Por fin es el día, hoy iré a Finnzitsione. No puedo evitarlo, estoy ansiosa por estudiar en el lugar en el que siempre me dijeron que era grandioso, el lugar correcto para mi.
Estaba ya caminando por los pasillos de mi casa, la cual era un caos, mi madre llorando de felicidad ante el hecho de que su hija mayor iría a Finnzitsione, mi padre apurándome para partir, y Allison persiguiendo a Jacob por toda la casa, será extraño, pero esto para mí es hogar.
Entré a mi habitación para verla por última vez, estaban los muebles ahí, pero mis cosas estaban en cajas, pues al llegar a la escuela mis cosas serían trasladadas a mi dormitorio. Miré a mi alrededor y noté un libro tamaño bolsillo en una de las repisas de mi habitación, extraño ya que yo no recordaba tener ese libro. Caminé rápidamente hacia el libro y lo tomé en manos, era liviano, color negro y de cuero. Abrí el libro con cautela para leer el contenido y saber al menos de que trataba, tal vez era un regalo de mi padre, le gusta dejar cosas por ahí y que yo las encuentre.
— ¿Estas lista? Esta nueva aventura estará genial, estoy dispuesto a convertirme en el mejor en Skeimball — Casi morí de un infarto y cerré el libro de inmediato, volteé ocultando el libro detrás de mi.
— ¿Que sucede? Tampoco soy tan feo — Max sonrió, tenía una mochila más que grande que he visto en toda mi vida colgada en la espalda.— ¿Quieres matarme de un infarto? ¡Dios! — Dije y caminé para salir de la habitación, siendo seguida por Max. Ambos salimos de la habitación, yo aún con el libro en manos, pero ya no estaba escondiéndolo. — ¿Que tal estás? — Pregunté con poco interés en realidad, pues era una pregunta de cortesía, normalmente el no espera a que pregunte si está bien, solo lo dice.
— Emocionado. ¿Crees que soy un Yerma? ¿O seré un poderoso mago? — Respondió y rodé los ojos, he perdido la cuenta de la cantidad de veces que he tenido que explicarle cómo funciona.
— Te he dicho que no funciona así. Funciona sobre cómo haya sido tu familia y de donde provengas... Si naciste aquí, serás un Mago, lo que obviamente eres. Pero si hubieras nacido en Heisemberg... Serías un... — Me detuve para terminar esa frase. No es bien visto que se hable de los vampiros, después de todo son unas criaturas que matan a sangre fría... O bueno, no tienen sangre, o no lo sé, no me interesa la verdad.
— Un Vampiro, lo sé. Y recuerda, hace algunas generaciones ocurrió el caso "Miningo" — Dijo Max y yo solo me detuve unos segundos. El caso Miningo fue cuando hace dos generaciones un niño que nació en Yerma... Era un vampiro, y fue ocultado por su familia hasta que lo encontraron los hombres de mi padre... Papá me dijo que lo trasladaron a Heisemberg junto a su familia y que ahora viven bien allá, sin preocupaciones y sin necesidad de ocultarse. — Ya sabes, el Niño que nació en Yerma y era un vampiro — Siguió Max, el siempre investigó en profundidad ese caso.
— Eso... Fue un error, y ya fue arreglado — Respondí y terminamos el tema de conversación. Max siempre fue de los que no se apegaba mucho a lo que nuestro gobierno decía, siempre trataba de "Descubrir" una mentira. Yo por otro lado soy lo contrario, siempre creí en lo que dijeron los compañeros de mi padre, altos mandos del gobierno, soy lo que muchos dirían "Ciudadana ejemplar", sigo las reglas, y lo peor que hice una vez fue cuestionar una orden.
Bajamos las escaleras y fui recibida con abrazos de mis hermanos menores que casi hacen que se me caiga el libro de las manos, esto suena a despedida, y es porque nunca me había ido tan lejos de casa, ahora estaré un año fuera del Reino, pues Finnzitsione se ubica en un lugar alejado de los cuatro reinos, pero nadie más que los profesores y altos funcionarios saben donde es, así se mantiene oculto de posibles ataques.
— De acuerdo, ya, tampoco moriré. — Dije con cierto humor para calmar los sollozos de mi hermano.
— Si mueres, ¿Me puedo quedar tu habitación? — Allison se separó del abrazo y me miró con una sonrisa que decía "Por favor"
— No digas esas cosas, nadie morirá — Mamá interfirió dándole un leve sape en la nuca en modo de regaño.
— Nunca, se la dejo a Max — Respondí y me separé del abrazo de Jacob y Abracé a mamá con todas mis fuerzas. Sería el último abrazo en mucho tiempo. — Te extrañaré — Susurré con una pequeña sonrisa, y recibí un "Te enviaré cartas" por parte de mi madre.
— Claro, nadie se despide del negro — Dijo Max con una sonrisa divertida siendo abrazado por mis hermanos. Yo me separé de mi madre y le sonreí a Max.
— Vámonos Maxi — No esperé a que responda y solo salí de la casa. Mi padre ya estaba fuera esperando a que terminásemos de despedirnos.
— ¡Hasta que llegan! ¿Saben que hora es? Son las 7:15am, en quince minutos empieza la ceremonia de iniciación — Mi padre dijo con voz estresada, y eso que era yo la del primer año en Finnzitsione.
— De acuerdo, ¿Como llegaremos en quince minutos? — Dije con poco interés y escuché a Max salir de la casa despidiéndose de mi madre. Max siempre fue como de la Familia, sobre todo luego de que sus padres fueron acusados de hacer magia prohibida y exiliados, por lo que ahora vive con sus tíos, pero sus tíos nunca están en casa así que normalmente siempre esta con nosotros.
— Y no hagas nada tonto, Max, nada de travesuras — Dijo mi madre terminando de arreglarle el cuello de la camisa, mientras Max solo asentía.
— Vean esto — Mi padre sacó una pequeña bolsita de color café, nada impresionante la verdad, lo miré burlona, y quedé como tonta al ver lo que sucedería. Abrió la bolsa y la dió vuelta, saliendo de esta un polvo el cual caía al suelo, hubieron unos segundos de silencio algo humillantes para mi padre, y, antes de que Max dijera algún chiste sobre lo patético que fue eso, lentamente se fue abriendo un portal.
Dejaban ver las puertas de Bienvenida a Finnzitsione y algunos otros estudiantes entrando. Juro que de reojo vi como Jacob casi se lanza hacia el portal y mamá lo agarró del brazo.
— Tienen ahora 10 minutos para entrar y colocarse los uniformes de llegada — Dijo mi padre mientras veía su reloj, yo solo asentí y lo abracé, abrazo el cual correspondió — Recuerda, Aimara, tienes un legado el cual Honrar. — Dijo en un susurro para que solo yo escuchara, y yo asentí separándome del abrazo con una pequeña sonrisa.
— Pan comido. — Dije y luego di un vistazo a mi familia, mi madre estaba con Allison a su izquierda y Jacob a su derecha con los ojos llorosos.
— Dame el Honor de llegar primero, veré si no es peligroso — Habló Max con aires de grandeza y se acercó para entrar primero al portal.
— Como si pudieras hacer algo para ayudarme si estuviéramos en peligro, debilucho — Dije pero con una sonrisa y el pasó el portal fingiendo que se caía, lo que ocasionó una sonrisa en Allison y una risa divertida en Jacob.
Volví a mirar a mi familia y me despedí con un leve asentimiento, recibiendo el mismo por parte de todos. Esto es para lo que fui criada, para ser una gran Hechicera, y eso es lo que haré, honrar mi legado familiar.
Finnzitsione es conocido por ser casi imposible el primer año... Espero llegar al Segundo- No. Yo llegaré al Segundo, luego al tercero, y así hasta cuarto año y graduarme como Hechicera.
Sin nada más que decir traspasé el portal, dejando atrás lo que fui, soy, y enfocándome en lo que seré. Seré la mejor Hazelwood que pudo haber existido jamás.
Mi aventura comienza... Ahora.
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— Son buenos chicos — Habló la Señora Hazelwood con una sonrisa esforzada.
— Son tranquilos... — Dijo el Jefe de la Familia Hazelwood, mientras veían como el portal se iba cerrando, luego ambos se miraron.
— Son mis pesadillas, mis peores pesadillas, los expulsarán en una semana — Dijo ella entrando a la casa con los niños.
— Lo sé, Marcelina, lo sé — Habló el hombre ya resignado también entrando a la casa.
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𝒲𝒽𝒶𝓉ℯ𝓋ℯ𝓇 𝓎ℴ𝓊𝓇 𝒽ℯ𝒶𝓇𝓉 𝓈𝒶𝓎𝓈.
FantasyCuatro Reinos, todos sedientos de poder por gobernar todo. Humanos, Vampiros, Hombres lobo, Brujos... Todos con el deseo de gobernar por encima de los demás. Una profecía "Llegará el día en que no podrán diferenciar entre el bien y el mal, tanto as...