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Me sentí una horrible persona, me sentí tan despreciable... Me sentí la peor persona del universo, y es que, cómo me fui a fijar en ti aun sabiendo que en tu corazón existe alguien más.

En mi defensa, él es demasiado lindo.

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Mi vida amorosa no ha sido nada emocionante hasta ahora, tuve tres intentos de noviazgo antes y fueron un total fracaso al final, simplemente nada interesante. Por lo mismo dure los últimos tres años soltero y sin prestarle mucha atención a nadie, hasta él.

Me había mudado solo, al inicio de mi primer año de universidad y ahora me hallaba de vacaciones, entonces vi la oportunidad para empezar a trabar y así tener dinero extra además del que mis padres me enviaban. Una cafetería sería el lugar donde cierto sábado a primera hora me estaría presentando para comenzar a laborar, lugar donde por cierto trabaja mi mejor amigo hace un rato.

—¡Minnie! —me recibía Changbin en la entrada.

—Alo... —salude un poco tímido pues pensaba que me veía raro con el uniforme.

—¿Nervioso? —puso su brazo sobre mí hombro comenzando a adentrarnos al local.

—Un poco.

—Descuida, verás que esto es muy fácil, además, no te sientas mal si hay cosas que no sabes porque no eres el único nuevo.

—Ah, ¿no? —el pelinegro negó en respuesta.

—Junto a ti son 4 nuevos ahora, ayer recién entraron dos, y hoy se une otra chica además de ti.

Las palabras de Bin me reconfortaron un poco.

Llegamos hasta la pequeña oficina donde dos "lideres" se encontraban conversando.

—Hola, Sana. Hola, Wonpil.

—Hola, Bin, buenos- —se detuvo el chico mirándome— ¿días?...

—Miren, él es mi amigo, Kim Seungmin, y hoy se une a nosotros.

—Hola —saludo la chica, parándose de su asiento y dirigiéndose hasta mí—. Bienvenido, Seungmin, espero que te sientas recibido.

—Gracias.

—Así que eres uno de los nuevos. Pues bienvenido, en breve te daré una inducción, ¿de acuerdo?

—Sí, está bien.

—Mientras le daré un recorrido —habló mi amigo.

—Me parece bien —acotó la castaña.

Changbin me enseño los alrededores del lugar, parte de la cocina, el almacén, donde estaba el baño de empleados y el comedor para clientes. Me explico parte de los protocolos entre otras cosas, para cuando llego la otra nueva, Wonpil se encargó de darnos una capacitación un poco más a fondo.

—Bien, ahora que saben todo eso, vamos a empezar a ponerlos a prueba. Por lo mientras tú, Yeji, vas a estar en mezclas —o sea, ella haría las bebidas que ordenaran—, y tú, Seungmin, estarás aquí en la caja cobrando —"oh- oh..." pensé al respecto—. No te preocupes, Jeongyeon no tarda en llegar, y ella te explicará todo.

—Ah... De acuerdo —verdaderamente me sentí más aliviado.

El mayor junto a la otra nueva se perdieron dentro de la cocina dejándome en el frente algo solo y aburrido, esperaba que Bin se apareciera, pero al parecer él estaba ocupado en otras cosas. Miraba a mi alrededor esperando a que ningún cliente llegara todavía porque de ser así yo tendría que atenderlo y bueno, aún no estaba familiarizado con el menú o la forma de atender.

Justo lo que más temía pasó, un par de chicas entraban a la cafetería, y por supuesto entre en pánico, pero antes de poder acercarme hasta la caja, un chico de risos dorados apareció justo a tiempo para atender. Al terminar de cobrarle a las clientas me volteo a mirar.

—¿También eres nuevo? —pregunto sonriente y relajado.

—Ah... —me inmuté por los nervios de interactuar con el desconocido, así que solo asentí despacio y sin mirarlo mucho.

Él solo me sonrió aún más y regreso a la cocina. Me sentí un idiota, capaz y le parecí un completo sangrón por no querer responderle, en eso, mi burbuja de conflicto interno se vio estallada cuando la aparente Jeongyeon llegó.

En transcurso del día seguí encontrando al rubio, pero solo de lejos, si cruzábamos miradas solo me sonreía. Parecía ser alguien bastante amigable y bueno para interactuar con demás personas pues lo veía muy acomedido platicando con el resto, aclaro que él era uno de los nuevos que entraron el día anterior, y vaya enviada que sentía de él, pues en cambio a mi me costaba hablar con cualquier persona que no fuera de mi circulo social.

Sin querer me la pase todo le día observando a ese radiante chico el resto de mi día, lo veía ir y venir de la cocina preparando postres o haciendo cafés.

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—¿Qué tal tu primer día? —pregunto Bin mientras esperábamos el camión de regreso a casa.

—Algo cansado, pero me pareció bien.

—Verás que al rato serás un experto.

—Espero, la verdad no parece tan difícil.

—Pan comido.

Cuando llegue a casa me tire en mi cama sin muchas ganas de nada, me dolía el cuerpo entero, permanecí acostado viendo el techo un rato antes de meterme a bañar, en eso, nuevamente esos risos dorados, esa sonrisa radiante y ojos rasgados llegaron a mi mente, no le tome más importancia al asunto y solo me metí a duchar.

En transcurso de la semana sin querer supe más cosas sobre el rubio lindo, como que su nombre es Jeongin, que es dos años mayor que yo y... que tiene pareja, además que quiere casarse con esa persona. Lo sé, eso parece más bien que soy un completo chismoso, pero yo solo estaba cercas cuando él hablaba sobre eso con Sana y algunos otros.

Si tan solo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora