01

61 11 1
                                    

─ Deja de dar tantas vueltas me estas mareando ─ el pelinaranja mayor miraba como su hijo daba vueltas frente a la puerta esperando que llamaran a esta. ─ Él te dijo que vendrá así que espera.

─ Pero ya pasaron 15 minutos ─ el mayor simplemente lo dejó ser, era un niño después de todo.

Otros 15 minutos pasaron y el menor cada vez se desesperaba más. El mayor trabajaba, aprovechaba que su pequeño hijo no estaba pegado a él como chicle para terminar su papeleo con tranquilidad, eso hasta que el grito del niño lo hizo asustar y por accidente tiro el café encima de la laptop.

─ ¡Llamalo! ─ bien, eso realmente lo había molestado un poco, pero sabia que no podía desquitarse con el niño por el error que cometió.

─ Hijo mio, por favor la próxima vez toca antes de entrar ─ limpiaba el aparato esperando que aún sirviera, el niño solamente lo miraba con pena.

─ Perdón ─ un pequeño puchero apareció en sus labios.

─ Está bien, fue mi culpa por tener bebidas cerca ─ tomó la mano de su hijo ─ ven, vamos a llamarle.

─ ¡Está bien!

Mientras se dirigían al teléfono de casa el timbre comenzó a sonar. El menor rápidamente corrió a la entrada y abrió sin siquiera preguntar quien era.

─ ¡Oh!, hola, pensé que me había equivocado de casa, tu pequeño mapa es algo confuso ─ dijo el castaño mostrando un dibujo con garabatos, obviamente no había llegado hasta ahí gracias a ese mapa, antes de marcharse le pidió la dirección al mayor pero aún así quería que el menor se sintiera feliz.

─ ¿Soy bueno haciendo mapas? Practique mucho viendo caricaturas ─ era obvio que el niño se había alegrado por ello así que le iba a seguir la corriente.

─ ¡Claro! Este mapa sólo es para personas inteligentes

─ Ven, vamos adentro papi ─ lo tomó de la mano para guiarlo a la sala de estar.

El castaño simplemente lo siguió en silencio, ciertamente no sabía ni porque estaba haciendo eso tal vez sea por el deseo de tener hijos que le habían llegado desde ya hace algunos días.

─ Ya llegamos papá, mi papi dice que mi mapa fue muy bueno. ─ se dirigió a su padre dando saltitos.

Chuuya sonrió ─ Si, tus mapas sólo son para personas inteligentes ─ acarició su cabeza.

─ Papi me dijo lo mismo, vamos a comer juntos ─ tomó de las manos a los dos mayores para ir juntos a la cocina.

─ Comeremos cangrejo, espero te guste. Iba a hacer algo más pero Isamu insistió en el cangrejo ya que le encanta ─ sirvió los platos.

─ Está bien, de hecho a mi también me encanta ─ sonrió cálidamente.

─ ¡Somos muy parecidos!

─ Si, así es ─ apretó la mejilla del menor.

El mayor miraba expectante la escena, su hijo siempre mantenía una sonrisa en su cara pero la que tenía ahora mismo era diferente.

─ Entonces, Osamu. ¿Qué edad tienes? ─ trataba de romper el hielo y también conocer más sobre la persona que había escogido su hijo para ser su “papi”.

─ Tengo 25, ¿y tú? . Te vez menor que yo ─ platicaba mientras acariciaba la cabeza del niño sentado junto a él.

─ Mmn, de hecho pensé que tu eras mayor. Tengo 26.

Si, sólo era un año de diferencia pero Dazai tomaba todo como competencia.

─ ¿¡Eh!?. Pero si estas más enano que yo, tu no puedes ser el mayor ─ grito ofendido.

─ ¿¡Me dijiste enano!? ─ se levantó de la mesa mostrando lo enfadado que estaba.

Hubo una pequeña pelea de miradas después hasta que el menor se interpuso.

─ Papá, lo vas a asustar y se va a ir. ─ lo regaño mientras abrazaba al castaño.

El mayor se ofendió aún más viendo como el castaño lo miraba con una sonrisa triunfadora.

─ Está bien, sólo por hoy lo dejaré pasar. ─ se sentó nuevamente aún con una cara de pocos amigos.

El niño solamente sonrió feliz tomando la mano del castaño.

Al llegar la noche el menor no quería soltar a su nuevo papá pero al final lograron convencerlo prometiendo salir nuevamente al siguiente día.

𝘐𝘴𝘢𝘮𝘶 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢  ┃ 𝐶ℎ𝑢𝑢𝑧𝑎𝑖 ┃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora