El niño de la pijama de rayas. (Taekook)

1 La mudanza.

🐈‍⬛

Taehyung, un joven de 8 años con ojos brillantes y una sonrisa que iluminaba cualquier habitación, entró corriendo al cuarto de su hogar en Seúl, donde todo parecía perfecto. Vivía en una gran casa, llena de lujos y comodidades, gracias a que su padre era un alto comandante del ejército.

Pero esa tarde, cuando entró en su habitación esperando encontrar su cama llena de juguetes, lo único que vio fue a su madre, con una expresión seria, empacando sus cosas en cajas.

"¿Qué está pasando, mamá?", preguntó Taehyung, sintiendo un nudo en la garganta.

"Nos vamos a mudar, Tae", dijo su madre suavemente, sin mirarlo a los ojos. "Tu papá tiene una nueva asignación, así que dejaremos Seúl".

Taehyung se quedó en silencio, procesando lo que acababa de escuchar. No entendía por qué tenían que dejar todo atrás, sus amigos, su escuela, su habitación. Pero sabía que cuando su papá tomaba una decisión, no había vuelta atrás.

La familia viajó durante horas hasta llegar a un lugar frío y sombrío, muy diferente a la vibrante ciudad que Taehyung había conocido toda su vida. La nueva casa era grande, pero no tenía el mismo calor que la anterior. Taehyung sintió un escalofrío cuando se bajó del coche, observando la alta cerca que rodeaba una parte de la propiedad.

Desde su ventana, podía ver al otro lado de la cerca. Allí, en lo que parecía un campo lleno de personas vestidas con ropas extrañas, vio a un chico que le llamó la atención. Era más o menos de su edad, con cabello oscuro y ojos que reflejaban tanto tristeza como esperanza.

Taehyung no podía dejar de mirarlo. Había algo en ese chico que lo intrigaba, algo que le decía que, a pesar de todo, quería conocerlo.

Mientras tanto, del otro lado de la cerca, Jungkook, un joven de la misma edad, también notó a Taehyung. Aunque su vida había cambiado drásticamente desde que su familia fue llevada a ese lugar, el corazón de Jungkook aún conservaba un deseo profundo de hacer amigos, de reír, de jugar, como cualquier otro niño.

Jungkook no entendía por qué estaba allí, ni por qué su vida había dado un giro tan oscuro. Pero en ese momento, cuando sus ojos se encontraron con los de Taehyung, sintió una chispa de curiosidad y un atisbo de esperanza. Tal vez, solo tal vez, no todo estaba perdido.