capitulo dos

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los días pasaron y yujin trataba de acostumbrarse a interactuar con su cachorra, perdiendo poco a poco el miedo mientras se sentaba a un lado de ella y le hablaba, tomando con su mano los dedos del bebé, fascinada por la diferencia entre ambas y al mismo tiempo saber que se trataba de su hija.

wonyoung había sido de gran ayuda para ir perdiendo el miedo a tocarla, asegurándole siempre que su cachorra sabía que no le haría daño y que buscaba de su calor, consolidando cada día su conexión especial. pero conforme el primer tiempo sucedió, había uno de los detalles más importantes que, aunque no lo olvidaba, no sabía cómo lidiar con ello.

y la omega parecía saber de ello, porque después de una semana y media, le preguntó al respecto.—¿sabe cuál será el nombre de la cachorra?

la pregunta no la tomó desprevenida, era consciente que necesitaba un nombre para su cachorra, pero había estado tan enfocada en el papeleo, la despedida de su omega y permanecer a un lado de su hija, todo al mismo tiempo.

la despedida había más complicada de lo que creyó, su lobo pedía por tenerla a su lado y seguir aferrada a la idea de pasar una vida a su lado, pero tan pronto como cruzó por la puerta y terminó de firmar los papeles, entendió que había sido la última vez que la vería en su vida. no contaban con un lazo, pero yujin no podía imaginar como sería experimentar el dolor y la agonía que atravesaría a causa de una unión con su omega, había escuchado un sinfín de historias donde ninguna de los dos sobrevivía ante la pérdida de una, y de imaginar también morir por el dolor que le produciría a su lobo, le aterraba la idea de dejar solaº a su cachorra.

en otros casos, muy poco comunes, el padre sobrevivía y buscaba la manera de llevar el dolor al aferrarse a una razón, entre ellos a sus hijos. el único amor y sufrimiento equivalente al tener la propia pareja, era comparativa al de sus cachorros, pero si el lobo no disponía de ninguna de las dos, ¿por qué sobrevivir? no tenía a quién aferrarse.

—cuando gaeul me dio la noticia que se encontraba concibiendo, lo primero que pensé fue en los nombres que podríamos darle. cuando se lo comenté, solo se rió y dijo que era muy apresurada aún, que ni siquiera sabíamos el sexo del bebé, por lo que íbamos a esperar. el tiempo pasó muy rápido, y cuando menos imaginamos, gaeul ya estaba en labor de parto y yo no pude estar a su lado, lo último que pudimos haber imaginado era que el parto se adelantaría y que al final solo seríamos nosotras das.

—si me lo permite, puede ponerle a la cachorra un nombre que recuerde lo que sintió al verla por primera vez, algo significativo.—sonriendo, señaló uno de los cuneros.—ha-eun, es la pequeña de allá. su nombre significa "gracias a dios" porque sus padres la consideran un milagro, sin esperanza de poder concebir, surgió repentinamente, y cuando les dieron la noticia no había posibilidad de que sobreviviera, sin embargo aquí está mejorando su salud cada día más, es muy fuerte.—señalando el siguiente cachorro, soltó una carcajada.—areum, es un cachorro que representa la alegría y por ello lo llamaron de esa manera, cuando nació no lloró, sino que mostraba una gran sonrisa como si supiera al mundo al que estaba viniendo. también hubo hace tiempo un cachorro llamado haru, porque nació en el día más soleado del año y porque cada que lo veías sentías que iluminaba tu día, era un niño muy tierno y le gustaba mucho estar bien abrigado, así que el nombre le llegó muy bien.

—mi cachorra lo es todo para mí, no sabría como llamarla.—murmuró, observando con atención a su hija.

—podemos pensar en uno, recapitulemos el día en que nació.—tomó la tabla con la información del cachorro entre sus manos, observando a detalle.—nació en la madrugada, posiblemente pueda ser perezosa como los osos por estar en este mundo tan temprano.

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