Sam explicó a sus empleados que harían una nueva página web para llegar a más personas, la página web se llamaría "Diversity Pop", le pidió a sus empleados que dieran ideas para la página.
Miró a sus empleados, todos daban ideas vagas, diciendo lo que se suponía que ella quería oír, ninguna idea nueva, ninguna idea bien pensada. La mayoría simplemente se quedó en silencio. ¿Cómo iba a hacer que la empresa mejorara si sus empleados no daban ideas? Se sentía tan frustrada que sintió el impulso de despedir a alguno por inepto para ver si los demás se espabilaban, ¿de qué les servía tener empleados que no servían para nada?
Sam comenzó a escribir en una pizarra todo lo que le decían, pero rechazaba cada idea que le daban, no eran ideas novedosas, eran ideas recicladas o demasiado vagas, ¿es que nadie podía pensar en aquella empresa? Todo lo que tenía apuntado había sido idea suya, ¿para que los necesitaba entonces?
Llevaban toda la mañana allí, en las últimas dos horas ya nadie decía nada, se mantenían en silencio, con demasiado miedo a que sus ideas fueran rechazadas o que su jefa les diera una de sus miradas.
Sam hablaba en voz alta, esperando que al explicar sus ideas, alguien pudiera seguirle el hilo y se le ocurriera algo nuevo, pero no parecía ser el caso, entonces escuchó como alguien hablaba, pero no era para dar una nueva idea, sino para quejarse. ¿Había alguien que se había atrevido a quejarse?
-¡Esto es un sinsentido!
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Antes de que Sam se volviera supo quien era la persona que se había quejado, ya que su tono era diferente, uno aún desconocido para ella, su pronunciación era en perfecto inglés. Cuando Sam se giró, se percató que toda la sala miraba a la nueva incorporación como si se hubiera vuelto loca.
-¿Cómo dice? -Sam se giró mirando a la nueva empleada, sus años estudiando idiomas habían hecho que la comprendiera perfectamente pero su pregunta era más por el asombro de que alguien interrumpiera su explicación
-Creo que no se va a avanzar en el trabajo con esta atmósfera tan tensa -la joven había hablado en tailandés, Sam se dio cuenta de que hablaba perfectamente en ambos idiomas
Todos en la sala contuvieron el aliento, no se escuchaba ni un solo sonido, era como si la sala se hubiera congelado
-¿Pretende que baile o cante para ti para que estés más cómoda? -preguntó Sam sin comprender qué es lo que aquella empleada pretendía, no estaba acostumbrada a que nadie la enfrentara y ni siquiera estaba enfadada, solo asombrada por su valentía
-No. Creo que sería productivo si deja que tomemos un descanso y pensemos en lo que nos ha pedido, de lo contrario, usted seguirá rechazando todas las ideas, con un poco de tiempo y más descansados se les pueden ocurrir mejores ideas.
-¿Eres la nueva verdad? -dijo Sam acercándose a donde estaba Mon sentada para poder mirarla con más detenimiento
