𝘐𝘴𝘢𝘮𝘶 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 ┃ 𝐶ℎ𝑢𝑢𝑧𝑎𝑖 ┃

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─ ¿Por qué no tengo mami? ─ soltó el pequeño con inocencia mientras comía su sopa.

Chuuya quien en el momento estaba tomando agua trato de no ahogarse ─ Bueno, pues la tienes pero ya sabes ella-

─ Ella está viajando por el mundo, si lo sé. Es que, Haruka tiene dos mamis y Hikaru tiene dos papás. Akiro también tiene una mami y un papi... Pero, yo sólo tengo un papá ─ un pequeño puchero apareció en su boquita haciendo a Chuuya debatir entre llorar de ternura o llorar por las palabras del niño.

Bien, obviamente no le había mentido. Isamu SI tenía una mami, lo que pasa es que la mujer huyo dejando al niño en la puerta de Chuuya al día siguiente de dar a luz con una nota que decía lo siguiente y cito :

Chuuya, sé que lo que estoy haciendo se considera un acto inhumano pero realmente no me veo formando una familia contigo. Aún soy joven y no quiero arruinar mi vida con una carga como esta, te dejo a cargo de Isamu, si al igual que yo no te sientes listo puedes darlo en adopción.

Con amor. Karina.

Si, bueno, al menos se lo dijo con amor.

Pero dejando eso de lado, Chuuya pensaba seriamente en comenzar a tener citas y buscarle una mamá a su pequeño. Bueno, dejando de lado que era homosexual, sería capaz de fingir amor hacia una mujer con tal de que el pequeño a su cargo sintiera lo que era una figura materna.

─ Papá

Bueno, si se adaptaba tal vez podría lograr enamorarse.

─ Papá

No, imposible

─ ¡Papá! ─ exclamó

Chuuya dio un pequeño brinquito, odiaba perderse en sus pensamientos tontos pero era algo con lo que tenía que lidiar.

─ ¿Qué pasa? ─ acarició suavemente su mejilla.

─ Quiero... Ir al parque ─ jugaba con sus pequeños dedos.

Obviamente el mayor sabía que planeaba algo, pero, era un niño que seguramente no causaría tanto desastre.

─ Bien, vamos entonces. ─ se levantó de su lugar mientras tomaba la mano de su hijo para posteriormente salir de la casa.

....

El pelinaranja mayor se encontraba en la fila del puesto de helados esperando su turno para ordenar mientras miraba su teléfono celular y tenía en su otra mano la manita del menor.

─ Papá, tengo que ir al baño ─ aviso el niño mientras soltaba la mano de su papá.

─ Está bien, no tardes, activa tu alarma si alguien se te acerca con malas intenciones, recuerda.

─ Sip, no tardó ─ salió corriendo, obviamente no iria al baño.

Se encontraba ahí, en medio del parque mirando a todas las personas que parecían de la edad de su padre. Las calificaba y descartaba para decidir al nuevo miembro de su familia.

─ Mmn, muy pelón

─ Muy presumida

─ Muy seria.

Estaba a punto de darse por vencido al no encontrar a alguien que le gustara hasta que frente a él paso un chico, castaño, ojos color café, alto y muy pero muy atractivo.

─ Si, me gusta ─ se acercó rápidamente y cuando estuvo cerca se abalanzó hacia el chico abrazando la pierna de este.

─ ¿Eh? ─ confundido volteo hacia abajo encontrándose con un niño abrazado a su pierna como un koala.

─ ¡Mami! ─ volteo hacia el castaño con una enorme sonrisa.

El chico palidecio, si, sabía que puede que tenga hijos regados pero no esperaba que fuera tan rápido ─ Umm, creo que te confundíste, yo soy un chico ─ dijo tratando de safarse del niño.

─ Uh, entonces eres mi papi, si ─ se abrazo más a su pierna.

Imposible, ni siquiera se parece a mi ─ pensó

Estaba a punto de responder cuando un grito llamo la atención de ambos.

─ ¡Isamu!, casi me matas del susto te dije que no te fueras lejos ─ un pelinaranja alarmado apareció aún sin darse cuenta que su hijo estaba aferrado como pulga a la pierna de un desconocido.

─ ¡Encontré a mami! ─ exclamó feliz.

─ Te dije que soy un chico ─ reclamo el castaño ganándose la atención del pelinaranja.

─ Y tu, ¿quién eres?

─ Bueno, su hijo se abalanzó hacia mi y ahora está aferrado a mi pierna diciendo que soy su mamá

El pelinaranja mayor trataba de no reírse pero es que le era imposible, finalmente soltó una carcajada haciendo que el castaño lo mirara con fastidio.

─ Bien, fue suficiente, tengo que entregar mi proyecto y voy tarde si me disculpan me retiro ─ dijo tratando de irse pero el peso de su pierna aún no desaparecía.

─ ¡No!, no te puedes ir, ahora eres mi papi ─ se aferró más a la pierna del mayor.

─ Isamu... Vamos, tenemos que ir a casa. ─ trataba de soltar al pequeño .

─ ¡No! ─ empezaba a sollozar.

Bien, eso había logrado conmover al castaño.

─ Está bien, escucha, iré a entregar mi proyecto y después regresaré. ¿Si? ─ acariciaba suavemente la cabeza del menor.

─ ¿Lo prometes? ─ escondía su cara en la pierna del otro.

─ Lo prometo. Le dejaré mi número a tu papá y puedes llamarme si quieres.

Finalmente el chico le dio su número al mayor y se dispuso a irse de ahí.

─ Oye, ¿cómo te llamas?

─ Osamu Dazai ─ fue lo último que dijo antes de salir corriendo de ahí.

Parece que encontraste a alguien interesante, Isamu.

Bueno, tenía rato pensando en hacer algo así pero no sabía muy bien como empezarla, espero que disfruten de esta pequeña historia.