Recopilación de One-shots Bakudeku o Dekubaku con diferentes temáticas.
Historias para reír, llorar o enamorarse, de todo un poco y para todos los gustos.
Aquí iré dejando algunas historias cortas que se me ocurran, ideas que quisiera escribir pero...
Sinopsis: Katsuki amaba a Izuku, casi tanto cómo amaba beber. Universo sin quirks dónde estos dos tienen una relación tóxica con dependencia emocional.
Advertencias: Abuso, mención a sustancias ilícitas, relación tóxica, manipulación emocional, contenido sexual, violación, muerte de personaje.
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Se habían conocido hace 1 año y medio. En el momento en que Katsuki vió a Izuku, se enamoró casi a primera vista, fue un flechazo doble. Bebieron juntos en aquel bar de luces neón que hacía brillar sus pieles con destellos multicolores, era mágico, cómo un viaje a otra dimensión dónde todos esos colores representaban la emoción y conexión por haberse encontrado, se sintió idílico, casi cómo si hubiesen estado destinados a conocerse aquella noche.
Los primeros meses fueron una completa luna de miel para ambos. Salidas, regalos, conocer a sus amigos, todo se sentía tan correcto, pero quizás, fueron demasiado rápido. A los 2 meses de conocerse, Katsuki ya le había pedido formalizar a Izuku, a los 3 meses, se mudaron juntos. El departamento era ideal, no demasiado grande puesto a que sólo eran ellos dos y no querían que sobrase mucho espacio, ni demasiado pequeño cómo para sentirse ahogados. Tenía grandes ventanas que permitía entrar la luz solar por las mañanas y la brisa nocturna llegada la tarde, solían cenar juntos después del trabajo, Katsuki cocinaba porque si fuese por Izuku sólo comerían cosas instantáneas o comida “ligeramente” quemada pero rescatable.
Todo era simplemente perfecto…al menos los primeros meses. Con el paso del tiempo, las cosas empezaron a cambiar.
Los primeros cambios fueron casi mínimos, quizás por eso el peliverde decidía pasarlos por alto o perdonarlos. Llegadas tarde a la casa, citas dónde había sido plantado, fechas importantes olvidadas y poco interés en algunas de sus cosas. Izuku pensaba que estaba bien, Katsuki debía estar estresado por el trabajo, siempre solía exigirse demasiado para que todo le saliera perfecto y destacar siendo el mejor en la empresa dónde trabajaba. Aunque le molestaba el olor a alcohol y cigarro impregnados en su ropa cuándo llegaba, le molestaba esos manchones de lápiz labial por su rostro que portaba algunas veces, le molestaba que se sintiera casi cómo un desconocido cuándo se embriagaba. Pero lo aceptaba, lo perdonaba, después de todo, Katsuki no era una mala persona, ni un mal novio. Era guapo, alto, atento y muy cariñoso. Cuándo quería, era perfecto.
Perfecto, perfecto, perfecto.
Cuándo Katsuki no bebía, era un sueño para Izuku, era todo para él. Después de todo, se sentía tan cálido y comprendido a su lado, estaba seguro que desde que lo conoció, había encontrado su lugar en el mundo, un lugar dónde era finalmente amado y aceptado. Katsuki lo entendía, cómo nunca nadie antes lo había hecho, tenía amigos, sí, pero ellos no eran el cenizo, jamás podrían quererlo cómo él lo hacía, además, no recordaba la última vez que había hablado con alguno de ellos, de hecho…no recordaba la última vez que había interactuado lo suficiente con otra persona, después de todo ¿Para qué necesitaría hacer eso? Tenía a Katsuki y eso era más que suficiente.
