No podía ser cierto.
Una semana después mis ojos y mi cerebro no estaban de acuerdo y en nada estarían por explotar.
Estaba viendo al mismo Daniel, mi mejor amigo, con un gran cartel y unas rosas. En la cafetería pidiéndole a Diana G. ser su novia, muchas chicas, es decir casi todas las chicas de la facultad, querían cortarse las venas en ese instante, ¡señores! ¡Daniel ahora es un caballero!Adhi y Raquel estaban junto a mi, limpiándose lágrimas imaginarias.
-quién lo diría. - escuché decir a Adhi.- Y eso que era tan mujeriego.
-a todos les llega el amor. - contribuyó Raquel. Reprimí una risa, observé como Diana se lanzaba a los brazos de Daniel, mierda, me iba ganando en el reto, tenía que solucionarlo pronto. La bolita de la cafetería se disolvió después de unos minutos, Daniel llegó a nuestra mesa tomado de la mano de Diana, el cartel doblado y las rosas en su mano libre.
- felicidades hermano. - fingí entusiasmo, noté la risa en sus ojos. - hola cuñada.
- ¡ya era hora! - gritaron al unísono Héctor e Ian. ¿Cuándo rayos habían llegado?
-¿dónde estaban? - preguntó Daniel, miré a Diana detenidamente, no tenía nada en su contra, era agradable, guapa, divertida y... sí, los chicos la llamaban "caliente"
¿Cuánto duraría sin sexo con Daniel?- sólo... - suspiró Ian.
- nada. - se apresuró a terminar Ian.
Lo dejamos pasar.
***
- oye hermana. - Daniel llamó mi atención en clase de Literatura. Solo los dos tomábamos todas las clases juntos. - te estás tardando demasiado con Oscar, no te he visto abalanzarte sobre él como maniática. - alzó las cejas, arrugué mi nariz.- lo haré lo haré. Justo...
-Señorita y compañía. - mierda. - pueden terminar su conversación fuera de mi clase, por favor.
- no, dis...
- por supuesto. - Daniel se encogió de hombros y me sacó del salón.
Y en ese precioso momento, Oscar salió de los sanitarios.
- observa como se hace. - codeé a Daniel, giró en la misma dirección que yo, escuché una ligera risa de su parte. Yo le iba a demostrar.
Oscar aún no me había visto, arreglé mi cabello y quité un botón de mi camisa. Caminé hacia él y antes de que me viera, me lancé hacia él. -¡Oscar! - grité o grité a medias, mis labios se estamparon con su húmeda boca, aprovechándome que estaba desprevenido lo empujé de regreso a los sanitarios y logré meternos en un baño, él se encargó de cerrar. Por favor que lo que Daniel dijo sobre ti sea cierto.Oscar me empujó contra la puerta. -¿qué... - jalé su cabeza con fuerza hasta que nuestros labios se volvieron a fundir. No era tan malo después de todo, pero sus labios estaban tan rígidos. Bajé las manos, por favor detenme, detenme. Llegué a la hebilla de su cinturón, ¡detenme ya!
Se separó. - basta basta. Emma. No podemos aquí. - quitó suavemente mis manos de su cinturón a medio desabrochar.
- no aquí? - traté de hacer mi voz provocativa, claro, resultó igual que intentar volar.
- no... - se sentó en la tapa de la taza. - ¿qué fue todo eso? - parecía agitado.
- yo... - me senté en sus piernas. - yo solo quería jugar...
- no. Emma. - me quitó de encima.
-¿no te gusto?
- me encantas, pero Emma.
-¿qué?
- es que estoy enamorado de ti
-¡qué pasa allí dentro! - un fuerte golpe en la puerta del baño nos hizo saltar, era Daniel. Molesto.
Oscar me miró con ojos temerosos. -no pasa nada hermano, ya salgo. Dame unos minutos.
Escuchamos a Daniel refunfuñar, y azotar la puerta de los sanitarios, - tu hermano me hubiese castrado...
- es como un gatito inofensivo. - puse los ojos en blanco. - te veo después. - me iba a arrepentir, me acerqué y lamí si labio inferior. - me debes algo Os.
Abrí la puerta del baño y salí corriendo de los sanitarios, al salir al pasillo me estampé con Daniel.
- ¡¿te has vuelto loca?! - susurró.
Comencé a reírme, después él también se rió, comenzamos a caminar.
- entonces - suspiró - ¿no aquí? - puso cara picara y capté que se estaba burlando de mi acento.
- o por dios! - grité. - ¿lo escuchaste?
- lo escuché todo pulga. Deberías ser más provocativa, eso no prende.
- lo haré mejor.
- y a la próxima. - se detuvo y me empujó hasta que quedé contra la pared, conocía su truco, así ponía nerviosa a miles de sus conquistas. Traté de no reírme. Se inclinó hasta depositar un beso en mi cuello. Sentí escalofríos. - tienes que besar su cuello, eso siempre funciona...
-¿ Danieel? - mierda. Diana.
Perdón perdón perdón, son casi las 5am y yo muero. De verdad perdón por haber prometido que con un voto yo seguiría. Ahora va muy enserio. Seguiré, lo prometo. Perdón si hay faltas de ortografía o algo así, les digo, es muy tarde y muero de sueño, prometo que se pondrá mejor.
KAMU SEDANG MEMBACA
El que se enamore, pierde.
Fiksi RemajaDaniel Greene y Emma Walkson solo estaban jugando. "—¿Deberíamos besarnos ahora? — —solo háganlo, es parte del juego —escuché la risa de Raquel, Daniel inclinó suavemente la cabeza... sentí un ligero roce en los labios... —¡¿estás cerrando los ojo...