These two

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Cada paso que da hacia el establecimiento parece llenarse de un peso invisible, como si estuviese caminando contra la corriente.
Cierra los ojos un momento, sacude ligeramente la cabeza y suelta un suspiro, como si estuviese tratando de alejar sus pensamientos y sentimientos negativos.

De pronto, la morena se encuentra parada frente al lugar, con los nudillos blancos de tanta fuerza que ejerce en la correa de su mochila.
Su mente está llena de pensamientos negativos, y espera lo peor. Después de todo, no había tenido los mejores días en ese lugar. Se obliga a respirar hondo, aprieta los labios y da un paso al frente.

Se dirige a su casillero, el cual se abre con un crujido, y la escena que se despliega ante ella es aún peor de lo que imaginó.

La palabra "Suicídate" estaba escrita en la puerta, en letras mayúsculas con pintura roja, como una herida sangrante en la superficie del metal. Sus libros estaban destrozados, con las páginas arrancadas o arrugadas, y manchadas con aquella misma pintura.

—Me tienen que estar jodiendo... —murmura entre dientes, con un fuerte resentimiento reflejado en su voz. Después de todo, ya había pasado por esto suficientes veces para considerarse acostumbrada.

Y de un momento a otro, Ellie pasa junto a ella, como un rayo de sol en medio de una densa nube de tristeza. Gabby siente como si su corazón se estremeciera al verla, palpitando con fuerza en su pecho, sus emociones estaban alborotadas y no puede evitar recordar los tiempos en los que eran muy unidas.

Deseando acercarse a ella, Gabby da un paso, y extiende ligeramente su brazo, pero se detiene abruptamente al darse cuenta de que Ellie la ignora por completo.

—Eso creí...—La morena murmura para sí misma, con un toque de melancolía y rendición mientras ve a Ellie desaparecer por el pasillo. Todas las esperanzas que tenía de recuperar su amistad se desvanecen al ver que Ellie no se detuviese ni un segundo para saludarla. Se siente como un puñal en el corazón.

Desvía su atención de aquella pecosa y vuelve a centrarse en su casillero, observándolo con una expresión neutra, tratando de estar tranquila un momento.

—Creo que te gustó nuestro regalo! —Un joven de gran estatura, tez amarilla y origen coreano exclama detrás de la morena, riendo escandalosamente.
A su lado estaba otro chico, rubio, con ojos de un celeste intenso y una barba perfectamente cuidada, que tenía un característico acento.

—Nick, Yul, no me molesten ahora.... —La polaca traga saliva, volteandose para observarlos.

—O qué? Esto es lo que te mereces, lesbiana asquerosa —La voz de Yul resonó con repudio, en su rostro se reflejó el asco. Nick esperaba a su lado, en silencio y en señal de espera.

La chica no respondió ante los insultos de los chicos, en su lugar, les devolvió la mirada con calma. Y, de un momento a otro, salió corriendo por el pasillo.

—¡Vamos, sigámosla, no la dejemos escapar! —Gritó el coreano, acomodándose la chaqueta y agarrando a Nick para iniciar la persecución. Corrieron por los pasillos tras la polaca, manteniendo su vista fija en ella mientras cambiaba de rumbo hacia otro pasillo cercano al área de descanso. Varios estudiantes estaban dispersos allí, reposando en los bancos o sobre el pasto, mirándolos con asombro mientras pasaban a toda velocidad.

—¡Idiota, no escapes! — Exclamó nuevamente el chico de tez amarillenta mientras observaba a la chica dirigirse hacia las escaleras y subir hasta el segundo piso. Su frustración crecía a cada momento, pues sabía que debía atraparla antes de que pudiera perderse entre los corredores del piso superior. Su frustración se notaba a través de sus palabras, mientras él y Nick se apresuraban para seguir a la morena, decididos a darle alcance.

Stars ↬ GabellieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora