Capitulo 2

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Separé mis párpados, y los recuerdos de Liam llegaron a mí.

Uf, me duele la cara.

Abrí los ojos por completo y noté que todo estaba oscuro, tan oscuro que empezaba a asustarme.

Qué sueño más raro, hasta siento que el golpe fue real.

¿Qué hora es?

—Bella... —La voz profunda que escuché al instante hizo que mi cuerpo se paralizara. La conocía muy bien.

Es Liam.

—¿Liam? —pregunté, aún aturdida.

Todo lo que recordaba, ¿era verdad? Las luces se encendieron de golpe, dejándome momentáneamente cegada.

—Buenos días, te traje tu desayuno —dijo, sonriéndome, mostrando su impecable dentadura blanca.

Miré a Liam, que sostenía una bandeja con frutas y un vaso de agua.

—Liam, ¿de verdad has perdido la cabeza? Quiero irme a casa ahora —le espeté, furiosa.

—No. Tu lugar ahora es aquí, y no vas a salir —cada palabra que pronunciaba era una sentencia.

—Liam, tengo que irme, no me gusta este juego. Si querías hacerme llorar, ya lo has conseguido —dije en un hilo de voz mientras las lágrimas comenzaban a caer. No podía creer que esto me estuviera pasando.

Pero entonces vi la puerta abierta. En un intento desesperado, me levanté rápidamente y corrí hacia ella. Subí los escalones lo más rápido que pude, pero justo antes de alcanzar la luz del exterior, sentí un tirón en mi pierna. Caí al suelo y me golpeé la mandíbula contra el suelo frío.

Siento como mi cuerpo se entumece llegando al punto de temblar. Liam me carga en sus brazos trabajados y me deja en la cama, mientras, sus ojos me observan, Rapidamente se saca su buso, demostrando su cuerpo trabajado, cierro mis ojos, para no verlo. Siento una carcajada.

--- ¿Querias escapar? Mi cielo, eso no es posible, vos jamas podras dejarme, y te lo hare saber por las malas. Te quitare algo que aprecias, que solo es tuyo, y no podras hacer nada para impedirlo. ---

Las lágrimas rodaban por mis mejillas mientras lo miraba directamente a los ojos. Esos ojos verdes irradiaban una mezcla peligrosa de deseo y locura.

—Siempre me volviste loco, pero sentir tu rechazo me enloquecía aún más. Me dolió demasiado, pero ahora estás aquí, conmigo, y créeme, te cuidaré. Seremos felices, Celeste —dijo, su voz suave pero cargada de una perturbadora firmeza.

Solo salio un leve sonido de mi boca, me sentia sin fuerza, no podia controlar mi cuerpo. Suplique con mis ojos, desespera. Busque aunque sea un poco de lastima.

No, no quiero.

Sus labios los estampa junta con los mios, mientras, sus manos tocan sin pudor mi cuerpo.

--- Ah. --- Sale un suspiro de su boca, y rompe mi remera que por cierto es diferente, no tengo ni mi patalon, solo una remera con mi ropa interior.

Sus dientes penetran mi cuello, mi piel se lastima mientras se siente la sangre caer.

--- ¡Aah! --- Fue un grito ahogado.

Mis manos apenas corresponden mi llamados, aprete las sabanas, como si eso pudiera disminuir mi dolor.

Nuestras respiraciones son agitadas. Sus manos aprietan mis piernas.

--- Tus piernas son muy lindas.

Los toca suavemente lo que me provoca electricidad en todo mi cuerpo. Rompe el corpiño para empezar a lamer mi pecho mientras sus ojos me miran de vez en cuando.

Mi libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora