Stars ↬ Gabellie

You again

Su cuerpo se sentía pesado e incómodo, pero tenía que ponerse de pie y mantener su palabra. Le había prometido a Tom que iría, y tal vez esa salida le serviría para apartar de su mente el asunto de Ellie, que la carcomía y la afectaba profundamente.

-Solo será un rato... -susurró para sí misma mientras miraba su reflejo en el espejo, inspeccionando su atuendo. Llevaba puesta ropa amplia y holgada con diseños llamativos, dejando a la vista una pequeña porción de su abdomen. Agarró la bolsa ecológica que siempre la acompañaba.

En la esquina de la habitación, una silueta idéntica a Gabby aparece, para proceder a hablar con crueldad.

-Todo saldrá mal como siempre, no tengas altas expectativas -Dice la silueta, con una sonrisa burlona. La castaña la observa con angustia en el rostro y se niega a responderle, siguiendo su rumbo.

Bajó por las escaleras con cuidado, escuchando el eco de sus pasos en la lúgubre quietud de la casa. Desde la muerte de su madre, su padre pasaba más tiempo fuera de casa, con la excusa de mejores oportunidades de trabajo, aunque Gabby sospechaba que en realidad buscaba escapar de ella. Suspirando, se detuvo frente a la mesa de la entrada para recoger su monedero.

Respiró profundamente, temblando ligeramente mientras abría la puerta y salía al exterior. A pesar de todo, deseaba que la noche fuera buena, un respiro de toda la tensión y drama que la rodeaba. Con paso firme y decisión, avanzó hacia la calle, con la bolsa colgada del hombro y el recuerdo del dulce rostro de Ellie en su mente.

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La feria era un lugar enorme, extendido sobre un gran terreno, con luces y diversos puestos temáticos de un aspecto realmente estético. La multitud era numerosa, y había algunos autos estacionados en una zona cercana. Gabby avanzaba con pasos temblorosos, arrastrando un poco sus tobillos entumecidos por las veces que los habían pisado.

Se cruzó con algunos perros en su camino, y no pudo evitar sonreír con afecto mientras acariciaba a cada uno de ellos. De pronto, tomó su celular y siguió la dirección que Tom le había enviado por mensaje de texto.

Al cabo de algunos minutos de caminar entre los distintos puestos, encontró a su amigo de cicatrices en compañía de su pareja de cabello azul y otro chico de baja estatura. Su sonrisa se desvaneció al instante al ver a quien menos esperaba, Ellie. Llevaba puestos un par de jeans negros y una chaqueta a juego, y como siempre, lucía majestuosa con sus piercings y collares. Ahí estaba ella, con la vista pegada en el celular, tan hermosa y perfecta como siempre.

El corazón de la morena bombeaba con fuerza dentro de su pecho, se sentía agitada por la combinación de emociones en conflicto dentro de ella. Su instinto era correr y alejarse, pero antes de que pasara un solo segundo, Tom notó su presencia y se volvió hacia ella.

-¡Gabs! -gritó Tom con entusiasmo, y se abalanzó hacia ella para envolverla en un fuerte abrazo. Sintió un pequeño y punzante dolor en sus heridas recientes, pero lo ignoró y le devolvió el contacto con suavidad, aferrándose a él y a la breve sensación de seguridad y afecto que le brindaba.

Tanto Jake como Aiden se acercaron a ella con simpatía, mientras que la chica pelinaranja permanecía inmóvil, aparentemente paralizada por la presencia de la morena. Lentamente, Ellie se acercó con un tono neutral y saludó.

-Hola, Gabs.

Con cada palabra que salía de los labios de Ellie, el corazón de Gabby latía con más fuerza, como un tambor. Extrañaba tanto que ella le dirigiese la palabra nuevamente, y a pesar de la tensión entre ellas, el sonido de su apodo familiar, dicho con aquella voz ronca, le provocaba una oleada de sentimientos contradictorios.