De repente, era libre.
Pero no libre como le hubiera gustado, no como hubiera sido el final feliz que Mina esperaba. En su casa predominaban los gritos, portazos, malos entendidos, el miedo y la violencia. Las personalidades de aquella morada eran fuertes, excepto por la de Susan, su madre, quién prefería llorar, callar y, cada tanto, meter mano entre la fina licorería del despacho de Neil Hargrove. Billy y Mina peleaban seguido, al igual que él lo hacía con Max, y Billy con Neil, también Neil con Mina, todos los eslabones se cumplían...pero ella y su hermana menor nunca peleaban, era un acuerdo que ninguna iba a romper a pesar del estado crítico en el que se encontraran.
Cada uno de los integrantes de la casa Hargrove había adoptado una estrategia de supervivencia, y la de Minerva había sido pertenecer uña y mugre con Billy, su hermanastro, juntándose con su grupo de amigos y manteniendo un estatus casi de la realeza en la escuela. No sería como en California, donde le había costado encajar en las escuelas privadas en donde Neil se empecinara con que fueran. Con Billy a su lado, nadie se atrevía a ponerle una mano encima, ni siquiera a mirarla. Los muchachos no se le acercaban a menos que Billy no estuviera en su radar, cosa que no sucedía a menudo, las chicas querían de pronto ser la mejor de sus amigas sólo para que Mina les presentara a Billy. La de Minerva era una buena estrategia de supervivencia tanto para la escula como para la casa, a pesar de que, a veces, a Billy se le fuera la chaveta y acabaran peleando.
El rubio se había vuelto sobreprotector con ella, demasiado para el gusto de la chica. Mina había comenzado a sentirse sofocada por la compañía 24/7 de Billy y su hermana pequeña, Max, había dejado de hablarle como antes desde que se había vuelto inseparable con su hermanastro. Neil se había vuelto más severo, buscando pelea con Mina cada vez que venía tarde junto con el mayor o sola, cuando olía una pizca de perfume varonil en su cabello o ropa o venía con la chaqueta de algún muchacho sobre los hombros. Todo podía ser un gatillo para que Neil perdiera la cabeza y actuara de forma violenta...pero con la protección de Billy, él era quién recibía las balas por ella.
Bueno, de esa libertad hablaba ahora.
Se sentía sofocada por Billy, pero de pronto ya no tenía a su hermano con ella. Sentía miedo por las amenazas de Neil, y el hombre había decidido que la muerte de su hijo, al que maltrataba las veinticuatro horas del día, era justificativo para abandonarlas a Susan y a sus dos hijas a su suerte. También pensaba que su madre haría bien en tomar cartas en el asunto, y vaya que las había tomado...se había tomado todo.
Esa no era la libertad que había creido conseguir.
Con su madre en un constante estado de ebriedad y perdiendo un sinfín de empleos, la casa había sido hipotecada y hacía unos meses las tres Mayfield habían tenido que mudarse al parque de remolques. Mina había comenzado a trabajar de niñera los tiempos que tenía libres luego de la escuela, perdiendo así los ratos libres que antes tenía para acompañar a su hermana a los arcades, o pasando el rato con sus amigos por hacerse cargo de la familia mientras su madre perdía la consciencia todas las noches.
La alarma sonó pero Mina ya se encontraba despierta, sentada en el medio de su camastro mirando como las persianas creaban exóticas formas con los rayos de sol. Chequeó la habitación contigua para chequear a su hermana, quién dormía plácidamente sin percatarse del ruido estruendoso que el reloj había causado. Con movimientos pequeños, Mina se deslizo de nuevo a su habitación de forma sigilosa y rebusco en su closet algo que ponerse, encontrando unos jeans claros y una holgada remera de Van Halen que de seguro solía pertenecer a Billy. A este punto, él y ella vestían casi de la misma forma e incluso compartían el mismo talle de pantalones...que a su hermano le gustara usarlos más chicos era un tema controversial entre las estudiantes de Hawkins High.
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"Now That You Are Free" // Eddie Munson.
FanfictionEddie Munson nunca fue el chico más afortunado, pero había algo en Minerva Mayfield que lo hacía sentir diferente. Mina solía ser el alma de la secundaria, divertida, radiante, siempre rodeada de amigos y cautivando a cualquiera con su personalidad...