Parte 2

124 16 0
                                    

Mon mira el mensaje en su teléfono, hace más de tres días que no tiene contacto con Sam, sólo el recuerdo de su cuerpo suave y embriagador. Sus ojos miran las dos palabras.

-Llegué bien- eso fue todo, no le respondió, nada más que silencio.

"Mon, ¿por qué estás suspirando de nuevo?" Yuki llama su atención, una vez más ha descuidado sus estudios, olvidó que está en la biblioteca.

"Lo siento, sólo pensé en mi examen" guarda el dispositivo y se centra en las palabras del libro.

"Deberías dejar de estudiar tanto, cada día te veo más tensa" comenta preocupada.

Mon suspira con cansancio, es cierto que sus estudios la estaban literalmente matando, pero no es por eso por lo que suspira, son los ojos negros los que la mantienen despierta hasta entrada la madrugada, esa voz suave, el olor a vino caro y madera.

"Tengo un amigo que me ha estado preguntando por ti" sugiere Yuki.

Mon gime en voz alta. "¡No, por favor!" frota su rostro con cansancio. Reciben miradas de reproche, una vez más olvidó que está en la biblioteca.

"Mon, nunca has aceptado salir con nadie, eres una alfa con necesidades, no puedes estar frustrada todo el tiempo" susurra en voz baja.

"No quiero salir con nadie" susurra cansada.

"Necesitas vivir más, te la pasas estudiando, encerrada en cuatro paredes, te tuve que arrastrar la semana pasada para que vinieras al bar y ni siquiera bebiste" se queja su amiga.

Mon no va a decirle que el día siguiente lo pasó con la hermosa morena que conoció esa única noche que ha salido de copas, tampoco dirá sobre la proposición que le hizo. "No me gusta el alcohol" miente, le gustó el vino, pero nunca ha sido fanática de perder el control.

"No te hagas tanto del rogar, Nop ha querido una oportunidad contigo durante años, hay varios hombres y mujeres que me preguntan si estarías interesada en una cita, ¿qué es lo que te detiene?" habla en voz baja con una mirada suplicante.

Mon no tiene una respuesta sencilla para eso, simplemente nunca ha deseado tocar a alguien íntimamente, sus calores los pasaba a solas con una resignación autoimpuesta, sí deseaba en esos días soltar todos sus impulsos, sus deseos más profundos, sin embargo, se contenía. Pero ahora que Sam le ha puesto sobre bandeja de plata algo de índole sexual no puede evitar pensar en ello, su oferta se ha quedado profundamente activa dentro de su mente.

Ha sido una semana infernal, presentó tres exámenes, entregó cuatro proyectos y está a medio camino con una investigación, sabía desde un principio que la beca que tenía era algo que la obligaría a trabajar más que a los demás, sin embargo, no podía darse el lujo de perderla. Así que sus niveles de presión e irritación están llegando al límite, su cuerpo pica en una necesidad que no puede detener, corre todas las mañanas, pero nada sacia su ansiedad.

Piensa en Sam, con esas curvas preciosas, sus ojos oscuros, los labios rojos, el olor dominante. Durante horas piensa en lo mismo, una y otra vez, gimiendo en silencio. Es suficiente, si Sam está dispuesta a intentarlo ella también podría.

-¿La oferta sigue en pie?- envía arrepintiéndose de inmediato.

Mon se pasea en círculos, es una suerte que Yuki no esté para ver su miseria y hacer más preguntas que no quiere contestar. Se viste para correr, porque sólo será su culpa si Sam no le responde, ella la cortó primero, la rechazó aquella noche.

Su celular suena. Sam.

"¿Hola?" saluda nerviosa.

"¿Hablas en serio?" la voz de Sam llena su oído.

Lo nuestro es fruto del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora