†Entre El Cielo O El Infierno†

┬⁠─⁠┬CAPITULO 8┬⁠─⁠┬

El juego empieza, los peones del tablero empiezan a moverse....
El rey espera... Y la reina protege

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Incluso para el era algo agotador, no era normal eliminar a varios pecadores de solo un movimiento estaba agotado, aunque intentará desimularlo era difícil.

Este primer exterminio lo hizo solo, puesto aque su gemelo estaba ocupado así que no tuvo más opciones que ir solo a, aquel lugar. El mal sabor de boca inundaba todo de si, recuerda el perdón que le dió su hermano.
Lo decía de corazón pero era algo que el mismo Azrael ya no podía creer este último tiempo le han pasado tantas cosas....

Puede llegar a decir que es un egoísta pero para el mismo le era difícil comprender todo lo sucedido, el perdón de lucifer, la reunión de sus hermanos y... La muerte de Adam... Adam, ¿Por qué?, ¿Por qué justo ahora lo recuerda? Aún tiene la esperanza de que algún día Adam llegué a su oficina gritando y riendo, para después ambos irse a divertir.

-Te odio- las palabras se perdieron el el viento, sus ojos dorados estaban en un lugar específico no era algo interesante ni el sabía que miraba, sus pensamientos lo hacían olvidar en dónde estaba. Hace unos minutos ha acabado con el anillo de la envidia, tantos pecadores que habitaban en aquel lugar ya no existen solo sangre derramada en cualquier lugar.

-Esta limpio- murmulla suavemente, guardando su lanza sacude su atuendo dando la espalda a lo que anteriormente miraba con tanto detalle.

Una bola de luz ilumina el lugar frente suyo, eran sus lindos ayudantes quienes al ver a su dueño giraban con alegría.

-Bien, avisen a mis hermanos que está todo listo, he acabo con todo un lugar- su voz sale tan suave y pacífica que llegaba a calmar a sus brillantes ayudantes los cuales solo hicieron un sonido de aprobación para marcharse nuevamente

-Como los amo- esas palabras fueron acompañadas de una sonrisa agradable, sus ojos se iluminan ligeramente y de un solo movimiento aparece su lanza

-Odio a los pecadores- aquella sonrisa se desvaneció sus ojos empezaban a brillar con más intensidad. Mientras caminaba con calma hacia un lugar oscuro y destruido

-pero... Odio más a la gente que espía y escucha conversaciones ajenas- el movimiento fue rápido y solo un charco de sangre salía del oscuro lugar, aquellos ojos dorados brillaban en la eterna penumbra

-Hay que regresar- suspira agobiado, guardando su lanza nuevamente se reincorpora decidido a marcharse del infierno

-Querido.... Eres una bestia, pero una bestia tan perfecta que alumbra con su belleza en aquella triste y cruel oscuridad-

-Alastor- se gira sobre sus talones, una sonrisa traviesa se forma en su rostro su pelo azabache se movía al compás del viento miraba con un sentimiento indescriptible al pecador.

-¿Te has divertido?- pronuncia al referirse a la exterminación que se había llevado a cabo.

-No tanto, los pecadores no son tan... Interesantes-

-Querido, no seas pesimista muestra una sonrisa en aquel rostro tan encantador- alastor se acercaba con confianza a Azrael el cual no retrocedía

Solo pequeños centímetros lo alejaban de su todo, la diferencia de altura era obvia, alastor levantaba la mirada escarlata para lograr mirar a su contrario el cual se dedicaba a analizar todo del demonio.

-Ya me había olvidado de lo enano que eras- estás cortas palabras eras juguetonas pero también cariñosas, ante ello Alastor no pudo evitar recordar aquel momento en dónde se conocieron y aquel tema de la altura era su juego del todo día y noche.