Amor Sanador ღ // (Robleis x Carrera) Rodritom

²⁸- Distanciados y nuevo comienzo.

Apenas llegar al colegio me froté un poco el pecho y me fui a sentar, a noche me costó dormirme, pero por lo menos cuando cerré los ojos ya era la mañana.

― Hola.. amigo ―Dice triste Iván―

― Hola.. Iván. ―Serio se sienta al lado de su amigo―

― Ian me contó.. la verdad me puso mal.. pero.. ¿Vos le contestaste algo?

― A Tomás no le dije nada. Tengo planeado enfrentarlo en el recreo.. porque a pesar que el fué claro conmigo, siento que todavía falta aclarar las cosas..

― Pienso lo mismo, enano..

― Bueno, no quiero hablar de eso ahora..

― Somos los primeros en llegar a la clase

― ¿Dónde está Ian? ―Pregunta extrañado el ojos verdes―

― Le envié mensaje y me dijo que está acá, pero que está en el baño.

― Ah, el profesor ya llega dentro de diez minutos

Empezaron a entrar de a poco mis compañeros de aula. Ian todavía no aparecía y Tomás tampoco.

― Carre ¿Te parece hacer el sábado pijamada con Ian en mi casa? ―Ríe el ojos cafés―

― Dale, si.. Para despejarme un toque..

― Buenas, buenas ―Dice el peli Negro sentándose en frente de sus amigos―

― Ian, hola ―Sonríe apenas el ojos verdes―

― ¿Qué onda capo? ¿Dónde andabas? ―Le da la mano―

― Ya te dije, en el baño. Carre ¿Te sentís un poco mejor?

― Si.. maso..

Al decir eso justamente vi a Tomás entrar junto a Merkel. Por primera vez en mi vida esquivé mi mirada para no verlo.

― ¿Entró Tomás y no lo estás mirando? Sorprendente, realmente te tuvo que decir algo muy fuerte para que no lo quieras ni mirar. ―Dice sorprendido el ojos cafés―

― Cómo decía, estoy maso con el tema.. pero no quiero hablar de eso, hablemos de matemáticas ¿Hicieron su tarea?

― Yo si, la completé ¿La podés ver por mi? Para saber si está bien. ―Dice el peli Negro―

― Bueno, dale. Dámela y la veo

― Yo no la terminé, me faltaron dos pero no lo entendí ¿Me explicas, enano?

― Va.

Le empecé a explicar el tema y trataba de no mirar a donde estaba Tomás, era difícil no mirarlo, pero si lo hacía iba a ganar ponerme más triste de lo que me encontraba.

― Así es. ―Completa el menor―

― Uff, me salvaste amigo, gracias.

― Eu, ahí vino el profesor, cállense.

. . .

Me senté en la banca del patio suspirando, tenía que hablar con Tomás, el estaba hablando con otros compañeros de otro salón. Tenía que aprovechar que Merkel no estaba cerca, mis amigos estaban comprando comida, ya que era pleno mediodía. Tomé valor y me acerqué.

― Tomás. ―Dice nervioso el ojos verdes―

Llamé la atención de Tomás, se quedó unos segundos de espalda hasta que decidió darse la vuelta.

― Hola.. ―Comenta el mayor con una sonrisa forzada―

― ¿Podemos hablar?

― ¿De qué querés hablar?