EL SACRIFICIO

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Crowley se adelantó, protegiendo a Azirafel y Catherine con su cuerpo. Su mirada se clavó en Sandalfón, llena de determinación y desafío. El arcángel vestido de traje beige brillando gracias a la luz de la luna a través de la vitrina rodeaba al ser angelical imponiendo todo su ser.

El arcángel Sandalfón avanzó con una tranquilidad amenazante, sus ojos fríos como el mármol. La atmósfera en la Abadía se volvió pesada, opresiva, como si la misma estructura sintiera el poder oscuro que emanaba de su presencia. Las velas brillaban con una intensidad inusual.

—Tal parece que interrumpí algo no es así traidor Azirafel.

—¿Qué haces aquí, Sandalfón? —preguntó Crowley, entrecerrando los ojos, su voz cargada de una tensión apenas contenida.

—Vengo a terminar el plan que tu impediste—Sandalfón lo señalo como una forma de culparlo—años de planeación arruinados por un demonio rebelde, solo porque su amante entro en razón y no lo soporto.

Crowley sabía que Sandalfón no era un adversario cualquiera, su poder era igual que Metatrón convirtiéndolo en un arcángel muy poderoso.

—Lo que yo hice fue diferente a lo que ustedes tienen planeado hacer, destruir el planeta solo para el vencedor como si fuera un trofeo de caza sin importar las vidas inocentes que existen—dijo Crowley con resolución, sosteniendo la lanza con ambas manos—no permitiré que destruyas el mundo.

Sandalfón soltó una risa gélida que resonó en toda la abadía, como si las palabras de Crowley no fueran más que las quejas de un niño.

—¿Cómo harás eso? Ni siquiera sabes como usar esa lanza sin pensar el poder que llevas en tus manos.

—Ya olvidaste que sabemos como deseas iniciar el fin del mundo necesitas del Anticristo y de Cristo el hijo de Dios en la tierra para iniciarlo—dijo Azirafel desafiante al ser que una vez lo intimido.

—Exacto no puedes iniciar el fin del mundo sin ellos y el único que sabe dónde están soy yo—Crowley estaba determinado a proteger a su hijo—y no te voy revelar su ubicación prefiero morir a decirte donde está mi hijo.

—Aun crees que el hijo de Dios es tu hijo eso solo tú te lo crees demonio, pero no necesito de tu "hijo" y del anticristo para iniciarlo cuando ya está todo arruinado cuando en realidad todos los planes ya está todo hecho y ustedes tanto como yo sabemos dónde encontrarlo.

—Lo que tu propones es igual o peor que el fin del mundo.

—¿A que se refiere?-pregunto Catherine confusa por las palabras de Sandalfón.

—Planea retroceder el tiempo—dijo Azirafel asustado—eso implicaría que todas personas que conocimos dejen de existir.

—Detener el tiempo es una cosa, pero retrocederlo es imposible incluso yo no puedo hacerlo.

—En eso te equivocas demonio solo necesito esa lanza para volver donde empezó este error para iniciar la batalla final.

Crowley apretó la lanza con más fuerza, sintiendo el peso de la responsabilidad en sus manos, si no hacía algo pronto todo lo que construyo se iría, sus amigos, sus padres Georgia y sus hijos los perdería todo porque un solo ángel no estaba satisfecho con su plan.

—No dejaré que retrocedas el tiempo —dijo Crowley con firmeza—no permitiré que un emplumado borre todo lo que he construido por alguien que siempre estuvo a la sombra de Metatrón.

—Si sabes que hacer esto a las espaladas del cielo es una grave falta—Azirafel dio dos pasos adelantes—tanto para convertirte un caído.

—No me convertiré un caído si cumplo el plan de Dios.

En Otro Nuevo Universo//Good Omens//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora