Una historia sin final

Huracán de emociones

Una vez allí, quite la cortina que cubría la ventana de el  avión, es agobiante y realmente necesito alguna forma de distracción para todo esto, mire el hermoso cielo azul tomando una foto, me calmaba al igual que las canciones de Matías, nunca me cansaré de lucir el hecho de que sus manos hacen magia cuando se posan sobre algun instrumento.

Vi mi teléfono una vez más, entre en mis mensajes dudando en si escribirle o no a el número que recibí por parte de la enfermera a través de el chat con Matías, los nervios me están matando pero finalmente lo decidí, abrí el chat y agregue aquel número escribiéndole de la manera más educada posible a pesar de mis nervios.

▻ Buenas noches, soy la persona dispuesta a hacerse cargo de Matías Javier  Hernández Castellanos. Estaré llegando alrededor de las 5:00 al país, y me estaré dirigiendo de inmediato al hospital.

Una vez escrito aquel mensaje me dirigí al baño, en mi estómago se formaba un huracán de sentimientos y emociones que no sabría describir ni aunque lo intentará, me senté en el suelo y puse de inmediato mi canción favorita, poniéndola en repetición continua.

Los minutos pasaban, estaba por dormirme cuando el suave golpeteo de la puerta me hizo recobrar la conciencia de inmediato, me levanté y abrí la puerta viendo una preocupada azafata frente a mi, haciendo preguntas que no lograba escuchar con claridad. Después de un tiempo de escuchar únicamente ruido y un pitido en mis oídos me ví sentada en una silla, en un lugar que parecía ser una pequeña cocina llena de las cosas que llevaban en su carrito.