Esta historia es original, contiene temas delicados y también, más que una relación romántica, será como paternal. Ya sé que suena raro, pero x disfruten, espero les guste. Gracias ^^. Si te interesa de qué va a tratar esta historia, entonces entra...
Melissa! ¿Dónde estás? —gritó Regina, comenzando a preocuparse Melissa, esto no es gracioso, ¿dónde te has metido? Sé que no eres una niña pequeña, pero no quiero que te alejes de mí, además va a empezar a llover.
Regina miró a su alrededor, preocupada por la ausencia de su amiga e hija, mientras el cielo se oscurecía cada vez más, amenazando con desatar una tormenta.
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Sarah estaba entrando al convento cuando tropezó con alguien.
Perdón dijo rápidamente, levantando la vista.
Descuidado, error mío respondió Carlyle, quien estaba frente a ella.
¿Carlyle? ¿Volviste? preguntó Sarah, sorprendida.
Sí, estoy buscando a Regina y a Melissa. ¿Las has visto? respondió Carlyle, con un tono urgente.
—Regina fue a buscar a Melissa dijo Sarah,
—¿Y las demás? ¿También están allá? —preguntó Carlyle,
No, Regina está sola respondió Sarah.
¿Sola? repitió Carlyle, sorprendida.
Sí, ¿es eso malo? preguntó Sarah, notando el cambio en la expresión de Carlyle.
Oh, no jaja murmuró Carlyle, tratando de disimular su preocupación La Madre Superiora quiere hablar contigo. Bueno, debo irme.
Carlyle se dirigió apresuradamente para ir en busca de Regina,
mientras Sarah entraba en el convento, sin darle muchas vueltas al asunto, pero con una creciente sensación de inquietud.
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Regina caminaba nerviosa, llamando a su amiga
Melissa, ¿dónde estás?
De repente, oyó la voz de Melissa, distante y temblorosa:
—Ayuda, Regina, estoy aquí... no sé qué hago aquí.
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