Capítulo 3

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George se levantó algo más temprano de lo habitual, sintiéndose un poco nervioso y pensativo. Se quedó sentado en el borde de la cama, mirando por la ventana hacia el jardín. Había algo que le rondaba la cabeza desde hacía días, algo que no había podido quitarse de encima.

Olivia, su esposa, notó su inquietud al despertar. “¿Todo bien, George?”, le preguntó suavemente, posando una mano en su espalda.

George asintió, pero su mirada seguía perdida. “Sí, estoy bien. Solo... pensaba en algunas cosas.”

Olivia, siempre comprensiva, decidió no presionar más y le sonrió con ternura. “Vamos a prepararnos, tenemos que estar listos para ver a tus padres hoy.”

George asintió de nuevo y se levantó para comenzar el día. Junto con Olivia y su hijo Dhani, se alistaron y tomaron el coche para ir a la casa de sus padres, Louise y Harold Harrison, en Liverpool.

Durante el viaje, George se mantuvo en silencio, sumido en sus pensamientos. Olivia lo miraba de reojo, preocupada, pero confiaba en que cuando estuviera listo, le contaría lo que tenía en mente.

Al llegar a la casa de sus padres, fueron recibidos con calidez. Louise los abrazó a todos con entusiasmo, mientras Harold sonreía con orgullo al ver a su familia reunida.

“¡Qué alegría verlos a todos!”, exclamó Louise, llevando a Dhani de la mano hacia el salón. “¿Cómo les ha ido?”

La conversación fluyó con facilidad. Hablaron de las últimas novedades, de la música, del jardín, y de los pequeños cambios en la vida cotidiana. Sin embargo, George permanecía algo distraído, como si estuviera esperando el momento adecuado para decir algo.

Finalmente, mientras tomaban el té, George no pudo contener más su curiosidad. Se aclaró la garganta y miró a su madre con cierta vacilación. “Mamá,” comenzó, “¿tienes alguna foto de cuando yo era bebé?”

Louise, al escuchar la pregunta, dejó la taza en la mesa y lo miró con una sonrisa que parecía contener un secreto. “Oh, George, ya estaba esperando este día por mucho tiempo.”

George la miró, sorprendido. “¿Esperando este día?”

“Sí, hijo,” respondió Louise, poniéndose de pie. “Siempre supe que un día vendrías a preguntarme sobre tu infancia. Siempre has sido tan reservado...”

Louise salió de la sala por un momento y regresó con un viejo y desgastado álbum de fotos en sus manos. Se sentó junto a George y lo abrió con cuidado, revelando las primeras páginas llenas de fotos en blanco y negro.

“Estas son de cuando eras un bebé,” dijo con una voz suave y nostálgica. En la primera foto, un pequeño George, de apenas unos meses, sonreía sin dientes mientras su madre lo sostenía en brazos.

George se inclinó hacia adelante, mirándola con una mezcla de incomodidad y fascinación. A su lado, Olivia y Dhani observaban con una sonrisa. Harold, desde su silla, sonreía también, recordando esos tiempos lejanos.

“Recuerdo este día,” continuó Louise, señalando otra foto. “Estabas tan inquieto esa mañana. Llorabas sin parar y yo no sabía qué hacer. Pero entonces, tu padre te tomó en brazos y, como por arte de magia, te calmó. Siempre tuviste una conexión especial con él.”

George se rió suavemente, aunque aún se sentía un poco incómodo con tanta atención en sus primeros años. Pero, al mismo tiempo, una calidez comenzó a llenarle el pecho. Ver esas fotos, escuchar las historias de su madre... era como descubrir una parte de sí mismo que nunca había conocido del todo.

“Y aquí,” Louise señaló otra foto, “estabas dando tus primeros pasos. Caíste varias veces, pero te levantaste cada vez, decidido a no rendirte. Siempre has sido así, George, persistente y fuerte.”

George sonrió, sintiendo una conexión más profunda con su madre. Dhani se acercó más a él, mirando las fotos con fascinación. “Papá, eras tan pequeño,” dijo con una risa.

“Sí, lo era,” respondió George, riendo también. “Nunca había visto estas fotos antes.”

Mientras seguían pasando las páginas, Louise contaba más anécdotas. George escuchaba atentamente, sus nervios desapareciendo poco a poco. Se dio cuenta de que esta visita era exactamente lo que necesitaba: un vistazo al pasado, un recordatorio de dónde venía y de los momentos que lo habían formado.

Finalmente, llegaron a la última página del álbum. Louise cerró el libro con un suspiro satisfecho. Todos parecían felices y contentos por haber visto las fotos, recordando los buenos tiempos.

De repente, Dhani se echó a reír. Miró a George con una mirada traviesa, casi como un diablillo. “¿Ves, papá? Te dije que sí tenías fotos de cuando eras bebé. Todos tenemos una.”

George, sintiéndose un poco derrotado, soltó una risa y negó con la cabeza. “Sí, tenías razón, hijo,” admitió, sonriendo con resignación.

Un silencio cómodo cayó sobre la sala, pero entonces George, todavía con algo en su mente, decidió preguntar algo que lo había estado inquietando durante algún tiempo. “Bueno,” dijo lentamente, “hay algo más que me ha estado carcomiendo un poco por dentro... ¿Cómo fue el día en que nací, mamá?”

Todos se quedaron en silencio, la atmósfera en la sala cambió. Louise, algo pensativa, miró a George con una sonrisa leve y melancólica. Después de un momento de reflexión, comenzó a hablar.

“Bueno, George,” dijo suavemente, “todo comenzó un día...”




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Hola, chicos. Este es el capítulo 3, espero que les esté gustando mucho esta historia. Como les comenté, se me está haciendo un poco difícil actualizar, así que desde ahora en adelante les avisaré en mi perfil cuando vaya a subir una nueva parte. Si no les comento, es porque aún no habrá una nueva actualización. Eso es todo de mi parte. ¡Nos vemos luego!

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"When We Was Born"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora