Capítulo 1

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Capítulo 1




Sala de quirófano


Vamos, Dariana, tú puedes...

No puedes dejar morir a este chico...

1... 2... 3... Vamos, aguanta...

Dariana sentía su respiración entrecortada mientras le daba compresiones al paciente, tratando de mantenerlo con vida. No podía perderlo. Cada segundo contaba.

El paciente, un joven de apenas 17 años, había llegado al hospital tras un grave accidente de tráfico. Su nombre era Javier, un estudiante de secundaria con sueños de convertirse en ingeniero. Sus padres, desesperados, esperaban fuera de la sala de urgencias, aferrándose a la esperanza de que su hijo sobreviviera.

—Dra. Carrington...— La voz de su colega intentaba llegar a ella.

—Vamos, resiste, joder— dijo Dariana entre dientes, enfocada en las compresiones.

—Doctora...

—No te voy a dejar morir, joder...

—¡Dariana!— el grito de Keana la trajo de vuelta a la realidad. La miró, respirando agitadamente y sudando. Todos en la sala la observaban— Ya no hay nada que hacer, ya lo perdimos.

—Pero...

Iker la miró negando.

Esa era la parte que más odiaba, perder a un paciente. No le gustaba la crueldad de la naturaleza a veces, porque cada familia perdía a un ser querido más.

—Dra. Carrington— escuchó la voz de una de las enfermeras, pero aún seguía perdida— Doctora...

Miró a todos en la sala por unos segundos. Hasta que por fin pudo recomponerse.

—¿Hora de la muerte?— Preguntó, mirando su reloj y luego el que colgaba en la pared. Ambos marcaban las dos treinta de la madrugada.

—2:30 a.m.

—Llévenselo por favor...

Fue lo último que escuchó antes de salir de la sala. Se quitó los guantes y salió del quirófano, molesta consigo misma. Recostó su espalda en la pared por un segundo. Horas ahí adentro y no pudieron salvar al chico.

Se sentía como una estúpida, por no salvarlo, ¿qué le estaba pasando?

Debía tomar un poco de aire, un minuto más en urgencias y se volvería loca.

Dariana suspiro cansada.

La doctora podía sentir la brisa del viento, era lo más relajado del mundo. Al menos eso la ayudó a despejar la mente un poco... Dariana tenía más de una hora de estar sentada arriba en la azotea, podía escuchar a lo lejos las sirenas de las ambulancias llegar al hospital.

Miró las estrellas recordando la primera vez que llegó a Santa Catalina. Era una hermosa ciudad, bonita para vivir, y eso fue lo que más le había cautivado para mudarse aquí cuando hacía su especialidad años atrás. Todo era nuevo para ella, pero el hospital le abrió las puertas, enseñándole muchas cosas.

Le enseñó cosas que ahora no podía ni controlar, como salvarle la vida a un paciente.

Miró la bata que estaba en su regazo, tenía grabado su nombre y se miraba claramente "Dra. Dariana Carrington" en grandes letras azules.

¿En verdad para esto estudió medicina, si jamás iba a poder ayudar a salvarlos a todos?

—Por fin te encuentro— levantó la mirada al escuchar esa voz que conocía perfectamente.

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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𝘽𝙖𝙟𝙤 𝙋𝙧𝙚𝙨𝙞ó𝙣 - (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora