Capítulo 7

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Jungwon contiene su risa ante Heeseung, su rostro es indescriptible y de un segundo a otro piensa que el mayor se ofenderá y le lanzara el anillo, pero en todo caso él ha cumplido, le ha entregado el regalo de parte de un soldado, no sabe decir si...

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Jungwon contiene su risa ante Heeseung, su rostro es indescriptible y de un segundo a otro piensa que el mayor se ofenderá y le lanzara el anillo, pero en todo caso él ha cumplido, le ha entregado el regalo de parte de un soldado, no sabe decir si el profesor está sorprendido u ofendido, porque lleva más de un minuto examinando el anillo y dándole vueltas en sus manos, Jungwon está a punto de irse cuando Heeseung carraspea y lo hace detenerse.

-¿Cuál es su nombre?- le pregunta pero Jungwon no puede delatar a Jake, niega y sigue tomando a su pequeña hermana de la mano, es día de clases y su hermanita no deja de saltar saludando a las maestras que pasan a un lado. -¿es un soldado? ¿de esos que mataban en la guerra hace apenas cinco años?-

Bueno, Si Jake ya estaba enlistado desde los 10 años eso podría ser cierto, pero hasta eso era una exageración, era un soldado que resguardaba, que hacían cumplir la ley a falta de policías, no mataban y quizás nunca lo habían hecho, o al menos lo dudaba del tierno Ni-ki y su sincera sonrisa, o incluso de Jake que era más inocente de lo que aparentaba. Al final, entre los tres el único capaz de hacer algo devastador era Jungwon, quien se caracterizaba por ser un buitre (y un traidor) Pero al menos, la pregunta de Heeseung le ha dado una pista de lo que el mayor piensa, porque Heeseung ya es un adulto de 23 y pensara que alguien de su edad o mayor se interesaría en él, no un chico de 15 años.

-Tengo que dejar a mi hermana en su
clase.- Anuncia dando la vuelta y llevándose a su hermana, Heeseung lo entiende porque él también tiene cosas que hacer, deja entrar a los pequeños niños al salón y guarda el anillo en su bolsillo. Su pequeña hermana lo mira con curiosidad, ella quiere saber. -No preguntes, son cosas de adultos.-

-Yo soy una adulta.- dice ella llevándose inconscientemente un dedo a la boca. Es un mal habito, un trauma del que no se han podido deshacer él y su madre, quizás ya sea una pequeña obsesión que hace de la niña un objetico para las burlas de los demás pequeños. Jungwon le saca el dedo de la boca y le da un suave manotazo como advertencia.

-Los adultos no se chupan el dedo.- Habla limpiando el pequeño pulgar ensalivado de su hermana. -Y no tienen cara de bebé como tú.

-El señor Sunghoon se parece un bebé y es un adulto.

Jungwon se ríe con discreción, su hermana tiene razón, Sunghoon tiene una cara muy juvenil como para ser un adulto, y por eso su hermana tiene la imprudencia de un niño y se lo echa en cara cada que consultan, pero para suerte de la pequeña Sunghoon solo se ríe y le entrega un dulce, regalos que le entrega a los niños que pueden consultar o de los que se apiada para salvarles la vida, porque una visita con el doctor es eso, una ventaja para sobrevivir. De repente la idea más estúpida le llega a la mente, la deja ir de inmediato, cuando su hermana lo toma con fuerza de la mano.

Jungwon eleva la vista y coloca a su hermana tras de él, no quiere parecer sospechoso, solo quiere que su pequeña se sienta protegida y no expuesta ante los soldados que cruzan en medio de los pequeños cuartitos que se supone son salones, ellos marchan examinando el lugar, no sacan a los alumnos de los salones ni preguntan a los maestros, solo caminan y ellos se tienen que detener. Su hermana se refugia detrás de sus piernas, y Jungwon se apena, se apena porque sus piernas son demasiado delgadas como para ocultarla bien, como para darle seguridad, en ese momento reciente su delgada complexión y lo débil que lo hace notar. Busca entre los soldados a dos rostros familiares, quizás como un consuelo, pero no los encuentra asi que los deja pasar.

Sucio | JAYWONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora