Parte 1

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Samanan Anantrakul nace un bello día de verano, la última de la familia Anantrakul con el mundo a sus pies, no obstante, en cuanto entendió el significado y peso del nombre familiar ha pasado una vida de estrés, parte de su estatus es acerca de calificaciones perfectas, comportamiento perfecto, habilidades perfectas, cuerpo perfecto. Sus migrañas comenzaron en la secundaria, horas continuas de forzarse a estudiar sin descanso, una comida baja en calorías y el régimen físico al que se sometía le provocaban un constante dolor, no había nada aparentemente mal en su cabeza, sin embargo, sus dolores sólo aumentaron conforme ella también crecía.

Había breves espacios de paz en su vida, momentos en el que su dolor de cabeza se tornaría soportable, dependía de las pastillas del doctor para las peores migrañas, esos breves espacios eran cuando pasaba tiempo con sus amigas, las tres revoltosas mujeres hacían que su día fuera menos pesado, entre las bromas que se jugaban y las constantes muestras de afecto que se tenían era imposible no relajarse un poco.

Su dolor de cabeza se multiplicó cuando Kirk ingresó a su vida como su prometido, con tan sólo 18 años su abuela la comprometió con el soltero adinerado con mayores conexiones en su círculo de social, conocían a la familia de Kirk desde hace años, sabían de sus ingresos, relaciones sociales, así como los estudios familiares, una planeación obviamente elaborada desde el día en que Sam nació, Kirk había estado enamorado de Sam desde que eran niños, él se había acercado con una rosa y un chocolate, mismos que Sam se encargó de rechazar, no estaba interesada en recibir tales objetos de un niño como él. Era simplemente divertido de una manera irónica que Kirk cumpliera su cometido años después, Sam sería su esposa para el resto de la vida.

A pesar de todo lo discutido con su abuela ella se negó a tener cualquier tipo de intimidad con Kirk, ella era una mujer de la realeza, además no estaba interesada en tomarse de las manos con el muchacho, mucho menos besarlo, estaría en contra de sus propios principios y sentimientos si en algún momento entre su noviazgo y matrimonio permitía algo parecido a contacto físico sin sentir la más mínima chispa de deseo.

Por supuesto que no ayudaba que su cuerpo gritara por contacto físico una vez al mes. Sam nació siendo una hermosa omega, una omega a la cual muchos alfas les hubiera gustado hincar los dientes tanto metafóricamente como física, ella había sido una flor tardía, pero una flor muy deseada, su primer ciclo se la pasó encerrada en completo aislamiento durante los tres dolorosos días, sus guardias habían pasado un infierno para no permitir que nadie pasara a la habitación. Los siguientes no habían sido mucho mejores, es una lástima que no pudiera ser una alfa o beta como sus hermanas.

La abuela había permitido que Kirk la acompañara en un ciclo, el único hombre en cruzar el umbral, las familias prácticamente esperaban que el compromiso se sellara con mordisco de pareja, con lo que no contaban es que Sam se encerraría en su baño durante los tres días, tomó agua de la llave y sobrevivió casi milagrosamente sin nada más que su propia voluntad de no ser profanada. Su cuerpo había gritado en agonía, Kirk le había rogado que le abriera, ella misma casi cede el segundo día en una bruma de locura, pero no lo permitió.

Su abuela lo intentó dos ciclos más antes de rendirse.

Así que Sam seguía intacta a sus 25 años. Frustrantemente intacta. Ella siempre había sido una chica reprimida, se negaba incluso a tocarse, se sentía sucia, quizás era todo la influencia de su abuela hablando, pero pensaba que cuando por fin tuviera la liberación que su cuerpo ansiaba todos lo sabrían, no podía soportar esa mortificación. Se mantuvo sin una mano encima o un beso, por supuesto que afectaba su vida diaria, afectaba cada momento de estrés, su migraña había aumentado desde que finalmente le habían permitido fundar su propia empresa, la presión la estaba literalmente matando, sólo el alcohol y su cuerpo dentro de una tina caliente le permitía seguir en pie.

Lo nuestro es fruto del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora