Capítulo 4

0 0 0
                                    


Una vez que el microsismo pasó los cuatro seguimos caminando hasta llegar al último salón, era el de literatura. Cómo era de esperarse la puerta estaba cerrada, sin embargo era una de las que tenía  cristal con el nombre grabado.

—Antes de hacerlo ¿Estan seguros de esto? Si se llegan a enterar que fuimos nosotros será una expulsión definitiva, no importa que seas la imagen de la escuela ni los estudiantes más destacados.— les dije a los tres.

Todos nos miramos en complicidad, era una decisión difícil pero todos estuvimos de acuerdo al asentir ligeramente.

—Bueno Josh, haz los honores.— me aparté para que rompiera el cristal.

Su golpe quebró el cristal instantáneamente, los pedazos cayeron al suelo. Josh metió su brazo para quitar el seguro y pudiéramos entrar, la búsqueda fue breve ya que el desarmador estaba detrás de un librero. Los cuatro nos dirigimos al segundo piso, algo no estaba bien en cuanto subimos las escaleras, la humedad en la pared lucía más espesa que antes e incluso de la pared escapaba una bruma oscura.

—Huele espantoso, debe de haber  alguna rata muerta cerca.— dijo Ashley.

—Bien, espero Stan no me haya mentido.— dije mientras forzaba el cerrojo.

No fue tan difícil, bastó con tres movimientos del desarmador para hacer girar la perilla. Un silencio inundaba el salón, había trozos de madera en el suelo al igual que latas de pintura y plásticos que cubrían gran parte de los muebles; todos observamos los alrededores en busca de la caja de herramientas.

—¡Ahí está!.— señaló Shannon, estaba al fondo del salón.

Caminamos hacia la caja, notamos una gran mancha oscura en una de las paredes  donde la peste era más densa.

—Creo que se murió una familia entera de ratas ahí adentro ¿Y se supone que los fondos escolares cubren esto?.— dijo Josh con humor.

Un sonido nos alertó, parecía provenir de las paredes, justamente de dónde se había originado aquella mancha oscura. Nos detuvimos a mitad de camino, Josh tomó el bate de béisbol con ambas manos mientras Ashley recogía un tubo de metal pequeño, por mi parte empuñe el desarmador con temor.  Súbitamente algo salió de la pared con fuerza, Shannon soltó un grito mientras se cubría detrás de Josh; el polvo se levantó dificultando la vista.

—¿Qué carajos...?.— soltó Ashley con angustia.

Un par de pequeñas siluetas caminaban amenazantes hacia nosotros, tenían el tamaño de un niño de 6 años. Eran bípedos y no parecían tener rasgos humanos, contaban con un cuerpo redondo que se dividía verticalmente, parecían una especie de fauces que relacioné a las plantas carnivoras. Su piel tenía una apariencia podrida y la poca masa muscular con la que contaban se le pegaba a los huesos, lucian demacrados pero al mismo tiempo perturbadores. Mientras se acercaban soltaban gruñidos guturales.

—No se muevan.— musitó Josh en voz baja sin moverse.

Pero aquellas criaturas soltaron un rugido antes de abalanzarse hacia nosostros. Josh soltó un golpe que impactó en el cuerpo de uno de ellos  que lo hizo balancearse un poco, el otro se lanzó contra Ashley quien se apartó un poco antes de propinarle un fuerte golpe con el tubo. Tanto Shannon como yo no sabíamos que hacer, la miré mientras los demás intentaban defenderse.

—CORRE A PEDIR AYUDA.— le grité.

Shannon movió ligeramente la cabeza en señal de afirmación sin dejar de ver la horrible escena, una de las criaturas había tomado el pie de Josh con los que parecían ser sus mandíbulas. Al notarlo me acerqué para enterrar el desarmador múltiples veces en su cuerpo, mientras lo hacía pude ver su parte trasera la cual lucía igual que una persona. El olor era nauseabundo y con cada estocada que le daba salía una especie de liquido negro. La criatura había soltado el pie de Josh, sin en cambio ahora quería hacer lo mismo con mis brazos.

—¡AYUDAME JOSH!.—  exclamé desesperado intentando apartar su gran boca de mi cuerpo.

Josh comenzó a golpearlo en el costado con tal fuerza que yo mismo podía sentirlo, la criatura soltaba quejidos de dolor. Miré a Ashley quien también golpeaba a la criatura, Ashley era la chica más ruda del instituto. Shannon seguía a unos metros de nosotros con la mirada atónita.

—¡ SHANNON VE POR AYUDA JODER!.—  volví a gritarle pero parecía ida.

Seguía clavándole el desarmador hasta que cayó inmóvil al suelo, me aparté de ella. Josh corrió hacia Ashley para ayudarla, la segunda había sido aparentemente más fácil de matar. Del otro lado del salón volvieron a escucharse los mismos sonidos, nuevamente salieron de la pared contraria. Me levanté asustado pero aún empuñando mi improvisada arma, sin embargo alguien gritó desde las escaleras, era una voz familiar.

—¡APARTENSE!.— gritó aquella persona, era el profesor Walden quien rápidamente corrió hacia una se las grandes ventanas para romperla con otro tubo de metal.

La luz del atardecer se filtró por todo el salón, las criaturas que recién habían salido comenzaron a retorcerse en cuanto tuvieron contacto con los rayos del sol,  los sonidos de sufrimiento cesaron segundos después hasta que anormalmente sus cuerpos se desintegraron en forma de ceniza, no me había dado cuenta que las primeras criaturas también se habían desintegrado pero de una forma mas gelatinosa hasta parecer un líquido viscoso color negro, seguía despidiendo un olor asqueroso.

—No les gusta la luz...— dijo  Walden algo agitado.

—¡¿P-Pero que son esas cosas, qué está pasando aquí?!.— inquirio Josh nervioso.

—No lo sé... ¿Qué hacen aquí?.— cuestionó Walden a los 4.

—Estamos buscando a nuestro amigo Kenny, desapareció ayer y creemos que está aquí en el instituto.— respondí.

—Vayan a ver al director Friedman, tal vez él lo sepa...— dijo mientras se dirigía a las escaleras.

—P-Pero están cerradas las puertas del colegio, no podemos salir.—  dijo Shannon ahora más tranquila.

—Les abriré la puerta del patio para que puedan salir, y recuerden... la luz.— se fue sin decir algo más.

—Creo que nos hemos metido en algo gordo.— replicó Josh preocupado y nervioso.

—No me iré de aquí hasta encontrar a Kenny.— agregó Shannon.

—Tampoco yo y menos sabiendo que estás cosas andan por ahí.— siguió Ashley señalando el pequeño cúmulo de ceniza que alguna vez fue una criatura.

—Busquemos al director y digamosle lo que acaba de pasar, él hablará con las autoridades y encontrarán a Kenny.— les propuse.

Todos estuvimos de acuerdo, caminamos hacia las escaleras no sin antes recoger el tubo que el profesor Walden había ocupado para romper la ventana.

—Deben de ser extraterrestres definitivamente.— comentó Josh.

—¿Que hacía el Sr. Walden aquí y como es que sabe aquello de la luz?.— inquirio Shannon.

Esa y muchas preguntas más se crearon en nuestra mente pero la que más llamaba mi atención era el porqué aquellas criaturas tenían eso en sus espaldas...






Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 01 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

LeafmoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora