sombras que antes dominaban la casa se desvanecieron por completo.

Lo hicimos. - dijo Diego, con una sonrisa de satisfacción. - El maleficio está roto. Ahora, las almas en pena pueden descansar en paz.

Sí. - asintió Alexis, sintiendo una profunda sensación de alivio. - Los lugares rojos en el cielo parecen ser lugares donde podemos ayudar a los muertos. Ahora sabemos que hay más lugares donde necesitamos hacer lo mismo.

Ambos salieron de la casa con una sensación de logro, sabiendo que habían hecho una diferencia. La casa, una vez oscura y maldita, ahora parecía ser solo una estructura antigua en medio de la ciudad. Mientras se alejaban, el cielo sobre ellos estaba claro y sereno, reflejando el éxito de su misión.