¿Amigas o algo más? (FreenBecky)

Parte 1

"¡Solo ven aquí, P'Freen!" Mi mejor amiga y compañera de trabajo, Becky, podía ser muy impaciente a veces, y hoy no fue la excepción. Su voz sonó a través de mi teléfono celular: "Tengo que cenar algo y luego podremos pasar la tarde juntas."

"Está bien, está bien," respondí. Cuando Becky quería verme en nuestros días libres de trabajo o vacaciones, siempre exigía en lugar de preguntar. Por supuesto, yo también estaba ansiosa por verla. Por decir la verdad, éramos un poco adictas la una con la otra.

Desde que nos conocimos, habíamos pasado casi todos los días juntas. Seguía esperando que me cansara de ella, pero hasta ahora, cada minuto que estábamos juntas, solo estimulaba otra hora más que quería estar con ella. "Estaré allí en veinte minutos."

"También podrías traer ropa cómoda y pasar la noche." Esperaba esto. Las pijamadas eran bastante frecuentes con Becky.

"¿A tus padres no les importará?" Me habían educado para dar a los adultos, especialmente a los padres, el máximo respeto. Yo respetaba muchísimo a los padres de Becky y sabía que ellos deseaban compartir con ambos hijos cuando tenían la oportunidad.

"¿Qué importa? No te preocupes, ya pasé tiempo con ellos y Richie ayer. Solo trae tu trasero aquí. ¿Está bien? ¡Nos vemos pronto!" Colgué el teléfono y sonreí mientras acariciaba a mi querido perro Fluffy. Becky siempre me hacía sonreír, eso era seguro.

Rápidamente preparé un bolso con lo necesario, me despedí de mi madre y Fluffy y salí por la puerta.

Mientras conducía hacia el edificio donde vivía Becky y su familia, no pude evitar que ciertos recuerdos inundaran mi cabeza...

~ ~ ~Recuerdos~ ~ ~

Hasta el día de hoy, no puedo creer hasta dónde hemos llegado y todo lo que hemos logrado en tan poco tiempo. Incluso, para ser honesta, nunca esperé ser tan cercana y buena amiga de Becky cuando la conocí. Éramos tan diferentes.

Aún recuerdo cuando ella entró en mi vida como esta chica hermosa que casi no podía hablar Tailandés y yo sin saber mucho Inglés, le dirigí la palabra y hasta esperaba que su padre la buscara luego de los talleres antes de irme. La quería cuidar y ayudar en lo que pudiera. Era como una hermana pequeña para mí. Algo que nunca tuve.

Había estado pasando por un momento muy difícil en mi vida debido a problemas familiares y de pareja. Aún así, todavía reía y bromeaba como se esperaba de mí, pero lo hacía aturdida, como si estuviera yendo por la vida en piloto automático. Por eso, cuando conocí a Becky por primera vez, la evalué desde la distancia.

Incluso a través de la niebla de la depresión, noté ciertas cosas en ella de inmediato. Primero, ella era hermosa, y quiero decir ¡HERMOSA! Tenía un aspecto exótico y extranjero, cortesía de su herencia británica. En segundo lugar, noté que era bastante callada y reservada pero a la vez muy brillante y siempre dispuesta a dar lo mejor de sí.

Luego de agarrar confianza y aprender un poco más de Tailandés por pasar tiempo con nuestros colegas, con nuestra amiga, Nam, y conmigo, ya Becky era rápida para hacer comentarios ingeniosos o sarcásticos. A veces su sentido del humor me parecía muy compatible con el mío, y cuando no, por alguna razón, nos entendíamos. Aún así, nunca consideré la posibilidad de ser algo más que compañeras de trabajo con ella.

Las cosas empezaron a cambiar una noche en que trabajamos juntas durante el rodaje de GAP. Teníamos que besarnos y rodar otra escena de cama. Era la semana anterior a que me llegara el periodo y la mayoría de las veces me entraba el deseo de satisfacer ciertas necesidades.

Habiendo estado sin contacto íntimo durante bastante tiempo, me sentí especialmente frustrada esa noche. Becky se dio cuenta de que algo andaba mal y cuando terminamos de rodar me preguntó qué era, le di una explicación bastante detallada ya que nos teníamos mucha confianza.