El misterio de la peluquería

1 0 0
                                    

Jorge llegó al pequeño barrio madrileño donde se encontraba la peluquería de Clara. Las calles estaban tranquilas, con pocos transeúntes. Era una tarde calurosa, y el sol se reflejaba en los escaparates de las tiendas. Sin embargo, cuando llegó a la peluquería, se encontró con algo inesperado: estaba cerrada.

El cartel de "Cerrado por vacaciones" colgaba de la puerta, pero algo no cuadraba. Jorge se acercó más, tratando de mirar a través de las persianas metálicas bajadas. No había signos de vida en el interior, pero el ambiente estaba cargado de una tensión que no podía explicar.

-¿Qué demonios está pasando aquí? -murmuró para sí mismo.

Sin embargo, al observar con más detenimiento, se dio cuenta de algo curioso: el local de al lado, una pequeña tienda de antigüedades, tenía la puerta entreabierta. Vio cómo un par de personas entraban, intercambiando miradas rápidas antes de desaparecer dentro.

Siguiendo su instinto de periodista, Jorge decidió investigar. Se acercó a la tienda y entró con cautela. El interior estaba en penumbra, y el olor a madera vieja y polvo llenaba el aire. Al fondo, un hombre mayor lo miraba con suspicacia desde detrás de un mostrador lleno de objetos antiguos.

-Buenas tardes -saludó Jorge con una sonrisa forzada-. ¿Está la peluquería de al lado cerrada? Estaba buscando a Clara.

El hombre no respondió de inmediato. Lo observó durante unos segundos, como si estuviera evaluando si debía confiar en él.

-Clara no está disponible en este momento -dijo finalmente, con voz grave.

Jorge notó que el hombre evitaba mirarlo a los ojos. La situación se volvía cada vez más extraña.

-Lo entiendo, pero... ¿sabe si va a volver pronto? Es que vengo de parte de un programa de televisión, y me dijeron que ella tenía algo importante que contar.

El hombre soltó un suspiro y se frotó las manos nerviosamente.

-Si yo fuera usted, me iría de aquí -dijo finalmente, casi en un susurro-. No se meta en asuntos que no entiende.

Antes de que Jorge pudiera responder, otro cliente entró en la tienda, interrumpiendo la conversación. Jorge aprovechó para mirar a su alrededor, tratando de descubrir algo más. Y entonces lo vio: una puerta entreabierta al fondo del local, por donde las personas que había visto antes habían desaparecido.

Sin hacer ruido, Jorge se acercó a la puerta y la empujó con cuidado. Al otro lado, encontró un oscuro pasadizo que parecía conectar la tienda con la peluquería de al lado. El aire estaba denso y húmedo, y la luz era escasa.

Jorge sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero su curiosidad era más fuerte que su miedo. Sin pensarlo dos veces, decidió adentrarse en el pasadizo, con la esperanza de descubrir qué estaba ocurriendo realmente en ese lugar.

El Último Reportaje: Misterios de la peluquería Donde viven las historias. Descúbrelo ahora