Degel salió de la empresa después de un largo día de trabajo, pero en lugar de ir directo a casa, decidió hacer un desvío para visitar a Camus en la sastrería donde trabajaba. Habían pasado algunos días desde que se habían visto, y Degel no podía sacar a Camus de su mente.
Llegó a la sastrería y miró a Camus trabajando en una máquina de coser, concentrado en su tarea. Degel sonrió al verlo y se acercó a él.
- Hola - Saludó Degel, tratando de no distraer a Camus de su trabajo.
Camus levantó la vista y sonrió al ver a Degel. -Hola - Respondió - ¿Qué te trae por aquí?
Degel se encogió de hombros - Solo quería verte. He estado pensando en ti todo el día y saber cómo has estado en tu trabajo.
Camus se ruborizó ligeramente y bajó la vista, pero Degel pudo ver la sonrisa en su rostro.
- Me alegra verte - dijo Camus nervioso - Pero tengo que terminar este trabajo. ¿Puedes esperar un rato?
Degel asintió y se sentó en una silla cercana de la máquina de coser, mirando a Camus mientras trabajaba. No podía creer lo mucho que había cambiado su vida desde que conoció a Camus. Se sentía vivo de una manera que nunca había experimentado antes.
Después de un rato, Camus terminó su trabajo y se acercó a Degel - ¿Quieres ir a tomar un café conmigo? - Preguntó - Aquella vez pagaste tú y ahora es mi turno.
Degel sonrió y se levantó de la silla - Me encantaría.
Camus fue a buscar a Shion, para avisarle que había terminado su trabajo. Shion se encontraba en la parte trasera de la sastrería, revisando algunos pedidos que aún tenía pendientes.
- Shion, he terminado mi trabajo - Dijo Camus, acercándose a él con un poco de dificultad pasando con la silla de ruedas entre varios rollos de tela.
Shion levantó la vista y sonrió - Excelente, Camus. Has hecho un gran trabajo hoy.
Camus sonrió, sintiendo un sentido de orgullo y satisfacción - Gracias. Me alegra haber podido terminar todo a tiempo, además pude adelantar parte de los pedidos pendientes que tiene aún.
Shion asintió - Sí, has sido muy eficiente. Ahora, ¿Por qué no te tomas un descanso? Te lo mereces.
Camus se sintió agradecido por la oferta. Además el dueño no era del tipo de persona que lo dejara horas extras sin paga alguna
- Gracias, Shion. Creo que voy a ir a tomar un café con Degel.
Shion sonrió al escucharlo - ¡Ah! Excelente. Disfruta tu descanso. Te veo mañana.
Camus se dió la vuelta, sintiendo una sensación de libertad y felicidad. Estaba emocionado de pasar tiempo con Degel y disfrutar de su compañía nuevamente.
Degel se ofreció a ayudar a Camus a llevar su silla de ruedas para ir a otra cafetería. Camus aceptó con gratitud y Degel empujó la silla mientras caminaban por la acera.
Charlaban sobre sus intereses y pasatiempos. Degel se enteró de que Camus amaba la lectura y la música. Camus descubrió que Degel no solo disfrutaba de los libros, sino también era un apasionado de las estrellas.Llegaron a la cafetería cercana a un parque, Degel ayudó a Camus a sentarse en una mesa cerca de la ventana para que pudiera mirar a las personas andar entre los frondosos árboles y observar a los niños jugar. Pidieron sus bebidas favoritas y continuaron charlando.
Degel no podía creer lo mucho que disfrutaba la compañía de Camus. Se sentía como si se hubieran conocido durante años y no solo unos pocos días, era como su alma gemela, aquel que puede compartir sus mismas aficiones sin sentirse menos que los demás.
ESTÁS LEYENDO
Solo te quiero a ti
Fiksi PenggemarMilo se despide de Camus en un aeropuerto, dejándolo solo, aunque este no siente tristeza ni amor por Camus, solo alivio por dejar atrás una relación que lo hacía sentir atrapado. Después de la partida de Milo, Camus se siente perdido y solo, pero c...