Capítulo 7

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El domingo siguiente, Harry convenció a Louis para ir a la iglesia, algo que, por razones que aún no estaban claras para el omega, el granjero había estado evitando.

Pero el castaño añoraba la compañía, para variar, así que se puso la que siempre había sido su camisa favorita de domingo y se reunió con Harry, que llevaba de nuevo su traje marrón, por primera vez desde la boda, su cabello estaba peinando hacia atrás con algunos rizos cayendo sobre su frente.

Fuera de la iglesia Louis vio muchos coches y camionetas aparcados, todos ellos cubiertos por una capa de polvo marrón que ya le era familiar, una mugre que disfrazaba los verdaderos colores de casi todo. Grupos de personas se apresuraban a entrar en el edificio y el castaño se dio cuenta de que, apesar de la apariencia de soledad en el pueblo, efectivamente, vivía mucha gente.

Antes de que empezara el servicio Louis conoció a algunos miembros de la congregación.

Harry lo presentaba como su omega, y Louis hacia su mayor esfuerzo por ocultar su cuello qué carecía de una marca distintiva y, a juzgar por las miradas de sorpresa que recibían, Louis supuso que el granjero no había hablado con nadie de su llegada. Al lado de Harry, sin embargo, el castaño recibió una respuesta muy diferente de la que había recibido en su ciudad, solo. Con él Alfa, la gente no dudaba en sonreír y saludarlo.

—Estoy encantada de conocerte— dijo una mujer. —Madre mía, eres precioso.

Después felicitó a Harry. Otra mujer dijo: —No teníamos ni idea.

Su marido estrechó la mano de Harry y luego le dio unas palmadas en la espalda antes de que entraran en el santuario. El reverendo Case empezó su servicio con las oraciones habituales, himnos y lecturas de la Biblia. Pero después salió de detrás del pulpito y habló directamente a la congregación sin la carga de esa barrera entre los presentes.

En el sermón, su mensaje era de perdón y comprensión hacia los enemigos.

—Espero que podamos ser una nación tan generosa que elijamos la caridad en lugar de la victoria.— hizo una pausa para reflexionar —La compasión sobre la condena.— parecía que estuviera manteniendo una conversación mas íntima con cada uno de los presentes. —Vamos a rezar por la recuperación de los que sufren, porque todos tengan tranquilidad y prosperidad, por el final de todas las luchas, batallas y guerras en este mundo.

—Amén —dijeron todos juntos.

Cuando terminó el servicio, el reverendo Case retuvo a Louis en el santuario durante unos instantes. Con una de sus amables sonrisas dijo:—Estoy muy contento de verte otra vez. ¿Te está gustando esto?

El omega no quería mentir. —Es... tranquilo.— aún así el pequeño castaño parecía consternado —Me ha gustado mucho su sermón.

El reverendo colocó una mano sobre su espalda y le dio una suave palmada. —Aquí estás entre amigos, Louis.

Luego de la breve charla el reverendo condujo a Louis a la zona central de la capilla, entonces Harry lo presentó a la famosa señora Pratt, que de hecho les entregó un pastel. Sonrió y tocó el brazo del omega.

—Qué cosa tan maravillosa que Harry finalmente se haya casado.

Con el pastel en mano, Harry se dirigió a la puerta. La señora Pratt se acercó a él.

—¿Y cómo se conocieron Harry y tu?

En ese momento Louis recordó por qué no quería ir a la iglesia. Su padre había planeado decirle a todo el mundo de Doncaster y que el omega se había fugado.

—Me fugué— dijo Louis. La señora Pratt parecía sorprendida. Entonces Harry volvió a su lado.

—Nos conocimos en Doncaster hace algunos meses.

—Qué romántico.— la mujer estaba francamente contenta —No me enteré de que habías ido a Doncaster— le dijo a Harry, y acto seguido le guiñó un ojo.

Aunque la congregación habían planeado una comida para el mediodía, prefirieron no quedarse porque Harry dijo que había otro lugar al que le gustaría llevar a Louis.

—Hay un estanque para pescar aquí cerca, pensé que te gustaría verlo.

A decir verdad, al castaño nunca le había gustado la pesca. Asíque cuando llegaron a la granja Louis se puso unos téjanos y una camiseta y volvieron a salir. Ya en la orilla del lago Holbrook, Harry lo condujo hasta un bote.

Lo enderezó y lo acercó al agua manteniendo un extremo cerca de la orilla para que el omega pudiera saltar sin mojarse. Un instante después, lo empujó. Harry sumergía el remo por un lado y luego por el otro. Muy pronto llegaron a la mitad del lago, rodeados de libélulas que planeaban sobre la superficie del agua.

—El mediodía no es el mejor momento para pescar...— dijo Harry —pero quizá tengamos suerte.

Harry echó el anzuelo y esperó. Louis se recostó en la tablilla de madera que le servía de asiento y cerró los ojos bajo la luz del sol. Tenía que admitir que el estanque era muy relajante.

—Esto es muy agradable —Louis sonrió a Harry sin abrir los ojos —Gracias por traerme aquí. Y gracias por mentirle a la señora Pratt.— Louis apenas pudo oír su voz sobre el zumbido de las libélulas y los lametones de agua tibia contra los costados del bote.

—Esperaba que te gustara.

El castaño se quitó las zapatillas, las puso en el fondo del bote y dejó respirarlos pies. Después sintió como Harry se movía en la barca y escuchó cómo recogía el sedal. A pesar de la cegadora luz al otro lado de sus párpados, vio que había atrapado algo.

—Una trucha de garganta cortada— dijo mientras el pez daba vueltas en el agua a su lado. Harry lo alzó en el aire y la criatura empezó a luchar por sobrevivir. Louis tuvo que apartar la mirada. —Las truchas son buenas para comer, y esta es muy grande.

—No creo que pueda comer nada que haya visto respirar.

—Bueno...— dijo sin conseguir quitar el anzuelo —los peces en realidad no respiran.

—Ya lo sé. Branquias en vez de pulmones.

—Mira, omega— dijo el Alfa. Louis vio que le había quitado el anzuelo y estaba devolviendo lentamente latrucha al agua. Sujetó al pez tan dulcemente que sorprendió al castaño. Lo sostuvo durante unos segundos dejando al pez moverse dentro de su mano. Y explicó. —Vamos a dejarlo que se acostumbre de nuevo a la sensación del agua en sus branquias.— tras unos segundos lo dejó marchar —Mira, está bien, ya se aleja nadando.

Louis observó cómo la sombra plateada desaparecía en las profundidades del lago y levantó una ceja confundido. —No tenías por qué hacerlo.

Harry se sacó el sombrero, se secó la frente con el dorso de la mano corriendo un par de rizos a un costado y después se lo volvió a poner. Con la mirada puesta en los sauces dijo:

—El objetivo era estar aquí. Pescar es solo...— estaba buscando la palabra apropiada —Una excusa, me temo.

—Gracias por dejarlo marchar.

—De nada.

Los orbes de Harry no se apartaron de su rostro, no queriendo perderse ningún detalle de sus gestos. Louis volvió a cerrar sus ojos y relajo sus extremidades, el alfa quedó prendado ante su imagen. La manera en que su camisa abrazaba su -ahora no tal delgada- cintura y la tela se balanceaba sobre su cuerpo lo había dejado perplejo. Incapaz de voltear la mirada.

—De todas formas, no sé limpiar un pescado.— dijo Louis repentinamente, distrayendo a Harry de sus pensamientos. El alfa sacudió la cabeza y aclaró su garganta.

—Yo sí —dijo asintiendo —pero es un poco engorroso.

La superficie del lago estaba lisa y quieta, parecía sólida como el mármol.
Para la sorpresa del omega, había disfrutado mucho del día con Harry.

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⏰ Última actualización: Aug 31 ⏰

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𝐄𝐥 𝐠𝐫𝐚𝐧𝐣𝐞𝐫𝐨  «𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢𝘷𝘦𝘳𝘴𝘦» l.s "adaptación"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora