una eternidad

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La cara de Flippy se lleno de enojo al escuchar las palabras de Nutty. Con un grito de enojo, levantó la mano y le dio una fuerte cachetada a Nutty que lo mandó al suelo. El golpe resonó en la habitación vacía y Nutty cayó al piso, aturdido por el golpe.

—¿Crees que puedes tratarme así? —grito Flippy,—. He intentado todo para hacer las paces contigo, para arreglar las cosas. ¡Pero tú no haces más que rechazarme y rechazarme!

Nutty lo miró desde el suelo, su mejilla ardiendo por la bofetada. Quería gritarle, decirle que se alejara, pero las palabras no salían de su boca.

Flippy se inclinó más cerca, sus ojos llenos de una mezcla de enojo y desesperación.

—¿Sabes qué? Estoy cansado de ser el bueno, de intentar ser amable contigo. Si no quieres mi amistad, entonces seré tu peor pesadilla. —dijo Flippy con voz fría, sus palabras cargadas de amenaza—. Voy a hacer de tu vida un infierno a partir de ahora. Y no podrás hacer nada para detenerme.

pero nutty, parece que olvido el miedo que sentia y en el momento, aprovecho para bromear y burlarse de flippy,
—¿Eso es todo? ¿Te has visto en el espejo? Eres un chiste. ¿Cómo pretendes arruinarme la vida si ni siquiera puedes hacerme reír?

Flippy con una última mirada de desprecio, salió de la habitación con un portazo fuerte, dejando a Nutty en el suelo, solo y aterrorizado pero antes le dijo:

—Sigue jugando, Nutty. La próxima vez, juro por mi vida que no habrá nada gracioso.

Cuando finalmente se sintió capaz de moverse, Nutty se levantó lentamente, apoyándose en el escritorio cercano para mantener el equilibrio. Su mejilla aún ardía, y las lágrimas  casi salian, pero las contuvo. No podía mostrar debilidad, no ahora.

Salió de la habitación, caminando lentamente por el pasillo vacío de la escuela. Sus pensamientos eran  miedo, rabia y confusión. Sentía que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. Todo lo que había conocido se había vuelto incierto, y las personas en las que alguna vez había confiado ahora eran ¿amenazas?.

Nutty caminó a paso rápido hacia su casa, con la cabeza baja y las manos metidas en los bolsillos de su  pantalon. No podía sacarse de la cabeza lo que había pasado en la escuela con Flippy. La cachetada aún ardía en su cachete, no solo físicamente, sino también en su orgullo. Sabía que Flippy era un problema, pero nunca imaginó que llegaría tan lejos.

Cuando llegó a su casa, abrió la puerta, esperando encontrar a su hermana Flaky. En cambio, se encontró con una escena que le hizo detenerse en seco. Allí, sentados en la mesa de la sala, estaban Flaky y Flippy, conversando y cenando como si volvieran a ser novios. La risa de Flaky resonó en la habitación, una risa despreocupada, sin la más mínima sospecha de lo que Flippy le había hecho a Nutty solo unas horas antes.

El corazón de Nutty se aceleró, su respiración se hizo pesada y su mirada se oscureció al ver a Flippy en su casa, sentado frente a su hermana, fingiendo ser alguien amigable y tranquilo.

—¡Oh, Nutty! —exclamó Flaky al verlo entrar—. Mira quién vino a cenar con nosotros. Flippy quería hablar contigo y pensé que sería bueno que comiéramos todos juntos.

Nutty apenas pudo contener el odio en su voz al responder.

—No tengo hambre, Flaky. Estoy cansado. —Se giró rápidamente, intentando evitar la mirada de Flippy.

Pero Flippy no perdió la oportunidad de hacer sentir su presencia.

—Hola, Nutty —dijo con una sonrisa suave, que a los ojos de Nutty parecía más bien una mueca malevola.

Angustia Enorme- (Segunda temporada) Flaky y nuttyWhere stories live. Discover now