Capitulo 1

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Narra Liam.

Celesteb siempre me ha gustado desde que tenía diez años. Ambos tenemos la misma edad, solo con unos meses de diferencia. Ella tiene su cabello negro como la noche, brillante, sedoso y suave. Su aroma es embriagador e hipnotizante. Su sonrisa, literalmente, todo de ella es bonito. Pero me enamoré de ella porque siempre estuvo a mi lado cuando tenía muchos problemas con mi mamá o con mi hermano. Celeste jugaba conmigo siempre, todos los días.

Hasta que crecimos. Ya no éramos niños y empecé a trabajar para comer. A la edad de 15 años trabajaba en un kiosco toda la madrugada, y no pude jugar mucho. Un día, cansado, le grité que se fuera porque había venido a mi casa para ver cómo estaba. Además, íbamos en el mismo salón y estudiábamos juntos. Su madre era exigente con ella y, para mí, era todo fácil en la secundaria, pero a ella le costaba. Sin embargo, siempre trataba de mejorar. Solo que esa vez me enojé con ella porque estaba con un chico y me puse celoso. No me controlé y le grité que se parecía a las "perras de la calle". Ella solo me miró sorprendida y asustada.

—Perdón... pero él me pidió una masita —confesó mientras las lágrimas caían de sus ojos. Se fue y yo dejé de ir a la escuela. Tenía vergüenza. Solo me dediqué a trabajar y ganar dinero. No fui mucho a la escuela, pero igual pasaba de año, solo podía observarla. Se fue distanciando de mí. Ya no me habla, no me mira, ni siquiera respira el mismo aire que yo. Me ignora...Siempre que voy a la casa de su abuelo, ella se va. Una vez, ella me sonrió, pero me puse tan nervioso que no moví ningún músculo y solo la ignoré. Después me arrepentí; quedé como un tonto y ahora menos me hablaría.

Nunca dejo de gustarme.

Salí con algunas chicas tratando de olvidarla, pero no duré ni dos meses con ellas porque siempre pensaba en Celeste. Siempre la observaba. Me obsesioné con ella a tal punto que remodelé el sótano de mi casa para ella. Mi madre me lo dio cuando se fue con su novio a no sé dónde. Remodelé el sótano oscuro pensando en Celeste.

No sabía qué más hacer para que ella me viera. Sé que no tendría oportunidad. ¿Cómo podría? Cuando ella es todo lo contrario: es bonita, alegre, simpática, hermosa, y huele muy bien. Es tan gentil y buena con los demás. Cada cosa que ella hace me hipnotiza.

Remodelé y organicé el sótano oscuro y tétrico para ella. Puse un ventilador, pinté las paredes de blanco, puse una cama grande, estantes de libros porque le gusta leer, un roperito, una bañera y un lavamanos, una mesita cuadrada con mantel azul y dos sillas, unas sábanas y ponchos, hasta una estufa y buena iluminación. No había ventanas; este sótano está muy adentro de la tierra, por lo cual puse buena iluminación.

Me acoste cerca de ella tocando su mejilla sus labios, el cual es suave. La rodeo con mis brazos, su cuerpo pequeño y cálido.

No queria golpearla pero ella se lo buscó.

— Por fin te tengo en mis brazos.— Hable mientras ella duerme pacíficamente.

Sus pestañas estan largas y gruesas, Celeste es realmente hermosa.

Fue agotador hacer todo esto, pero vale la pena, por ella.

Por fin te tengo en mis brazos.

Mi libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora