Parte tres

66 10 2
                                    

Degel y Camus se sentaron en una pequeña mesa de la cafetería, rodeados del aroma del café recién hecho. Degel no podía dejar de mirar a Camus, quien parecía radiar una energía positiva y confianza.

- Entonces, ¿Cómo terminaste en una silla de ruedas? - Inquirió Degel, curioso.

Camus sonrió, un brillo de nostalgia en sus ojos. - Fue en una fiesta desenfrenada con unas amistades. Me retaron a una estupidez donde tenía que bailar en la azotea de la casa de un amigo de... - Se quedó callado unos momentos, porque parte de ese grupo de amigos estaba Milo - ... Bueno, digamos que no fue la mejor idea. Me caí y me lesioné la columna vertebral.

Degel se sintió impactado - Lo siento mucho. Debió ser muy difícil para ti.

Camus encogió los hombros - Lo fue, al principio. Pero he aprendido a adaptarme, he descubierto que la vida es demasiado corta para dejar que un accidente te defina.

Degel se sintió inspirado por la actitud de Camus - Eso es increíble - Dijo - Me gusta tu forma de ver las cosas.

Camus sonrió, su mirada encontrando la de Degel - Me gusta tu forma de escuchar - Respondió sin pensar.

Degel tomó un sorbo de su café, sintiendo que podía abrirse con Camus.

- Sabes, he estado intentando escribir un libro, pero ha sido un camino difícil. He pasado momentos financieros complicados, y hay veces que me siento como si no fuera lo suficientemente bueno.

Camus asintió, su expresión empática - Entiendo, la creatividad puede ser un camino solitario y desafiante, no te rindas. Tu historia merece ser contada - Esto último lo agregó con una sonrisa.

Degel se sintió conmovido por las palabras de Camus - Gracias. Necesitaba escuchar eso. Ha sido un desafío, pero no voy a rendirme.

Camus sonrió- Eso es el espíritu. Y quién sabe, tal vez puedo ayudarte de alguna manera. Soy un buen oyente, y puedo ofrecerte algún consejo si lo necesitas.

Degel se sintió agradecido por la oferta de Camus - Eso sería increíble, me encantaría tener a alguien con quien hablar sobre mi escritura.

Camus se inclinó hacia adelante, con curiosidad evidentemente - ¿Y de qué trata tu libro?

Degel sonrió, emocionado de compartir su idea. - Se trata de una historia de fantasía histórica, En Atenas, Grecia, hay un grupo de caballeros que han jurado proteger a una diosa. Ella es la encarnación de la sabiduría y la justicia, y es perseguida por fuerzas oscuras que buscan destruirla.

Camus se sintió fascinado - Eso suena increíble -;Me encanta la mitología griega. ¿Cuál es el nombre de la diosa?

Degel pensó por un momento antes de responder- Debido a que es la reencarnación de la diosa Athena. Es una figura poderosa y misteriosa, y los caballeros harán cualquier cosa para protegerla.

Camus asintió, impresionado - Me gusta, la protección de la sabiduría y la justicia es un tema muy relevante en nuestros tiempos. Creo que tu libro puede ser muy impactante.

Degel se sintió alentado por las palabras de Camus - Gracias. Espero poder hacer justicia a la historia y a los personajes.

Degel se sentía en total confianza con Camus y decidió hacerle una pregunta personal.

- ¿En dónde vives?

Camus se detuvo un momento antes de responder - Vivo solo en un pequeño apartamento. No tengo familia cerca. Me mudé de mi casa cuando era adolescente.

Degel se sintió intrigado - ¿Qué pasó? - preguntó, esperando no ser una molestia.

Camus suspiró, recordando el pasado - Tomé malas decisiones, Me metí con la gente equivocada y me vi envuelto en problemas. Mi familia no sabía cómo manejar la situación, así que decidí huir de casa.

Degel se sintió conmovido por la historia de Camus - Lo siento - Dijo - Debió ser muy difícil para ti.

Camus asintió - Lo fue, pero he aprendido a superar mis errores y a construir una nueva vida. Vivo solo, pero estoy contento con mi independencia.

Degel se sintió admirado por la resiliencia de Camus - Eres muy fuerte, me alegra haber conocido a alguien como tú.

Camus se inclinó hacia adelante, su mirada fija en Degel - ¿Y tú? - preguntó muy directo - ¿Tienes pareja?

Degel se sintió sorprendido por la pregunta directa. No esperaba que Camus fuera tan abierto.
- No - Respondió - Estoy solo en este momento.

Camus sonrió ligeramente, su mirada brillando con interés - Entiendo - Me alegra saberlo.

Degel se sintió incómodo, sin saber qué hacer con la situación. No estaba seguro si Camus estaba jugando con él o simplemente siendo amistoso. Decidió cambiar de tema, se levantó de su lugar, pero Camus lo detuvo.

- No, no te vayas - Dijo Camus - Me gusta hablar contigo. Y me gustaría saber más sobre ti.

Degel se sintió atrapado, pero también intrigado. No sabía qué pasaría si se abría a Camus, pero algo dentro de él quería saber más.
Se sintió nervioso, sin saber cómo preguntar a Camus si estaba interesado en él. Así que decidió cambiar de tema.
- Voy a pedir otro pedazo de pastel de chocolate para ti.

Camus sonrió, su mirada siguiendo a Degel. -Gracias, eres muy amable.

Degel se dirigió a la barra, sintiendo que su corazón latía con emoción. No sabía qué estaba pasando, pero sentía una conexión con Camus que no podía ignorar.

Mientras pedía el pastel, Degel no podía evitar mirar a Camus, quien estaba sentado en la mesa, mirándolo con una sonrisa en su rostro. Degel se sintió abrumado por la sensación de que algo estaba a punto de cambiar en su vida.

Regresó a la mesa con el pastel y se sentó frente a Camus, quien lo miró con una mirada intensa. -Gracias - Le dijo Camus, tomando un bocado del pastel - Esto es delicioso.

Degel sonrió, sintiendo que la tensión entre ellos era palpable. No sabía qué pasaría después, pero estaba emocionado de descubrirlo.

Después de terminar de disfrutar el momento, Degel miró a Camus con preocupación.
- ¿Te gustaría que te acompañe a casa? La calle puede estar sola a esta hora y no quiero que te suceda nada malo.

Camus se sintió conmovido por la oferta de Degel - Gracias, eres muy amable. Me gustaría que me acompañaras.

Degel sonrió y se levantó de su silla - Vamos entonces.

Camus le respondió - Mi casa no está lejos de aquí.

Degel sonrió al escucharlo, por primera vez amaba la compañía de alguien y ese alguien al parecer también le sucedía lo mismo. Se acercó a la barra para liquidar lo que consumieron, le importó poco ver su billetera casi vacía, al terminar le ayudó a Camus con su silla de ruedas y salieron de la cafetería.

Mientras seguian juntos en la calle, Degel y Camus charlaron sobre todo y nada, disfrutando de la compañía del otro. La noche era fresca y tranquila, y la calle estaba iluminada por las luces de las farolas.

Al llegar a la casa de Camus, Degel detuvo la silla y miró a Degel con una sonrisa - Gracias por acompañarme, me he sentido muy seguro contigo.

Degel se sintió feliz de haber podido ayudar - De nada. Me alegra haber podido acompañarte.

Y en ese momento, algo pasó entre ellos. Una chispa de conexión que no podían ignorar. Degel se inclinó hacia adelante, tomó ligeramente su mano y dejó un beso suave y dulce en el dorso de esta.

❄️❤️❄️❤️❄️❤️❄️❤️❄️❤️❄️❤️❄️❤️❄️❤️❄️❤️❄️❤️

Solo te quiero a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora