Ex Esposa

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Sábado por la tarde en verano, era el cumpleaños de mi hijo y estábamos organizando una fiesta para él, vendría la familia de su madre, la mía y algunos de sus amigos que me tomé el tiempo de invitar.

Estaba algo nerviosa, hacía tiempo que no veo a mi ex esposa y eso me pone tensa. Tenemos custodia compartida, Mateo pasa una semana con su mamá y otra conmigo, cada vez que él tiene que irse o ella lo trae de vuelta yo estoy "trabajando", en realidad siempre pongo algún pretexto para no estar en casa en ese momento, pues aún me es bastante difícil verla a la cara después de nuestro divorcio.

Samanta y yo nos divorciamos hace un año, no fue por falta de amor, nunca dejamos de amarnos ni un poco, eso lo puedo asegurar, pero una relación no es sólo amor, puedes amar demasiado a alguien, pero si te falta responsabilidad, comunicacion y empeño, todo acabará, y eso fue lo que nos sucedió a nosotras, la falta de responsabilidad que faltaba en el matrimonio, lo cual además de afectarnos a nosotras, a la larga le afectaría a nuestro hijo.

Samanta siempre ha tenido una vida desordenada e igualmente complicada, mi vida es todo lo contrario a eso, todo en mi vida es un orden, siempre mantengo las cosas en su lugar y correctamente, esto provocaba que el ambiente fuese frustrante, desde que logré quedar embarazada tuve que esconder mi embarazo y lo ocultó durante todo nuestro matrimonio, hasta que nos divorciamos y el mundo se enteró de que tiene un hijo, pero nunca han sabido que ese niño tiene dos madres.

Yo le exigía a Samanta poner más empeño y darle un lugar estable a la familia, ser una familia normal, yo arreglaba mi tiempo en el trabajo y mi tiempo con mi familia, mientras que todo con ella era inestable, algunas veces estaba viajando, haciendo conciertos en todo el mundo sin nosotros, otras veces estaba ocupada hablando con millones de personas y se olvidaba de hablar con nosotros, la mayoría del tiempo no estaba en casa y cuando salía siempre lo hacía sola, dejamos de parecer un matrimonio y yo dejé de ser su esposa.

Meses después de que todo esto seguía ocurriendo yo decidí pedirle el divorcio, ella no me lo dió, lloró, se arrodilló, rogó y prometió que todo cambiaría, yo le creí, pero meses después todo continúo igual, volvimos a pasar a segundo plano para Samanta y entonces me cansé, le exigí el divorcio y esta vez no la dejé negarse, mi hijo tenía cuatro años en ese momento y no era consciente de lo que sucedía, pero ahora es más grande y puede notar lo que sucede, como su mamá no quiere ver a su otra mamá y en ningún momento nos ha vuelto a ver juntas, como la familia que deberíamos ser, pero hoy lo haría, hoy ella y yo jugaríamos el papel de familia unida y mi hijo tendrá lo que tanto me ha pedido.

- La veo ansiosa, ¿Por qué será?- pregunta la niñera Lucia mirándome.

- Tú sabes porqué.- respondo, tomando un trago de mi jugo, pues no puedo beber más que eso.

- Tranquila, no esté nerviosa, si lidió con ella durante siete años puede ahora, prepárese, aquí vienen.- me da una caricia en el hombro y se va con los niños.

Veo por la puerta de mi patio entrar a varias personas, Nuvia con su pequeño rubio en brazos y la mano de su esposa entrelazada con la suya, sonrío con ternura. A su lado viene Rosario y Homero también tomados de la mano, ellos siempre han sido adorables, al lado de Vicky está la tan esperada, mamá Samanta, tiene una sonrisa en el rostro y busca con los ojos a alguien.

Una pequeña criatura corre hacia ella y entonces encuentra a quien tanto buscaba. Lo carga en sus brazos y llena de besos su rostro, se dicen algunas cosas y entonces el pequeño apunta a mí traviesamente, ahora tengo que acercarme por su culpa, mi propio hijo me traicionó.

Cría cuervos y te sacarán los ojos.

Pongo mi mejor sonrisa y camino hasta la familia, ellos me devuelven la sonrisa.

One shots - rivari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora