Capítulo 1: Theo

1 0 0
                                    

El viaje a las tierras desérticas del Norte no era fácil. El calor era insoportable, la arena encontraba la forma de meterse a todas partes. A Theo le tomó dos días de viaje adaptarse al cambio. Nunca se quejó, a diferencia de su hermano menor y otros soldados. Distribuyó mejor que nadie el agua que llevó al viaje, pero esta amenazaba con terminarse ese mismo día.

Al tercer día el ejercito llegó a la aldea. Los aldeanos se apresuraban a guardar sus cosas y entrar a sus casas en cuanto nos vieron llegar. Era la primera vez que Theo y su escuadrón visitaban una aldea del Norte, se asombraron al ver la poca ropa que llevaba la gente. ¿Cómo podían correr? El aire era pesado, casi irrespirable. Tres oficiales repartieron pequeñas máscaras de aire a los soldados, mientras el coronel se paraba al frente de ellos para dar las instrucciones.

–Señores, sé que fue un viaje muy largo, pero ya llegamos. Por órdenes del Rey deberán ir casa por casa a comprobar el número de hijos, hijas y animales que cada familia posee. La información la tienen en los libros de contabilidad que les entregamos al salir de la ciudad. Procedan con rapidez y reporten cualquier anomalía que encuentren.

Theo se acercó a su hermano, Marloon, necesitaban un soldado más para proceder, así que comenzaron a hablar con algunos compañeros. Estaban en media organización cuando el general se acercó al grupo junto con dos hombres.

–¿Soldado Theo? – Preguntó el Coronel.

–Sí, señor. –respondió al instante.

–Tú acompañarás a los tenientes teniente Grimmeth y Zyran a hacer las inspecciones. Ellos te capacitarán para tus nuevas tareas como teniente en los próximos Censos.

E soldado se sorprendió ante la repentina noticia, pero se apresuró a responder.

–Entendido, señor.

El general se alejó satisfecho de las respuestas y la ausencia de preguntas.

–¿Por qué te ascenderán? –Preguntó Marloon en voz baja.

–No lo sé. –Respondió Theo tan confundido como su hermano. –Pero procura no meterte en problemas, esto nos beneficiará cuando regresemos a Beth.

Una sombra de envidia se asomó al rostro de Marloon. Siempre estaba detrás de su hermano en todo, creyó que entrando al ejército y comenzando los dos en el mismo nivel sería diferente, pero su hermano volvió a tomar la delantera.

Theo se acercó a los hombres que estaban con el comandante.

–Listos para comenzar, señor. –saludó.

–No estés tan tenso, hombre. –respondió Grimmeth dándole unas palmadas en la espalda. –Permítete festejar un poco tu ascenso. El censo es algo simple.

Se encaminaron hacia una de las casas más grandes de la aldea.

–Primero te explicaré cómo se introduce. –continuó Grimmeth. –Luego te explicaremos el procedimiento de captación de recursos.

–¿Captación de recursos? –Preguntó Theo confundido.

–Es para los campos de Solaz, ya te explicaremos a detalle luego de esto. –Respondió el teniente Zyran.

Tocaron la puerta de la casa. Un hombre calvo y un poco más bajo que los oficiales los recibió con la cabeza gacha. Tenía la piel color canela, pero considerablemente lastimada por el sol y la tierra. A Theo le pareció que la familia era más humilde de lo que tenían escritos en los reportes, pero considerando el resto de la aldea, probablemente ellos eran una de las familias más acaudaladas del lugar.

–Buenas tardes. –saludó Grimmeth. –Por mandato del Rey Aethros IV las aldeas del Norte deben ser censadas cada tres años para el control de la tasa de natalidad de los territorios.

Willow: La rebelión de LilithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora