𝗠𝗢𝗥𝗪𝗘𝗡 | 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖 𝗔𝗥𝗧𝗛𝗨𝗥 𝗣𝗘𝗡𝗗𝗥𝗔𝗚𝗢𝗡.
__________________________________________________
"Mujer llena de gracia, carente de misericordia. En vida y en muerte, perece mi señora, Selene. Maldita seas entre todas las mujeres, y...
•El rey y la doncella• | Mokushiroku no yonkishi | |ARTHUR PENDRAGON FANFIC|
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
PRÓLOGO.
El eco de los pasos apresurados resonaba en los fríos y lubgrubes pasillos de aquella torre, cada sonido era más cercano que el anterior. Con terror Selene corría con el corazón desbocado mientras que el oscuro poder de la magia del Caos distorsionaba la realidad a su alrededor. Provocando que cada pared ,solida y estable se manipulara de una manera irreal, siendo retorcidas por la ira ,convirtiéndose en un laberinto que parecía no tener fin.
Sintiendo su aliento helarse con cada jadeo, Selene rogo a los cielos que la salvarán de aquella encrucijada en la que se metió ella misma. Y por un momento deseo que todo lo ocurrido fuera una triste pesadilla, para poder despertar y refugiarse en los brazos del que alguna vez amo.
—Arthur...— susurró entre terrores, con su voz apenas perceptible debido a su suspiro ahogado por el miedo. Sabía que estaba cerca, podía sentir su presencia, esa energía oscura y opresiva que emanaba de él, consumiéndolo por completo. La torre se había convertido en su prisión, un reflejo de la corrupción que se había apoderado del Rey de Camelot.
El suelo bajo sus pies tembló, y una pared a su izquierda se alzó abruptamente, bloqueando su camino. Selene dio un giro brusco hacia la derecha, sintiendo que el espacio a su alrededor se cerraba con cada paso. No había salida, lo sabía, pero no podía detenerse. No podía enfrentarlo, no así, en esos momentos no era capaz de pensar en alguna tetra.
—¡Selene!— La voz de Arthur resonó por el corredor, profunda y llena de un rencor que no reconocía. El sonido de su nombre en sus labios era una mezcla de furia y dolor, un recordatorio de lo que había perdido... de lo que ella le había arrebatado.
—No...Morwen,— se corrigió a si mismo con amargura mientras corría. Ya no era Selene para él, no desde que había lanzado aquella maldición. El Rey había cambiado, y ahora era un cazador incansable, guiado por la ira y el deseo de venganza.
El deseo de acabar con quien alguna vez le brindo tanta calma.
De improvisto, la característica escalera espiral dónde paso tantos momentos con su persecutor apareció ante ella, estrecha y empinada, tal como solía recordarla, y sin pensarlo dos veces, comenzó a subir, sintiendo que las sombras se alargaban detrás de ella, casi como si fueran tentáculos que buscaban atraparla. Cada escalón parecía un desafío, la piedra fría bajo sus pies pesaba más con cada paso, como si la torre misma intentara detener su huida.
El soplar del viento helado se colaba por las estrechas ventanas y el cielo nocturno,el cual solo reflejaba oscuridad, era como si las estrellas hubieran huido debido a la ira y como si las nubes buscarán proteger a la luna de la energía que emanaba el caótico rey. A lo lejos, los relámpagos iluminaban brevemente la figura de Arthur, su silueta distorsionada por la magia que lo rodeaba, haciéndolo parecer más una bestia que un hombre.
—¡No puedes escapar de mí, Morwen!—gritó, su voz vibrando con la fuerza de su poder, mientras un relámpago se desplomaba justo frente a ella, arrancando una sección de la escalera, provocando que Selene apenas lograra detenerse a tiempo, tambaleándose al borde del abismo que se abría bajo sus pies, sintiendo el vértigo recorrer sus venas.
Sin más escapatoria se dió la vuelta jadeante por el acontecimiento,sus ojos se encontraron con los de Arthur, llenos de una furia oscura, pero también de algo más profundo... una tristeza que ella no esperaba ver, pues el hombre que conoció,el hombre que la engaño con dulces palabras no podía ser capaz de sentir ¿O si? Por un momento, todo se detuvo, y el tiempo pareció congelarse mientras ambos se miraban, atrapados en un torbellino de emociones encontradas.
—Arthur, no...—susurró, sin saber si suplicaba por su vida o por la redención de aquel que alguna vez había amado. Pero antes de que pudiera decir más, la torre tembló violentamente, y el suelo comenzó a fracturarse bajo sus pies, dandole lugar a una caída libre en la cual Selene supo que ya no había escapatoria. Ese era el fin que ambos habían provocado, el desenlace inevitable de una historia marcada por la traición y el odio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Empezamos por el final! Prongo les traeré el primer capítulo, espero les guste y cualquier cosa pueden preguntar y con gusto respondere. Nos vemos en el capítulo 1. ¡Besos!